Crisis en Venezuela pone en jaque fronteras con Colombia y Brasil
Autoridades de ambos países discuten medidas para mejorar las condiciones, regular el ingreso de venezolanos y evitar el inminente colapso.
Para miles de venezolanos, sean ciudadanos solos o familias enteras, Colombia y Brasil son vistos como la alternativa más fácil para dejar atrás la innegable crisis humanitaria que vive su país. Trabajo, alimentos y medicinas que en Venezuela no se consiguen son las principales razones por las cuales emigran hacia las ciudades fronterizas de Cúcuta y Boa Vista. Sin embargo, la gran cantidad de inmigrantes en esas ciudades abrió el debate y la situación podría cambiar drásticamente.
Mientras el Parlamento de Venezuela aprobó el 30 de enero un acuerdo sobre la situación fronteriza del país, que calificó de "crisis", y por el que solicitó la aplicación de corredores humanitarios para sus ciudadanos, tanto en Colombia como en Brasil, la palabra colapso también es recurrente. Según datos divulgados por Migración Colombia, 550 mil venezolanos llegaron al país en los últimos dos años y el flujo migratorio de personas de Venezuela se incrementó 110% en 2017. De esa cifra, 374 mil permanecen de manera ilegal y una cifra cercana a los 58 mil está en el distrito Norte de Santander, cuya capital es Cúcuta.
El portal colombiano Portafolio destacó el impacto que genera la masiva presencia de venezolanos en Cúcuta, donde el desempleo registró una tasa de 14,3% el año pasado, la segunda más alta del país y una informalidad del 70%. En materia de desempleo, la ciudad "ya tenía en la última década unas de las cifras más altas del país", destaca. Y en términos de seguridad, "a los problemas de guerrillas, paramilitares, narcotráfico, contrabando y delincuencia común que ya se presentaban e iban apareciendo y mutando en las últimas décadas, ahora se suman los delincuentes venezolanos asaltando en las calles y todo tipo de locales comerciales", agrega.
Ante esa situación, la canciller colombiana María Ángela Holguín expresó que este jueves el Presidente Juan Manuel Santos adoptará nuevas medidas para los venezolanos en Colombia. Las iniciativas contemplan áreas como salud, seguridad y migración. Con su visita a Cúcuta ese día, Santos buscará escuchar la opinión de los alcaldes de la zona sobre el incremento de la migración de venezolanos.
El ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, propuso en el Foro Económico Mundial de Davos preparar para Venezuela lo que llamó un plan económico para el "día después". Cárdenas instó a participar a instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco de Desarrollo de América Latina. "La idea es tener listo un plan económico para Venezuela para el día después. No sabemos cuándo vamos a llegar al día después, pero eso va a ser rápido por la gravedad de la crisis", advirtió.
Preocupación en Brasil
Al igual que en Caracas, Brasilia también ve con preocupación el asunto. El ministro de Desarrollo Social, Osmar Terra, informó el viernes que el gobierno brasileño planea crear un campo de refugiados para recibir a los miles de venezolanos que ingresan a Brasil.
Además, Brasilia evalúa suspender temporalmente el ingreso por tierra de venezolanos en la frontera norte hasta que se realice un censo de quienes llegaron masivamente al estado de Roraima escapando de la crisis en el país vecino. La fuente cita al senador oficialista Romero Jucá, quien dijo que "tuvimos aquí el compromiso de ministros de tomar acciones de emergencia".
Boa Vista, capital del Estado de Roraima, en el extremo norte de Brasil, es la principal vía de acceso a Brasil para los venezolanos. Y ahí la situación también se vuelve crítica. Según el diario Folha de Sao Paulo, hay cerca de 40 mil venezolanos en Boa Vista. La alcaldía de la ciudad apunta a que ya son más del 10% de los 330 mil habitantes de la ciudad.
"Me abruma lo que sucede aquí en Roraima. Andamos por calles que se parecen a la serie The Walking Dead. Los venezolanos en las calles parecen zombies. Nuestro estado sin perspectivas, con sueldos atrasados. Y no pasa nada". La declaración pertenece a Paulo César Quartiero, quien el 26 de enero renunció a su cargo de vicegobernador del estado de Roraima. "El estado está agotado. Si quieren que Roraima reciba venezolanos, la ONU debe hacerse responsable", agregó Quartiero.
Al margen de una serie de conflictos y declaraciones cruzadas con la actual gobernadora de Roraima, Suely Campos, la situación obligó al gobierno a decretar situación de emergencia social en diciembre. Aunque tiene una validez de 180 días, la medida es una consecuencia del gran aumento que la migración venezolana ha mostrado desde 2015.
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