El Kremlin negociará el futuro de sus bases militares en Siria con las nuevas autoridades
Rusia dispone de dos instalaciones de importancia estratégica en el noroeste de Siria.
La caída del régimen de Bashar al Assad implicará para Rusia tener que negociar el futuro de sus dos bases militares en Siria con las nuevas autoridades, un diálogo con el que ya se ha comprometido este lunes el Kremlin, apenas un día después de confirmar la acogida en suelo del depuesto presidente sirio, un firme aliado de Moscú.
Rusia dispone de dos instalaciones de importancia estratégica en el noroeste de Siria: un aeródromo en Hmeimim, situado en la provincia de Latakia, y una base naval en Tartús, capital de la provincia homónima y puerta de acceso al mar Mediterráneo.
El Gobierno ruso declaró el domingo “en alerta roja” las citadas bases y el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha recalcado que su futuro es “muy importante” para Moscú. “Estamos haciendo todo lo necesario para tener contacto con quienes pueden brindar ahora seguridad”, ha dicho Peskov, según la agencia Interfax.
El portavoz presidencial cree que aún “es demasiado pronto” para extraer conclusiones, pero espera que a futuro pueda haber “una conversación seria”, tras un periodo de “transformación” que prevé también “de inestabilidad extrema”.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Defensa de la Duma Estatal, Andrei Kartapolovo, ha afirmado por su parte que no existe ninguna amenaza inminente para las bases y los contingentes que allí se encuentran y que siguen “cumpliendo sus obligaciones”. Kartapolovo ha advertido de que estos efectivos responderán en caso de ataque.
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