La UE planearía ofensiva comercial y diplomática para frenar el avance de China y Rusia en América Latina

El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, le da la mano a su par de Argentina, Alberto Fernández, durante una reunión en Moscú, el 3 de febrero de 2022. Foto: Reuters

Según informe preparado por el Servicio Europeo de Acción Exterior y que fue revelado por el diario español El País, el bloque se plantea brindar ayuda y acercar inversiones a la región.


Bruselas ve desvanecerse su influencia en América Latina y se prepara para intensificar la diplomacia y las relaciones económicas en 2023 ante el avance de China y Rusia en la región, según documentos de la Unión Europea revelados por el diario español El País.

El texto, enviado a los ministros de Exteriores de la UE, advierte sobre una sensación de retroceso europeo en muchos de los 33 países de América Latina, un espacio ocupado por los intereses económicos de Beijing y la influencia política de Moscú.

La Unión Europea ha descuidado sus relaciones con Latinoamérica durante casi una década: desde 2015 no se celebra una cumbre entre las dos regiones. En ese momento, el bloque se centró en los problemas de su vecindad inmediata, como Libia, Siria y ahora Ucrania. China, por su parte, ha multiplicado por 26 su inversión en la región entre 2000 y 2020 “y es el primer o segundo socio comercial más importante de los países de América Latina y el Caribe, desbancando a la UE y superando a Estados Unidos en muchos países”, destaca el informe preparado por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE). Y agrega que 21 de los 33 países de la región se han sumado a la llamada Nueva Ruta de la Seda, el plan de Beijing para expandir sus vínculos comerciales alrededor del mundo.

Según el documento, Bruselas intentará frenar el creciente alejamiento de América Latina con un “salto cualitativo” en la intensidad de las relaciones y contactos, que culminará con una cumbre de máximo nivel durante la Presidencia española del Consejo de la UE (segunda mitad de 2023). La convocatoria de una cumbre a nivel ministerial en Buenos Aires el próximo mes de octubre ya ha allanado el camino para este gran evento.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, y su par de Brasil, Jair Bolsonaro, asisten a una conferencia de prensa conjunta en el Kremlin en Moscú, el 16 de febrero de 2022. Foto: AP

El informe advierte que en América Latina “el riesgo de protesta social y desestabilización política que existía antes del Covid es real y se ha incrementado con el desplazamiento (de población) y la crisis migratoria. La región también ha entrado en un nuevo ciclo político con la llegada al poder de lo que Bruselas llama “candidatos antisistema”, con Pedro Castillo en Perú, Gabriel Boric en Chile, Xiomara Castro en Honduras, Rodrigo Chaves en Costa Rica o Gustavo Petro en Colombia. La eventual victoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil podría culminar una “transición notable”, con presidencias rotativas de derecha a izquierda, apunta.

“La UE debe aumentar sistemáticamente su compromiso multilateral con los países de América Latina y el Caribe frente a la creciente competencia de China, Rusia y otros por los votos en los foros multilaterales”, insta el informe del SEAE.

Asimismo, El País destaca que un gran número de países latinoamericanos también están decepcionados por la UE, que se está mostrando incapaz de cerrar los acuerdos de libre comercio que se han negociado o renegociado desde años. El pacto con Mercosur -quinta área económica fuera de la UE, integrada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- y la actualización de los acuerdos con México y Chile continúan bloqueados por el proceso de ratificación y objeciones de socios comunitarios como Francia, indica.

La Comisión Europea dispone de un presupuesto de 3.400 millones de euros para cooperar con la región durante el periodo 2021-2027. El SEAE, según el informe confidencial, cree que estos fondos deben ser explotados “estratégicamente y con el mayor impacto posible”.

El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, hablan al comienzo de una reunión en el Palacio de la Moncloa en Madrid, el 10 de mayo de 2022. Foto: AP

En diciembre de 2020, en entrevista con la agencia EFE, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ya había advertido de que si el bloque no establecía “más y mejores relaciones” con América Latina sería desplazado por China.

“Creo que eso debe poder tener una solución política, porque si no establecemos más y mejores relaciones con América Latina seremos desplazados por China”, ya que “China está desembarcando en América Latina más que en África”, comentó Borrell en esa oportunidad en relación a las dificultades que los 27 países de la UE y los cuatro de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) han tenido para ratificar el acuerdo comercial que pactaron en 2019.

El último estudio de la fundación alemana Friedrich Ebert, que preguntó a 12.000 personas en 10 países de América Latina, reveló que los latinoamericanos ven a la Unión Europea como su socio preferente, y que entre ambas orillas del Atlántico existen muchos valores compartidos, entre ellos la defensa de los derechos humanos o el multilateralismo.

Pese a ello, en entrevista con la red europea EURACTIV, el presidente de la Fundación Friedrich Ebert, Martin Schulz, también reconoció que “la UE ha descuidado a América Latina durante demasiado tiempo”.

“Hay dos razones principales detrás de ese descuido de las relaciones con América Latina: uno de los problemas es que los Estados miembros de la UE, entre ellos la República Federal de Alemania, eligen los países más interesantes desde el punto de vista económico y se centran principalmente en el plano bilateral. Al mismo tiempo, muchos ven la política latinoamericana como una continuación de las relaciones exteriores hispano-portuguesas, sólo que con una dimensión europea. En mi opinión, estos son los principales factores que explican este abandono de la región”, explicó Schulz, quien fue entre 2012 y 2017 presidente del Parlamento Europeo, antes de ser seleccionado como candidato principal de los socialdemócratas germanos (SPD) en las elecciones federales alemanas de 2017.

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