Biden y Zelensky advierten en la ONU que la agresión rusa podría expandirse más allá de Ucrania
En su primera aparición en persona en la Asamblea General de las Naciones Unidas desde que Rusia invadió su país en 2022, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, denunció que el Kremlin está "usando como armas" a los alimentos, la energía y los niños secuestrados.
En medio de aplausos y vistiendo su característica camisa verde oliva, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, tuvo este martes su primera aparición en persona en la Asamblea General de las Naciones Unidas desde que Rusia invadió su país en 2022. Junto con implorar a los líderes mundiales reunidos en Nueva York que se mantengan unidos contra la amenaza rusa, denunció que el Kremlin está “usando como armas” a los alimentos, la energía y los niños secuestrados.
“Ucrania está haciendo todo lo posible para garantizar que después de la agresión rusa, nadie en el mundo se atreva a atacar a ninguna nación”, dijo Zelensky. “Hay que frenar el armamentismo, castigar los crímenes de guerra, que los deportados vuelvan a casa y que el ocupante regrese a su propia tierra”, prosiguió, agregando que “debemos estar unidos para lograrlo, y lo haremos”.
Si bien el mundo tiene varios acuerdos que restringen el comercio de las armas “no hay restricciones reales sobre emplear otros asuntos como armas”, declaró Zelensky. Así, señaló el efecto de la guerra sobre el suministro de combustible y alimentos, acusando a Rusia de manipular los mercados mundiales de alimentos para conseguir el reconocimiento internacional de la propiedad de las tierras que arrebató a Kiev.
Asimismo, dijo que Moscú estaba cometiendo un genocidio al secuestrar a niños ucranianos. Destacó lo que Ucrania dice que fueron al menos decenas de miles de niños separados de sus familias después de la invasión de Moscú: “¿Qué pasará con ellos?”, se preguntó. “A esos niños en Rusia se les enseña a odiar a Ucrania y se rompen todos los lazos con sus familias. Y esto es claramente un genocidio”, afirmó.
La Corte Penal Internacional emitió en marzo una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin y otro funcionario, acusándolos de secuestrar niños de Ucrania. Los funcionarios rusos han negado cualquier transferencia forzada de niños, diciendo que algunos niños ucranianos están en hogares de acogida.
Rusia tendrá la oportunidad de dirigirse a la Asamblea General el sábado, cuando se espera que el ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, suba a la tribuna. El embajador adjunto ante la ONU, Dmitry Polyansky, ocupó el asiento de Rusia durante el discurso de Zelensky, quien visitará el Capitolio y la Casa Blanca en Washington el jueves.
Zelensky subió al podio de la Asamblea General en un momento sensible de la campaña de su país para mantener el apoyo internacional a su lucha. Casi 19 meses después de que Rusia lanzó su invasión, las fuerzas ucranianas llevan tres meses en una contraofensiva que no ha sido tan rápida ni eficaz como se esperaba.
Ucrania y sus aliados presentan la causa del país como una batalla por el derecho internacional, la soberanía de cada país que tiene un vecino poderoso y potencialmente expansionista y por la estabilidad de un mercado global de alimentos, combustibles y otros bienes que ha sido trastornado por la guerra. Esto ha provocado inflación y penurias graves a los países pobres.
“Debemos oponernos a esta agresión descarada hoy y disuadir a quienes pretendan ser agresores mañana”, dijo el Presidente estadounidense Joe Biden en su discurso a la Asamblea General. Su promesa de apoyo a Ucrania provocó aplausos, y las cámaras de la ONU enfocaron a Zelensky, ocupando la banca de Ucrania en la Asamblea General y aplaudiendo.
“Rusia cree que el mundo se cansará y le permitirá brutalizar a Ucrania sin consecuencias”, señaló Biden en su discurso. “Si permitimos que se trinche a Ucrania, ¿está segura la independencia de cualquier nación?”. El inquilino de la Casa Blanca arrancó aplausos cuando dijo que Estados Unidos y sus aliados apoyarán la lucha de Ucrania por la libertad. “Rusia es la única responsable de esta guerra”, afirmó. “Sólo Rusia tiene el poder de poner fin a esta guerra de inmediato”.
Las declaraciones de Biden se hicieron eco de las del secretario general de la ONU, António Guterres, quien en su discurso de apertura de la Asamblea General dijo que la invasión rusa “ha desencadenado un nexo de horror”.
El p0residente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo en su discurso ante la ONU que Turquía “intensificará nuestros esfuerzos para poner fin a la guerra a través de la diplomacia y el diálogo sobre la base de la independencia y la integridad territorial de Ucrania”.
El año pasado, Zelensky presentó un plan de 10 puntos que incluía la restauración de la integridad territorial de Ucrania, la retirada de las tropas rusas y el cese de las hostilidades, y la restauración de las fronteras estatales de Ucrania.
Dijo que ahora estaba trabajando para una cumbre de paz basada en eso: “Mañana (miércoles) presentaré los detalles en una reunión especial del Consejo de Seguridad de la ONU”.
Pero el Kremlin tiene amigos influyentes que no se han sumado al coro condenatorio: China e India, entre otros, se han declarado neutrales, lo mismo que varios países de Medio Oriente y África. Muchos países latinoamericanos y del Caribe prefieren llamar la atención del mundo sobre otros problemas como el cambio climático y los conflictos en África.
Al respecto, en su discurso ante la ONU, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió la resolución pacífica de la guerra en Ucrania a través del diálogo y criticó el gasto militar. También dijo que la continuación del conflicto era evidencia de la “pérdida de credibilidad” del Consejo de Seguridad de la ONU y cuestionó a las instituciones multilaterales por no lograr avanzar la paz global y reducir la pobreza.
Lula volvió a criticar las sanciones impuestas a Rusia. “Las sanciones unilaterales causan un gran daño a la población de los países afectados. Además de no lograr sus supuestos objetivos, obstaculizan los procesos de mediación, prevención y resolución pacífica de los conflictos”, dijo.
El presidente brasileño también afirmó que “el Consejo de Seguridad de la ONU ha ido perdiendo progresivamente su credibilidad. Esta fragilidad surge en particular de las acciones de sus miembros permanentes, que libran guerras no autorizadas en busca de expansión territorial o de cambio de régimen”.
En su intervención, Lula también advirtió a los líderes mundiales en Naciones Unidas sobre la posibilidad de un golpe de Estado en Guatemala, respaldando la preocupación de Estados Unidos sobre los riesgos para la democracia tras las elecciones del mes pasado.
“En Guatemala existe el riesgo de un golpe de Estado, que impediría la investidura del ganador de las elecciones democráticas”, dijo Lula ante la Asamblea General de la ONU en alusión al candidato anticorrupción Bernardo Arévalo.
En el mismo evento, el mandatario guatemalteco Alejandro Giammattei refrendó más tarde que entregará la presidencia a inicios de 2024, como señala la ley, y denunció que el proceso electoral en su país “estuvo enmarcado con acciones de interferencia internacional innecesaria”, sin ofrecer más detalles. “Distinto a la falta de la verdad que hoy hemos escuchado en este podio, entregaré el poder a quien resultó electo por la soberana voluntad mayoritaria del pueblo de Guatemala el próximo 14 de enero que se cumple mi mandato constitucional”, manifestó.
Al final de su discurso, Lula volvió al tema de la desigualdad. Y dijo que la cuestión debería generar “indignación” por parte de los líderes mundiales. “La desigualdad necesita inspirar indignación. Indignación por el hambre, la pobreza, la guerra, la falta de respeto por los seres humanos. Sólo movidos por la fuerza de la indignación podemos actuar con voluntad y determinación para superar la desigualdad y transformar efectivamente el mundo que nos rodea”, afirmó.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso el martes a las Naciones Unidas realizar dos conferencias de paz sobre Ucrania y Palestina para poner fin a esos conflictos y enfocar los esfuerzos internacionales en enfrentar el cambio climático, al que calificó como “la madre de todas las crisis”.
“¿No es hora de acabar ambas guerras y otras y aprovechar el corto tiempo para construir los caminos para salvar la vida en el planeta?”, aseguró el economista de 63 años, durante su intervención en la 78° Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Les propongo acabar la guerra para tener el tiempo de salvarnos. Les propongo que Naciones Unidas auspicie cuanto antes dos conferencias de paz. La una sobre Ucrania, la otra sobre Palestina, no porque no haya otras guerras en el mundo, como en mi país, sino porque enseñarían a hacer la paz en todas las regiones del planeta”, afirmó el mandatario, quien también insistió en su propuesta para cambiar la lucha contra las drogas reconociendo el consumo y la adicción como un problema de salud pública, en lugar de enfrentarlo con un fallido enfoque militar.
En su último discurso como Presidente de Argentina ante la Asamblea General, Alberto Fernández atacó al FMI y pidió el fin del bloqueo a Cuba y Venezuela. “La Argentina se opone firmemente a la utilización de medidas unilaterales de coerción y a la adopción de prácticas comerciales discriminatorias. La perpetuación del bloqueo contra Cuba es inadmisible”, sentenció. También consideró necesario “cesar de inmediato las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela”, consignó La Nación.
Un día después de que la Cámara Federal de Casación anulase el sobreseimiento de Cristina Kirchner en la causa por el memorándum con Irán, Fernández reclamó: “Queremos que los responsables de tan atroces ataques sean identificados, juzgados y condenados”, en alusión a los atentados a la Embajada de Israel (1992) y a la AMIA (1994). Y en materia de deuda económica, reprochó al FMI que “financian a Ucrania en medio de la guerra y mientras aplican sobrecargos a los intereses que le cobran”.
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