Emmanuelle Sinardet, experta en Ecuador: “En la segunda vuelta, Luisa González debe desvincularse de la figura de Rafael Correa”

La candidata Luisa González lanzando su campaña en Quito. Foto: Reuters

La directora del Centro de Estudios Ecuatorianos de la Universidad París-Nanterre comenta los resultados de los comicios del domingo pasado, donde el presidente Daniel Noboa y la correísta Luisa González obtuvieron un empate técnico, cuya definición se dará en el balotaje que tendrá lugar en abril.


Dos candidatos, dos meses para hacer campaña: luego de la primera vuelta del domingo pasado, los ecuatorianos tendrán que esperar hasta el domingo 13 de abril para decidir quién será el presidente de su país durante los próximos cuatro años. Daniel Noboa, que llegó al poder para terminar con el mandato de Guillermo Lasso, llegó en primer lugar, con un 44,16%, contra el 43,99% de Luisa González, la candidata del “correísmo”.

En entrevista con La Tercera, la directora del Centro de Estudios Ecuatorianos de la Universidad París-Nanterre, Emmanuelle Sinardet, comenta los resultados de la primera vuelta y las perspectivas de cara al balotaje.

El “empate técnico” protagonizado por Noboa y González en primera vuelta, ¿fue un resultado sorpresivo o era esperado?

Sí, siguiendo la expresión de Luisa González, es un empate técnico. Pero no es tan sorpresivo, considerando las encuestas previas. Al final, el que salió primero es Daniel Novoa y no la Revolución Ciudadana. Algunos dicen que es un gran éxito aquel resultado para el correísmo, que llegó a tener más del 40% de los sufragios, pero en realidad llega a una forma de empate cuando antes solía ser la mayor fuerza política del país, y el segundo candidato llegaba incluso con unos ocho o 10 puntos atrás. Y ahí hay algo nuevo. Y el tercer candidato, que es Leonidas Iza de Pachakutik, llega muy lejos, muy lejos, con solamente un 5,24% cuando esto nunca se había visto antes.

Leonidaz Iza en un encuentro de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. Foto: Reuters

¿Cuál es el rol en ese caso de Leonidas Iza de cara al balotaje?

Es muy interesante, porque es un caso de un fracaso en la primera vuelta que se convierte en una situación estratégica en la segunda vuelta. Esto, porque en realidad como el 88,15% de los electores votó por Noboa o González, queda poco para captar. Entonces el 5,24% de Iza es esencial, es medular para ganar. Entonces lo interesante es precisamente ver lo que va a hacer Pachakutik, porque se suele presentar como un partido más bien de las izquierdas, pero hay un conflicto entre el movimiento indígena y la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y Pachakutik, que es el brazo político de la Conaie y el correísmo.

Correa ganó en el 2007 con el apoyo de los movimientos indígenas, pero rápidamente surgieron tensiones que acabaron en una nítida distancia. Entonces no es nada seguro que Iza apoye a la candidata de Revolución Ciudadana, a la candidata del correísmo. O si decide apoyar, en tal caso será después de unas negociaciones, y no sé si Luisa González será capaz de alejarse del posicionamiento tradicional de un Rafael Correa, a la que sigue estando identificada. Es la heredera de Correa: es la imagen que tiene. Debe deshacerse de esta imagen, desvincularse de esta sombra tutelar del correísmo e inventar un correísmo sin Correa.

En cambio, Noboa, que muchas veces se ha descrito como de derecha por haber recibido el respaldo efectivamente de las derechas, tiene un posicionamiento ideológico muy borroso, muy fluido, incluso se autodefine de centroizquierda y es capaz de unas flexibilidades que permitirían, por lo menos ideológicamente, un acercamiento al movimiento indígena. Pero después, ¿Pachakutik querrá negociar con él y pactar acuerdos con él?

O sea, ahora estamos realmente ante un paisaje político totalmente nuevo y va a ser muy interesante, porque todas esas opciones hoy en día están abiertas.

Habrá que esperar hasta abril para el balotaje. Parece mucho tiempo y mucho espacio para que ocurran estas alianzas.

Exacto. Incluso la segunda vuelta no va a ser tan evidente para el actual candidato Noboa, porque al mismo tiempo es presidente y se ha metido en ciertas dificultades de carácter jurídico por el hecho de ser al mismo tiempo presidente y candidato. Y es un poco la telenovela del momento, por sus diferencias, su disputa con la vicepresidenta Verónica Abad: no quiere entregarle la presidencia cuando sale a hacer campaña.

Entonces decidió solo, sin pedir permiso a nadie, sin cumplir con el requisito jurídico que exige que pida licencia a la Asamblea Nacional. No lo ha hecho. Ha entregado por decreto esta presidencia en la primera vuelta a una de sus ministras, Cynthia Gellibert, y aparece hace unos días que eso es totalmente ilegal y que para la segunda vuelta tendrá que cumplir con los requisitos jurídicos.

Y ahí va a comenzar la dificultad para él. Está en una contienda de meses con su vicepresidenta actual. Intentó deshacerse de ella, no lo pudo.

Daniel Noboa votando en Olón. Foto: Reuters

Daniel Novoa llegó al poder en medio de una grave crisis de seguridad, al punto que en las elecciones de 2023 un candidato fue asesinado. ¿Ha mejorado esa situación de seguridad durante este breve gobierno de Noboa?

Esto explica también por qué los partidarios de Noboa habían anunciado que el presidente sería reelegido desde la primera vuelta, creían eso. Yo creo que hay un desgaste, a pesar de cierta popularidad, hay un desgaste del gobierno de Daniel Noboa precisamente por los resultados mitigados de su política de seguridad.

Entonces, hace un año, en enero de 2024, con aquel decreto del conflicto interno, declaró una guerra a 22 grupos criminales vinculados con el narcotráfico transnacional, y eso ha permitido una militarización bastante espectacular que le permitió recibir bastante apoyo desde los diferentes sectores de los ecuatorianos. O sea, hay una demanda en seguridad, que es incluso la primera demanda. El problema es que después de cierta estabilización o baja de la criminalidad, de un 15% al 20% más o menos, ha habido recientemente de nuevo un crecimiento de la violencia y enero pasado fue el mes más violento de toda la historia del país, y esto afecta la credibilidad que tiene el candidato Noboa, además de la crisis energética y la crisis económica.

Respecto al correísmo, ¿qué significa esta elección para esa fuerza? ¿Hay cierta independencia de Luisa González en relación con Rafael Correa?

La figura de Rafael Correa sigue siendo central en este paisaje político, aunque esté en Bélgica, como una sombra, como una figura un poco tutelar, porque es una figura que crea un clivaje profundo entre correístas y anticorreístas. Para Luisa González es en la primera vuelta una fuerza, porque pase lo que pase, como otras figuras un poco populistas que existen, la figura de Correa tiene a sus seguidores que son incondicionalmente correístas.

Y la candidata correísta está segura siempre en la primera vuelta de llegar a la segunda vuelta con un 25% al 30% de los votos, mínimo. Ahora es otra cosa en la segunda vuelta. ¿Por qué? Porque ganar la segunda vuelta supone abrir el correísmo a otras corrientes de las izquierdas, y aquí tenemos a la figura de Iza, y sabemos que el movimiento indígena tiene sus rencores con el correísmo, y por eso, para ganar este voto, Luisa González debe desvincularse de la figura de Correa, pero también en el centro.

En el caso de que Luisa González gane en abril, ¿existe la posibilidad de que indulte a Correa?

Oficialmente, Rafael Correa no puede volver a entrar a Ecuador, y me parece que la mayoría de los electores del centro no quieren de vuelta a Correa en el país. Y entonces, para ganar este apoyo del centro, Luisa González debe prometer que no habrá indulto a Correa. Y no solo a Correa, sino a otras figuras como, por ejemplo, el exvicepresidente Jorge Glas.

El expresidente Rafael Correa hablando telemáticamente en un evento de Luisa González. Foto: Reuters

¿Cuál es el rol de la crisis energética que afecta a Ecuador en este contexto?

Es enorme, porque precisamente una de las demandas es la seguridad, es empleo, la economía, y para mejorar la situación económica es indispensable estabilizar el acceso a una electricidad que es mayoritariamente, en el caso del Ecuador, hidroeléctrica. No es responsabilidad del gobierno de Noboa esta crisis, es una falta de inversión que remonta a gobiernos previos, pero se le ha culpado, digamos, de cierta ineficiencia en la gestión y en la comunicación.

Hay que saber que fueron apagones de hasta 14 horas en ciertas zonas del país. Entonces, ahora anunciaron unas lluvias que podrían solucionar la situación puntualmente, por lo menos, y eso ayudaría a Noboa, efectivamente, si hay como una tregua en esta crisis. Pero es un problema que se va a repetir a largo plazo por el cambio climático y entonces será también una clave su capacidad de dar, de proponer un plan que permita solucionar esta crisis a mediano plazo.

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