China frena contagios locales, pero teme ola de casos importados

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Según la Comisión Nacional de Salud, China continental tuvo el miércoles su primer día sin transmisiones nacionales desde el inicio de la crisis.


“Hoy hemos visto el amanecer tras tantos días de duros esfuerzos’’. Las palabras, pronunciadas por Jiao Yahui, inspector jefe de la Comisión Nacional de Salud de China, grafican un nuevo hito para el régimen del Presidente Xi Jinping en su lucha contra el coronavirus: el gigante asiático registró su primer día sin contagios locales por el Covid-19 desde que empezó la crisis en diciembre. “Sin nuevos casos en Wuhan, China continental redujo el miércoles el aumento de las transmisiones nacionales a cero”, señaló un comunicado publicado por la agencia Xinhua.

Sin embargo, la Comisión Nacional de Salud manifestó su preocupación por un nuevo foco de contagio, tras reportar 34 casos “importados” (personas provenientes del exterior), que constituyen el mayor aumento diario en dos semanas. De acuerdo con la entidad, los casos importados suman ahora 189.

“No debemos permitir que se revierta la tendencia positiva obtenida mediante grandes esfuerzos”, advirtió el miércoles Xi Jinping en una reunión del Partido Comunista de China (PCCh).

Para evitar que los viajeros procedentes del extranjero desaten segunda oleada de coronavirus, el gobierno chino decidió imponer una cuarentena obligatoria a todas las personas que llegan al país. En Beijing, por ejemplo, los obligan a alojarse en uno de los hoteles dispuestos para aislar a estos viajeros. Y, el costo de cada noche, de la habitación y de las comidas, corre por cuenta de los pacientes. En Hong Kong y en Macao todos los que llegan deben someterse a un autoaislamiento de 14 días en su hogar, seguido de dos semanas de vigilancia médica. Además, en la excolonia británica, los retornados deben usar una pulsera electrónica y descargar una aplicación en el celular que monitoriza todos sus movimientos.

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Y es que el régimen comunista no quiere perder todo lo avanzado en su lucha contra el coronavirus, batalla que le ha permitido al gigante asiático recuperar cierta normalidad. Según consigna el diario español El Mundo, algunas ciudades de la provincia de Hubei, cerrada desde hace más de 56 días, ya empiezan a abrir. Desde Wuhan, su capital, ya están volviendo a sus casas los más de 42.000 médicos que se desplazaron al epicentro del brote para aliviar lo que en enero era un sistema sanitario colapsado. Las autoridades están empezando a suavizar las restricciones, pero solo en el resto de la provincia, donde se retirarán la mayor parte de los controles. Wuhan sigue aislada y solo se permite entrar o salir a personas con permisos especiales.

Y en el resto del país, en urbes como Beijing o Shanghai, la gente ya ha vuelto a retomar el trabajo en las oficinas y algunos locales comerciales y restaurantes se están animando a abrir.

Además de los informes diarios de los ciudadanos que los comités vecinales y las empresas están obligados a enviar al gobierno, las personas reciben a diario en sus celulares cuestionarios en los que deben consignar, además de sus datos personales, el resultado de la toma de temperatura corporal, los lugares que visitó en los últimos 14 días, si tuvo contacto con afectados por coronavirus y si presenta síntomas relacionados con una gripe.

Esa información permite al gobierno implementar un tipo de “semáforo” que aparece en el celular de cada ciudadano chino al escanear un código QR. El color verde significa que no hay peligro, el naranja es para quienes han visitado zonas sin riesgo durante los 14 días previos, y el rojo determina que la persona debe permanecer en cuarentena. Además, antes de entrar a algún lugar al ciudadano se le toma la temperatura. Si está por encima de 37,3 grados, se da aviso a la policía para que ordene la cuarentena por 14 días.

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