El ARA San Juan participó de ejercicio con toda la flota naval antes de desaparecer
El submarino fue parte de una misión de la Armada y habría pasado a cinco millas de distancia de la zona de las Malvinas, según Clarín.
Más de cuatro meses han pasado desde la tragedia del ARA San Juan, el submarino argentino que desapareció junto a sus 44 tripulantes sin dejar rastro. En medio de las dudas y el dolor de los familiares, el diario argentino Clarín, publicó este sábado información confidencial que invalida la versión del entonces jefe del estado mayor naval, Almirante Marcelo Srur, sobre las circunstancias de la pérdida.
El submarino no partió solo desde el Atlántico Sur con destino a Mar del Plata, sino que toda la flota de la Marina argentina se encontraba en la misma ruta. Tal como señala Clarín, buques, corbetas, lanchas patrulleras con buzos tácticos e incluso aeronaves se encontraban en un ejercicio naval junto al ARA San Juan, en el mayor ejercicio naval desplegado por la Armada desde 1983.
Desde el 27 de octubre, la Marina argentina, incluido el submarino, estaban en medio de una operación de mayor riesgo militar. El objetivo del ejercicio era hundir de forma adrede un buque, llamado Comodoro Somllera, que estaba en desuso y que fue escogido como blanco de una ofensiva militar de naves de superficie y submarinos, como el San Juan.
El Comodoro Somllera fue hundido exitosamente con misiles y con minas que buzos tácticos pusieron en el barco, que finalmente explotó, según el procedimiento articulado por el plan del ejercicio. El lugar que este operativo confidencial de la Armada identificó como su "punto rojo", es un área cercana a la Isla de los Estados, frente a Tierra del Fuego.
El diario Clarín accedió a documentos de la Marina con categoría de "confidencial", que demuestran que el ARA San Juan no tenía como única misión patrullar por las aguas territoriales argentinas con el fin de detectar pesqueros extranjeros que podrían atravesar y explotar de modo ilegal los límites establecidos.
Contrario a los dichos de las altas autoridades, el San Juan podía navegar. Prueba de ello es que el submarino haya cumplido con su parte en el ejercicio. Incluso podía navegar con la solvencia necesaria para participar, con protagonismo armamental variable en la calculada explosión del Somellera, según fuentes consultadas por el diario trasandino.
Después de esto, efectivamente el submarino siguió su camino hacia el Golfo San Jorge y a Mar del Plata hasta el 15 de noviembre cuando perdió todo tipo de comunicación.
El gobierno argentino mostró ante el Congreso documentación confusa, con anotaciones manuscritas y tachaduras sobre el texto, que el submarino habría entrado en las 200 millas náuticas que según Reino Unido, son los límites perimetrales de las islas Malvinas dentro de las cuales no pueden navegar otras naves de guerra que no sean tripuladas por la Royal Navy.
Fuentes de la Armada y del Ministerio de Defensa admitieron al diario Clarín que el ARA San Juan, en un momento de su travesía hacia los puertos del sur habría navegado guardando una distancia de cinco millas con el límite "de la Corona", como llamaron a la zona de conflicto con Reino Unido sobre la soberanía de las Islas Malvinas.
De modo informal, el gobierno admite que el submarino perdido tenía como misión vigilar las aguas argentinas, pero en particular poner atención a la ya antes comprobada aparición de pesqueros de bandera inglesa que sí habían superado los límites de la Corona ingresando al Mar argentino. Según el expediente judicial de la causa que instruye la jueza Martha Yañez, que investiga la desaparición del San Juan, el submarino en un viaje anterior por el Atlántico Sur se había topado con naves extranjeras, algunas manejadas por súbditos de la Reina Isabel II. Durante su última misión, el San Juan tenía orden de avistar e intentar conseguir material audiovisual de posibles naves intrusas en aguas de Argentina.
Crisis institucional en la Armada
El plan naval del sur que movilizó a toda la Marina y al ARA San Juan fue organizado por el contralmirante José Luis López Mazzeo, Comandante de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada, quien debía ser el sucesor natural del jefe del estado mayor Naval, Marcelo Srur. La desaparición del submarino generó una crisis que habría sido impulsada desde la Armada para evitar el ascenso de López Mazzeo. Srur inició un sumario interno a López Mazzeo por la muerte de los 44 tripulantes, mientras que éste respondió jurídicamente. Ante esto, el ministro de Defensa le solicitó el pase a retiro a Srur.
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