América Latina: ¿Cómo se proyecta la relación con la Casa Blanca?
Inmigración, comercio e influencia china son los temas prioritarios de Estados Unidos y la región, de cara a un nuevo gobierno estadounidense.
Una estable relación ha tenido Estados Unidos en los últimos años con la mayoría de los países de la región, con lo que en muchas materias se prevé que con el próximo gobierno estadounidense no exista un cambio profundo en temas de comercio y acuerdos bilaterales.
Pese a que América Latina no ha sido un tema prioritario para Donald Trump y el mandatario ha sido en general indiferente con la región, hay una serie de factores que prefiere mantener bajo su radar, algo que queda demostrado la elección de Mauricio Claver-Carone, asesor de Trump, como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Además, ha cosechado buenas relaciones con varios líderes de la región, especialmente con el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el mandatario de Colombia, Iván Duque, e incluso con el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Eso sí, dejando de lado a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
“América Latina volvió a ser el ‘patio trasero’ de tiempos pasados, en el peor de los sentidos, un continente donde EE.UU. ejerce su hegemonía y obliga a los países de la región a seguir los lineamientos de Washington. Si bien hay mucho consenso en la región a favor de una transición democrática en Venezuela, Cuba, y Nicaragua, las herramientas de la administración -fuertes sanciones economicas agotadoras- no han sido avaladas por el resto del hemisferio”, sostiene a La Tercera Cynthia Arnson, directora del Programa Latinoamericano del think tank Wilson Center.
En términos comerciales, un logro fue la renegociación del tratado comercial con México y Canadá. Pero por otro lado, la dura postura de Trump frente a Venezuela con una política de “máxima presión” y la migración latinoamericana parecen ser los asuntos más polémicos entre Estados Unidos y la región.
Durante los últimos cuatro años el mandatario ha centrado sus esfuerzos en reducir la inmigración, especialmente la proveniente del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), con la construcción del muro con México y su plan “tolerancia cero” que terminó con la sepración de miles de familias en la frontera. También, Trump ha apuntado contra los “dreamers”, es decir, los jóvenes que llegaron como menores de edad indocumentados a Estados Unidos y protegidos bajo el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).
Las relaciones entre EE.UU. y América Latina también se han basado en la lucha contra el narcotráfico, especialmente con Colombia. Este año, el gobierno de Trump incluyó a Colombia en el listado de países que cumplen el mayor rol en la producción o tránsito de drogas, sin embargo, advirtió sobre la necesidad de que el país retome las aspersiones aéreas contra los cultivos ilícitos.
“Lo más exitoso ha sido la relación que ha logrado tener, en una suerte de equilibrio tenso, con México que sí han logrado llegar a un acuerdo en términos de materia comercial con el gran acuerdo y, en términos parciales, en materia de política migratoria”, sostiene a La Tercera el director del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), Alfredo Serrano.
El factor China
Eso sí, el principal motivo de preocupación para Estados Unidos con la región, en los próximos años, sería otro: China. “Dada su cada vez más agresiva presencia en América Latina, la geopolítica y el conflicto entre Washington y Pekín marcarán la relación entre EE.UU. y América Latina, con independencia de quién gane en noviembre”, escribió hace unas semanas en una columna en Clarín, Carlos Malamud, investigador del Real Instituto Elcano.
Juan Cruz, un veterano oficial de inteligencia que, entre mayo de 2017 y septiembre de 2018, se desempeñó como el principal responsable de la formulación de políticas de Trump en América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional dijo a The New York Times que la pasividad del gobierno de Obama permitió que China expandiera sus asociaciones comerciales, diplomáticas y militares lo que, a largo plazo, plantea una amenaza estratégica para Estados Unidos.
Por ende, es probable que EE.UU. se acerque más a la región con el objetivo de evitar que China le quite su influencia sobre Latinoamérica. Estará por verse cómo Estados Unidos sigue avanzando en este propósito.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.