“Es un lugar increíble”: ¿Por qué Trump insiste tanto en comprar Groenlandia?
Sus dichos sobre comprar la isla y la visita de su hijo allí la semana pasada provocaron tensiones con Dinamarca, el Estado al que pertenece el enclave. Su riqueza natural y la posición clave que tiene entre Europa y América son parte del atractivo para el presidente electo.
El martes pasado, Donald Trump Jr. voló a Groenlandia, la isla ártica por la que su padre, el presidente electo Donald Trump, ha expresado un fuerte deseo de comprar, a pesar de las duras declaraciones de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, de que no está a la venta. Trump Jr. calificó el viaje como “un poco de diversión”, alimentando especulaciones sobre cuáles son exactamente los planes de su padre para este territorio.
Groenlandia, que tiene una superficie tres veces mayor que Texas y una población de 56.000 habitantes, es un territorio autónomo de Dinamarca y la isla más grande del mundo que no es un continente. Sigue dependiendo de Dinamarca en materia de política exterior, de defensa y de seguridad, pero tiene su propio Parlamento, primer ministro y gabinete.
Ocupa una posición geopolítica única, entre Estados Unidos y Europa y su capital, Nuuk, está más cerca de Nueva York que de Copenhague, la capital de Dinamarca.
¿Qué ha dicho Trump sobre Groenlandia?
Las aspiraciones de Trump de comprar esta isla se remontan al menos a agosto de 2019, durante su primer mandato en la Casa Blanca.
Más recientemente, habló sobre la compra de Groenlandia mientras estaba en campaña y reavivó el interés nuevamente el mes pasado después de decir en Truth Social: “Para propósitos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, los Estados Unidos de América sienten que la propiedad y control de Groenlandia es una necesidad absoluta”.
Antes del viaje de su hijo a Groenlandia la semana pasada, Trump escribió en Truth Social que “Groenlandia es un lugar increíble y la gente se beneficiará enormemente si, y cuando, se convierta en parte de nuestra nación” y que “este es un acuerdo que debe concretarse”. También escribió en una publicación en Truth Social el lunes pasado, que había escuchado que “la gente de Groenlandia es ‘MAGA’” y adjuntó un video que supuestamente muestra a un groenlandés pidiendo a Estados Unidos que compre la isla.
Y durante una conferencia de prensa el martes pasado, el presidente electo dijo que no podía descartar el uso de la coerción militar o económica para apoderarse del Canal de Panamá y de Groenlandia. “Necesitamos Groenlandia por razones de seguridad nacional”, afirmó, argumentando que Dinamarca, aliado de Estados Unidos, debería cederla para “proteger al mundo libre”. Amenazó con imponer aranceles a Dinamarca de no hacerlo
Posición estratégica y riqueza natural
No está del todo claro cuáles son las ambiciones de Trump respecto de una Groenlandia controlada por Estados Unidos, pero los expertos dicen que la isla tiene un gran valor, tanto geopolítico como fuente de minerales vitales que podrían ayudar a un país a largo plazo.
Desde hace tiempo se considera que es clave para la seguridad de Estados Unidos, especialmente para repeler un posible ataque de Rusia, dijo Ulrik Pram Gad, investigador principal del Instituto Danés de Estudios Internacionales, a la cadena CNN. La ruta marítima del Paso del Noroeste corre a lo largo de su costa y la isla es parte de la brecha entre Groenlandia, Islandia y Reino Unido, una región marítima estratégica.
Estados Unidos está interesado en garantizar que “ninguna gran potencia hostil controle Groenlandia, porque puede ser un punto de apoyo para atacar a Estados Unidos”, dijo Pram Gad a CNN. “Desde la perspectiva del Ártico, Groenlandia es nuestro punto de observación de todo lo que está sucediendo, incluso en la Ruta del Mar del Norte, que está controlada por Rusia”, comentó a NPR Amanda Lynch, profesora de ciencias de la Tierra en la Universidad de Brown.
Por otro lado, Groenlandia es tesoro de recursos naturales (incluidos metales de tierras raras), que podrían volverse más accesibles a medida que el cambio climático derrita el hielo del territorio. “Además, Groenlandia tiene muchos recursos, no solo hidrocarburos, sino también minerales de tierras raras y uranio. Y cuando pensamos en la transición a la energía verde, el acceso a los minerales de tierras raras en particular es importante para cualquier nación, señalo Lynch.
Los metales de tierras raras son muy demandados para los autos eléctricos y las turbinas eólicas de la transición verde, así como para la fabricación de equipos militares. Otros recursos presentes son el petróleo y el gas. Es lo que más podría ser atractivo para Trump, según dijo a CNN Klaus Dodds, profesor de geopolítica en el Royal Holloway, de la Universidad de Londres.
Actualmente, China domina la producción mundial de tierras raras y ya ha amenazado con restringir la exportación de minerales críticos y tecnologías asociadas, antes del segundo mandato de Trump. “No hay duda alguna de que Trump y sus asesores están muy preocupados por el dominio que parece tener China”, señaló Dodds a CNN. “Creo que Groenlandia es realmente para mantener a China fuera”, señaló, al agregar que Groenlandia ofrece una fuente potencialmente rica de estos minerales críticos.
Sin embargo, no es muy probable que Trump pueda hacerse cargo de Groenlandia, dijo Lynch a NPR. En cambio, sería más productivo para Estados Unidos buscar alianzas sólidas y apoyar a los gobiernos soberanos para que “desarrollen sus activos y colaboren con nosotros”. “Y si somos actores positivos en ese espacio, entonces creo que ese es el camino más positivo y también el más probable a seguir”, afirma.
La historia entre EE.UU. y Groenlandia
Trump no es el primer presidente estadounidense que plantea la idea de comprar Groenlandia. En 1867, cuando el presidente Andrew Johnson adquirió Alaska, también consideró la posibilidad de comprar la isla. Al final de la Segunda Guerra Mundial, la administración de Harry S. Truman ofreció a Dinamarca 100 millones de dólares por el enclave, según documentos de los que informaron por primera vez los medios daneses.
Ninguna de las dos ofertas se materializó, pero en virtud de un tratado de defensa de 1951, Estados Unidos obtuvo una base aérea llamada actualmente Base Espacial Pituffik, en el noroeste de Groenlandia. A medio camino entre Moscú y Nueva York, es el puesto avanzado más septentrional de las Fuerzas Armadas estadounidenses y está equipado con un sistema de alerta de misiles.
No obstante, hasta la fecha los gobiernos de Dinamarca y Groenlandia se han manifestado firmemente en contra de la idea de que el territorio ártico pueda ser comprado. “No estamos en venta y nunca lo estaremos. No debemos perder nuestra lucha de años por la libertad”, escribió el primer ministro de Groenlandia, Múte Egede, en una publicación de Facebook a fines de diciembre.
Por ahora, no está claro cómo Trump llevará adelante su declarado deseo de adquirir Groenlandia una vez que asuma el cargo. “Nadie sabe si es solo una bravuconería, si es una amenaza para conseguir algo más o si es realmente algo que quiere hacer”, dijo Pram Gad.
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