Axel Kicillof y el arribo del kirchnerismo más duro en la provincia de Buenos Aires

Las calles de Argentina se llenaron de peronistas la noche del domingo. Cientos de personas caminaban agitando banderas, entonando canciones del partido de Perón. Los autos tocaban la bocina como señal de apoyo a los transeúntes y Buenos Aires se convirtió en una suerte de fiesta K ñuego del triunfo de Alberto Fernández. El encargado de abrir la noche de celebraciones fue el exministro de Economía y futuro gobernador de la provincia de Buenos Aires por el Frente de Todos, Axel Kicillof, quien logró una amplia victoria sobre la actual gobernadora macrista, María Eugenia Vidal. Kicillof la venció por 52% a 38%.

Kicillof, actual diputado de 48 años, fue el primero en sostener el micrófono en el comando donde cientos de personas lo ovacionaban. En el bunker kirchnerista prometió que van a "gobernar como se hizo esta campaña: recorriendo todos los rincones de la provincia, acompañando a los que sufren". Y advirtió que "cambia la lógica de gobierno e implica tener prioridades distintas a las que vimos los últimos cuatro años".

El triunfo de Kicillof, muy cercano a Cristina Fernández, permitió que el peronismo recuperara el principal bastión del país: la provincia de Buenos Aires representa nada menos que el 37% del electorado argentino. Sin embargo, con Kicillof no solo vuelve el peronismo luego de cuatro años de gestión macrista, sino que se espera que con él arribe también el kirchnerismo más puro y duro.

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Seguidores de Alberto Fernández y de Axel Kicillof festajan la noche del domingo en el Obelisco, en Buenos Aires. FOTO: AP[/caption]

"Kicillof ya mostró el kirchnerismo duro que encarna en el discurso de ayer, cuando desentona con el tono contemporizador que acompañó a vencidos y vencedores", dijo a La Tercera el analista José Di Mauro.

El exministro de Cristina Fernández es descrito por los medios argentinos como el "ministro mimado" de la exmandataria, y además se le reconoce cercano a La Cámpora, agrupación política de marcada tendencia kirchnerista (menos de centro y más ligado a la izquierda), liderada por Máximo Kirchner, el hijo del matrimonio K.

Por eso se teme que ante la próxima gobernatura de Kicillof, este sector del peronismo pueda sumar gran poder en la provincia, y luego dar un salto a nivel nacional. Los "temores" se desencadenaron en julio de este año cuando la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal manifestó que si ganaba el kirchnerismo "La Cámpora va a ser el gobierno, no va a influir, va a gobernar; porque Kicillof es Máximo y el proyecto es Máximo 2023".

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Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Alberto Fernández. FOTO: REUTERS[/caption]

Kicillof respondió que "Máximo no me da órdenes. Eso es una ridiculez. La gobernadora (María Eugenia Vidal) lo dice para ver si hablamos de una cosa inverosímil en lugar de hablar del desastre que armaron en la provincia de Buenos Aires", señaló.

El diario argentino La Nación también asegura que con la llegada de Kicillof a gobernar la provincia, "La Cámpora puede exhibir su máxima expansión territorial desde que llegó al poder al amparo de Máximo Kirchner, estrenando nuevos municipios y peleando por otros".

"Kicillof no es La Cámpora, sin embargo, Kicillof es el kirchnerismo. No es lo mismo, pero yo creo que en toda la primera etapa de Fernández no va a haber ningún tipo de conflicto interno dentro de la coalición Frente de Todos", analiza el politólogo Julio Burdman. "Creo que la situación de crisis que deja el gobierno saliente de Mauricio Macri no deja lugar para algún tipo de competencia albertismo-kirchnerismo. Todo eso es una ficción", agrega.

Lo mismo sostiene a La Tercera el analista político argentino Carlos Fara, quien manifiesta que a Kicillof se le tiende a confundir como miembro de La Cámpora , pero que "tiene criterios propios y no lo veo un títere de La Cámpora, más allá de que La Cámpora quiera convertirlo en un personero, y de ahí proyectar la provincia de Buenos Aires al nivel nacional".