Siete grandes centros de vacunación contra el coronavirus abrieron sus puertas en Inglaterra el lunes, en el marco de los esfuerzos por vacunar a millones de personas en un mes y combatir la propagación de la nueva cepa que amenaza con saturar los hospitales.

Los centros se levantaron principalmente en instalaciones deportivas, incluidos estadios de fútbol y una pista de carreras de caballos, en grandes ciudades como Londres, Birmingham y Manchester.

Cada uno de ellos debe vacunar a miles de personas y nuevas instalaciones se sumarán próximamente, entre ellas farmacias que comenzarán a ofrecer la vacuna a finales de esta semana.

“Me siento muy aliviada”, aseguró Moira Edwards, de 88 años, tras recibir su primera inyección en el hipódromo de Epsom Downs, al sur de Londres.

El gobierno de Boris Johnson espera haber recibido para mediados de febrero suficientes dosis para más de 12 millones de los 56 millones de habitantes de Inglaterra.

Empezando por los mayores de 80 años y el personal sanitario, unos 2 millones de personas han sido vacunadas desde que el 8 de diciembre el Reino Unido se convirtió en el primero de los países occidentales en lanzar su campaña de vacunación, precisó el primer ministro Boris Johnson durante la visita a un centro en Bristol.

Dado que algunas personas ya han recibido su segunda dosis, se han administrado un total de 2,4 millones de dosis de las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech y AstraZeneca/Oxford, subrayó.

El regulador británico aprobó también la semana pasada la vacuna del laboratorio estadounidense Moderna, pero esta no llegará al país hasta la primavera.

País más castigado de Europa por el coronavirus, el Reino Unido registró el viernes un récord de 1.325 muertes en 24 horas y superó el sábado los 80 mil fallecidos y los tres millones de casos confirmados desde que comenzó la pandemia.

“Hemos movilizado al gobierno, al servicio de salud pública y a las fuerzas armadas como parte de un esfuerzo nacional masivo”, afirmó el ministro de Sanidad, Matt Hancock.

El Reino Unido se enfrenta a una ola imparable de contagios desde el descubrimiento en diciembre de una nueva cepa de coronavirus, aparentemente mucho más transmisible que las anteriores.

Los hospitales están al borde de la saturación y las cuatro naciones que forman el país -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte- se encuentran en confinamiento total por tercera vez.

Por falta de espacio en los hospitales, en la pequeña localidad de Leatherhead, al sur de Londres, se conservan los cuerpos de 170 personas en una morgue temporal con capacidad para 1.400 cadáveres.

“Las próximas semanas van a ser las peores semanas de esta pandemia”, advirtió el principal consejero médico del gobierno, Chris Whitty, a la BBC. “Lo que tenemos que hacer, hasta que las vacunas hagan efecto (...) es reforzar” el respeto de las restricciones, agregó.

También el secretario de Estado encargado de la campaña, Nadhim Zahawi, insistió en el respeto de las reglas, especialmente el uso de la mascarilla que muchos británicos aún evitan regularmente.

“En los supermercados, necesitamos asegurarnos de que la gente realmente use mascarillas”, dijo a Sky News el lunes.

“No queremos ser más impositivos porque este es un confinamiento bastante duro, pero necesitamos es que la gente se comporte como si tuviera el virus para que podamos controlarlo mientras vacunamos”, añadió.