Jóvenes que no estudian ni trabajan: ¿Por qué han aumentado los “nini” en Reino Unido?
El número de personas de entre 16 y 24 años que no desarrollan actividades creció casi una cuarta parte desde la pandemia, hasta alcanzar los 872.000 en el período de abril a junio de este año. Se trata de un máximo histórico que los expertos atribuyen a problemas de salud mental y física, falta de habilidades y un mercado laboral hostil y restringido.
“Tengo varias barreras para conseguir empleo: tengo problemas de salud mental y muchos problemas de salud física, pero no es que yo no haga nada”, dijo Rhyen, un joven británico de 23 años, a BBC News. En Reino Unido, el gobierno se enfrenta a un aumento preocupante de la inactividad juvenil: el número de personas de entre 16 y 24 años que no estudian, ni trabajan ni reciben formación ha aumentado casi una cuarta parte desde 2022, hasta alcanzar 872.000 en el período de abril a junio de 2024, según sugieren estimaciones oficiales.
Según reportó el diario británico Financial Times, las tasas de inactividad de las personas de 18 a 24 años superaron el 35% en los tres meses que finalizaron en febrero de 2024, el nivel más alto desde que comenzaron los registros en 1992, sobre lo cual los sindicatos advierten que “el futuro de los jóvenes está en juego” en medio de una lucha generalizada por encontrar trabajo.
La situación actual no está en consonancia con períodos anteriores de baja participación en el mercado laboral, como el posterior a la crisis financiera de 2008, cuando un marcado aumento de la cantidad de adultos jóvenes desempleados fue impulsado en gran medida por un aumento del desempleo. Los índices actuales se han debido en parte a una crisis de salud mental posterior a la pandemia, que ha afectado a los jóvenes de Reino Unido en tasas mucho más altas que a sus pares en otras economías desarrolladas.
Rhyen, que pidió que no se revelara su apellido, siente que el mundo del trabajo está muy lejos. “Yo era muy consciente de que era diferente”, dijo el joven, quien utiliza los pronombres él/ellos. Rhyen fue diagnosticado con autismo en la secundaria y dice que su diagnóstico tardío significó que perdió parte del apoyo educativo, a pesar de que los profesores hicieron lo mejor que pudieron.
“Estaba muy consciente de que era diferente”, comenta Rhyen. “Me acosaron bastante. No quería ir a clases, lo que significó que terminé reprobando todos los GCSE (Certificados Generales de Educación Secundaria) que tenía, excepto uno, que era matemáticas”. Después de reprobar las cualificaciones académicas en una variedad de asignaturas, Rhyen tomó un curso técnico de teatro, pero los problemas de salud mental hicieron que se sintiera incapaz de postularse a trabajos. “Aún no tengo la confianza” necesaria para enfrentar el mundo laboral, pero que está trabajando para lograrlo, asegura.
Entre abril y junio de este año, los “ninis” (”ni estudia, ni trabaja”) aumentaron 74.000 respecto al mismo período del año pasado, de acuerdo con los datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales publicadas en agosto pasado. Los jóvenes que no trabajan pueden ser desempleados y buscando trabajo activamente o económicamente inactivos y que no buscan trabajo. Las tendencias en el desempleo juvenil han seguido la evolución de la economía en general, pero las tasas de inactividad han aumentado más rápido para los adultos jóvenes que para la fuerza laboral de Reino Unido en su conjunto durante el último año.
Aproximadamente dos tercios de los jóvenes que no trabajan (66%) caen en la categoría económicamente inactiva. Y la mayoría de las personas económicamente inactivas son estudiantes, jubilados o tienen responsabilidades familiares, pero aproximadamente una quinta parte de ellos dicen que quieren un trabajo.
Si bien los estudiantes representan una gran proporción de los adultos jóvenes inactivos, el rápido aumento de la inactividad refleja la creciente prevalencia de problemas de salud a largo plazo. Según las encuestas oficiales, uno de cada cinco jóvenes de entre 16 y 24 años que no estudiaban, trabajaban ni recibían formación el año pasado tenía un problema de salud mental. Otro 11% declaró tener dificultades de aprendizaje o autismo, como en el caso de Rhyen.
Los datos muestran que la falta de habilidades y un mercado laboral restringido también presentan barreras aparentemente insuperables para muchos jóvenes. Incluso los graduados universitarios han descrito el proceso de encontrar un primer empleo como “hostil e impersonal”, lo que lleva a muchos a trabajar por un salario mínimo, de acuerdo con el periódico británico The Guardian.
Por otro lado, más hombres que mujeres son parte de este grupo. El número de jóvenes sin trabajo por problemas de salud mental se duplicó en 10 años, hasta alcanzar unos 190.000 el año pasado. “Vemos que los problemas de salud mental están aumentando y afectando mucho a los hombres jóvenes”, dijo Laura-Jane Rawlings, fundadora y directora ejecutiva de Youth Employment UK, que brinda apoyo profesional a los jóvenes.
Durante décadas, las mujeres fueron más clasificadas como “ninis”, pero gracias a los esfuerzos del gobierno por incorporarlas a la fuerza laboral después de la crisis financiera, la brecha se había cerrado cuando estalló la pandemia en 2020: casi 460.000 hombres de entre 18 y 24 años eran “ninis” en promedio en la primera mitad de este año, una tasa de más del 16%. La tasa para las mujeres fue del 13%.
“Durante la educación, los hombres jóvenes tienden a tener más confianza en sus próximos pasos y en sus habilidades, pero con la realidad de intentar encontrar un trabajo, esa confianza parece desaparecer de los jóvenes con bastante rapidez”, añadió Laura-Jane Rawlings. “Las mujeres jóvenes tienden a sentir un poco más el peso de la responsabilidad financiera, por lo que aceptarán ese trabajo, aceptarán ese salario bajo y probablemente aguantarán un poco más”, comparó.
La Fundación Futuros Jóvenes, una organización independiente, sin fines de lucro, que intenta eliminar las disparidades en los resultados laborales de los jóvenes, llamó “una crisis” al número de “ninis”. “Sabemos que si los jóvenes abandonan la escuela o tardan en encontrar trabajo, es mucho más probable que se queden sin trabajo una década después. También tienen más probabilidades de permanecer atrapados en trabajos mal remunerados hasta la edad adulta”, afirmó la economista principal de Fundación Futuros Jóvenes, la Dra. Andrea Barry.
En un informe entregado en exclusiva a BBC News, la organización benéfica afirma que los grupos en riesgo de marginación social y económica tienen más probabilidades de ser “ninis”, y las tasas varían según el género, la etnia, la discapacidad y la geografía. Por ejemplo, el noreste de Inglaterra tiene la tasa más alta, con un 15%.
Para el secretario general del Congreso de Sindicatos (TUC), Paul Nowak, el aumento de los jóvenes que no trabajan es un “legado conservador tóxico” que ilustra cómo están siendo desatendidos por el gobierno y los empleadores.
“Las vacantes han estado disminuyendo durante más de dos años. Millones de trabajadores tienen empleos precarios y carecen de los derechos laborales adecuados. Y el futuro de los jóvenes está en juego a medida que aumenta el desempleo juvenil. La mayoría de los empleadores apoyan los planes del nuevo gobierno para que el trabajo sea rentable y fortalecer los derechos de los trabajadores. Es hora de dejar atrás el enfoque de salarios bajos y derechos bajos que ha fallado tan gravemente a tanta gente”, explicó el secretario general a The Guardian.
En toda la Unión Europea, más de 8 millones de jóvenes están categorizados como “ninis”. El término se introdujo formalmente en Reino Unido a fines de la década de 1990 y luego fue adoptado por la mayoría de los Estados miembros. Aunque en los últimos 10 años se ha producido un descenso notable de la tasa de “ninis” entre las personas de 15 a 29 años, la escala del problema varía en todo el bloque: las cifras de “ninis” van desde casi el 5% en los Países Bajos hasta más del 19% en Rumania, de acuerdo con EuroStats.
Bruselas quiere reducir la tasa general de “ninis” al 9% para 2030 para mejorar la economía laboral y revertir la escasez de mano de obra calificada. En 2013, la tasa en la UE se situó en el 16,1% y ha disminuido de forma constante desde entonces, con la única excepción del año 2020 afectado por el Covid, cuando se notificó un aumento del 13,8%, superior al 12,6% de 2019. En 2021, se redujo al 13,1%.
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