El impacto electoral del escándalo de corrupción
Tanto el Presidente Macri como Cristina K se están preparando para las elecciones de octubre de 2019.
El escándalo de las millonarias coimas que sacude al kirchnerismo y a varios empresarios argentinos podría tener un efecto electoral de cara a los comicios de octubre de 2019.
Según el diario Clarín, en la Casa Rosada suponen que tendrá cierta influencia en el sector de los votantes "desencantados". Esto porque tanto la expresidenta Cristina Fernández como Mauricio Macri, ya se estaban preparando sus respectivas estrategias de cara a las elecciones. Según las últimas encuestas, ambos aparecen empatados en caso de un balotaje. "En los núcleos duros de kirchneristas y macristas esto no mueve la aguja. Sí puede influir en una parte de los desencantados, que son un tercio del electorado", dijo una fuente de la casa de gobierno a Clarín.
Sobre el hecho de que uno de los empresarios mencionados en los cuadernos fue un exgerente de Iecsa, empresa que perteneció a los Macri, una fuente dijo a Clarín que el Presidente había cambiado de actitud y ahora dice: "que avance como tenga que avanzar". Ello, en alusión a la investigación, por lo que se estima que este tema no tenga efecto.
El analista argentino Rosendo Fraga señaló a La Tercera que con este escándalo, " en lo político, por lo menos en el corto plazo, se favorecen los adversarios del kirchnerismo: el gobierno de Cambiemos encabezado por Macri y el peronismo antikirchnerista, que tiene varios candidatos, pero que carece por ahora de un liderazgo claro".
En todo caso, las diligencias contra Cristina K ya comenzaron y hoy el juez Claudio Bonadio pidió permiso al Congreso para allanar los domicilios privados de la senadora, entre ellos su propiedad en Buenos Aires y las residencias de Santa Cruz. La intención del magistrado es conseguir pruebas en la causa de los cuadernos de las coimas. Además, Bonadio citó a Cristina a una indagatoria para el 13 de agosto. Ese día el juez decidirá si la procesa y si eventualmente pide su desafuero para poder detenerla.
Para que sea desaforada dos tercios del Senado deberían quitarle el fuero. "No parece fácil, dado que esta cámara, tiene la doctrina de que mientras la condena no esté firme, es decir resuelta por la máxima instancia de apelación (La Corte Suprema), no se le puede sacar el fuero al legislador", explicó Fraga.
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