A días de las elecciones en Argentina, la economía se toma la agenda tras remarcaciones de precios y falta de productos
Mientras en el plano político la incertidumbre electoral por los posibles resultados del domingo ha marcado las últimas semanas, en el económico lo hace el alza de precios en productos básicos, las remarcaciones y las góndolas vacías, con aumentos de entre el 10% y el 30% en alimentos, bebidas y cigarrillos.
Cuando hace más de un año, en agosto de 2022, el entonces diputado Sergio Massa tomó el fierro caliente al aceptar el cargo de ministro de Economía en el gabinete del Presidente de Argentina, Alberto Fernández, tenía como misión contener la crisis económica que por años asola al país vecino. Luego, cuando en junio de este año anunció su candidatura presidencial, todos los análisis apuntaban a que su desempeño electoral estaría vinculado de forma intrínseca a su labor ministerial.
Es por eso que, a días de la primera vuelta en Argentina, este domingo 22, el acontecer económico toma especial importancia política. Y las noticias, como casi siempre en este ámbito, no son buenas ni para el tigrense y representante de Unión por la Patria, ni para los consumidores del país vecino.
Bebidas, cervezas, leche y yogures, pasando por aguas con sabor, café y yerbas de las principales marcas comerciales, detalló el diario Clarín, son algunos de los productos que se han visto afectados con importantes aumentos en sus precios debido a las constantes subidas del dólar, que ronda los 1.000 pesos argentinos.
“La semana pasada, y por la subida del dólar, muchos negocios estuvieron 72 horas sin precio. Ahora nos llegan listas con aumentos de entre 25% y 30% en fiambres, cervezas, chocolates, quesos, gaseosas y pan lactal”, dijo al mismo medio una empleada de una fiambrería. Para ejemplificar, agregó, en lo que va de octubre, “el azúcar pasó de $ 620 a $ 1.200, y las lentejas, de $ 400 a más de $ 1.000″.
Confirmó la tendencia un quiosquero cercano, que afirmó aumentos generalizados de entre el 10% y el 15% “en casi todas las cosas: tabacos, gaseosas, cigarrillos, golosinas, snacks y resmas de papel. Incluso un distribuidor nos mandó dos nuevas listas”.
En contraste, en muchas cadenas de supermercados no hay alzas considerables. En cambio, lo que hay es una falta de productos básicos, consecuencia del programa estatal Precios Justos, que impide realizar aumentos de valor superior al 5% mensual entre sus proveedores.
Días atrás, el mismo medio informaba sobre la ola de remarcaciones y la dificultad que rubros comerciales tenían para abastecerse de productos basados en insumos importados, los que sufrieron demoras importantes en su entrega a clientes
Según el periódico, hay dos modelos utilizados entre los negocios y tiendas. Por un lado, están quienes hacen preventivas remarcaciones de precios, con el fin de cubrir sus espaldas de cara al irregular precio del dólar y las condiciones económicas. Por el otro, hay quienes simplemente cortan toda actividad económica hasta que la situación se estabilice lo más posible. Al menos, en cuanto a la cotización del dólar informal, utilizado por muchas empresas como el único válido para fijar precios, consignó Clarín.
Con las remarcaciones, llegan las temidas “listas de precios con subas”, pero desde la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), descartaron el desabastecimiento. Víctor Palpacelli, presidente de la entidad, dijo al periódico que “el abastecimiento de Precios Justos está muy complicado. Con el avance de la inflación, a las empresas se les hace muy difícil sostener el acuerdo y tratan de entregar lo menos posible”. Y si bien confirmó que ha recibido listas con aumentos de precios de entre el 10% y 12% de otros proveedores, también planteó que “no hay desabastecimiento”.
En la misma línea, Juan Vasco Martínez, líder de la ASU, la cámara que agrupa a los principales supermercados del país, señaló a Clarín que pueden faltar “algunas presentaciones puntuales de determinado producto”, pero esto respondería al más reciente feriado largo, iniciado el viernes pasado, que “complica la logística de las cadenas, combinado con la creciente demanda vinculada al diferencial favorable de precios y la tracción de la devolución del IVA. De ninguna manera se puede hablar de desabastecimiento”.
Sin embargo, medios locales han apreciado lo que califican como la técnica del “frenteo”, es decir, llenar las dos primeras líneas de las góndolas para aparentar que hay suficientes productos, pero, al sacar los que se aprecian a primera vista, queda al descubierto la dificultad para abastecer a los supermercados de distintas cadenas, en distintos sectores de la capital.
El futuro en corto plazo
Tal como ocurrió el lunes siguiente a la sorpresiva victoria de Javier Milei en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto, muchos esperan que, este próximo lunes, independiente del resultado –ya sea un eventual balotaje o una improbable, pero no imposible victoria de Milei–, los precios subirán y el dólar se disparará.
Aquel 13 de agosto, el dólar oficial se devaluó un 22%, y desde el sector privado aseguraron que ese mismo día empezaron a llegar “listas de precios con subas de entre 10 y 30% en ropa, electrodomésticos, calzado, construcción y también el consumo masivo”, detalló Clarín.
Una cadena importante comentó, bajo reserva, que la rigidez del programa Precios Justos es peor que la volatilidad del dólar blue. “Los fabricantes prefieren vender en otros canales (autoservicios, almacenes y tiendas de barrio) y la brecha de precios es cada vez más grande”.
El salto de un 11% en el dólar blue registrado la última semana, que lo hizo fluctuar entre los $ 950 y $ 1.000, tuvo como reacción entre las fabricantes de consumo masivo el ajuste de hasta un 30% de los precios desde el domingo pasado, explicó el mismo periódico. El objetivo, señalaron, es cubrirse de la inminente corrida cambiaria del próximo lunes 23.
En concreto, los números tanto del dólar como de la inflación durante la gestión de Alberto Fernández han crecido constantemente. La ya alta inflación con la que llegó al poder, considerando que el expresidente Mauricio Macri –de la coalición que hoy apoya a Patricia Bullrich– se marchó con un 260%, llegó casi al triple con la actual gestión. En los casi cuatro años de la administración Fernández, Argentina registra una inflación acumulada del 744%.
Massa, en tanto, llegó al gobierno con cifras mensuales del 7,4%, en julio de 2022. En septiembre, el número va en el 12,7%, el más alto en 32 años. La situación del dólar no difiere mucho. Antes de que el tigrense llegara al Ministerio de Economía, la divisa norteamericana se cotizaba entre 290 y 300 pesos argentinos. Hoy, ronda los $ 1.000.
En opinión de Pablo Vaca, editor jefe de Clarín, “la enorme incertidumbre que existe sobre cuál será el resultado electoral agrega, paradójicamente, certeza al pronóstico de la suba de precios. El escrutinio final puede servir de hecho como leña al fuego”.
Pero agrega que, en caso de una victoria en primera vuelta de Javier Milei, “está la posibilidad de que, más que leña, sea un camión cisterna con nafta”.
Coletazos políticos
En medio de los cruces entre economía y política, una nueva polémica surgió desde la cartera de Transporte, donde el jefe de dicho ministerio, Diego Giuliano, anunció el lunes la posibilidad de renunciar al importante subsidio estatal al transporte público, en un intento por hacer un punto político frente a propuestas como las de Milei de disminuir el gasto público.
Según el medio digital La Política Online, la jugada proviene del manual estratégico de la expresidenta y actual vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, donde se resalta “la contradicción de los que cuestionan políticamente las ayudas estatales, pero se niegan a renunciar a ese beneficio en su vida personal”.
En una conferencia de prensa, Giuliano afirmó que, “como desde algunos espacios políticos se advierte a los usuarios que los subsidios al transporte no son necesarios, damos la opción de renunciar voluntariamente”.
La propuesta, que luego fue respondida incluso por Patricia Bullrich, apunta “a que los usuarios cuenten con la información necesaria para decidir sobre la cuestión de los subsidios, es una manera de evidenciar donde estamos parados respecto al debate público”, aseguró el jefe de cartera.
Las estimaciones del costo del boleto promedio de bus en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), según el Ministerio de Transporte, rondaría los 700 pesos argentinos de no contar con el subsidio, mientras que el tren ascendería a $ 1.100. Actualmente, el boleto mínimo de bus en el AMBA ronda los $ 50 y $ 70, dependiendo del recorrido y sin tarifa social –donde el precio disminuye a la mitad–, mientras que el boleto de tren oscila entre $ 30 y $ 50 dependiendo de la línea y sin considerar la tarifa social.
Quien tomó la posta fue la candidata opositora, Patricia Bullrich, asegurando que el ministro-candidato, Sergio Massa, “no toma responsabilidades”, disparó.
“Le dice a la gente ‘ponte tu propio subsidio’ o ‘sácate tu propio subsidio’ en el transporte. No toma responsabilidades. Massa ha sido el peor ministro de Economía, no creo que tenga para opinar (sobre) qué vamos a hacer nosotros. Tendría que hacer las cosas bien ahora, porque hoy él es ministro”, planteó durante una conferencia de prensa en San Juan, evento de cierre de campaña en dicha provincia.
“Él sabe que está generando todos los días un dólar distinto, ya nos perdimos. Ha ido generando devaluaciones parciales, pero todo parche. Nosotros queremos poner sobre la mesa la realidad para bajar la inflación y que los argentinos tengamos un solo peso y un solo dólar, eso es lo lógico. No se puede trabajar con 200 tipos de dólares y dónde sacan y ponen subsidios”, cerró.
Massa cerró este martes la campaña de Unión por la Patria con críticas a Patricia Bullrich y Javier Milei: “Lo peor está pasando”, reconoció el actual ministro de Economía en la cancha de Arsenal de Sarandí.
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