Lavagna confirma candidatura y busca aprovechar "grieta" política en Argentina
El exministro de Economía resurge como alternativa presidencial, tras años de polarización política. Con su perfil deberá encontrar un espacio entre Mauricio Macri y la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
"Sí, soy candidato a Presidente", escribió el exministro de Economía, Roberto Lavagna, en su cuenta de Instagram. Dos días después del anuncio de Cristina Fernández, quien intentará volver a la Casa Rosada, esta vez como vicepresidenta y compañera de fórmula de su exjefe de gabinete Alberto Fernández, el representante del "peronismo alternativo" se sumó así hoy a la carrera por el sillón de la Casa Rosada en octubre.
Considerado el máximo responsable del plan que reconstruyó la economía de Argentina tras la crisis de 2001 y del canje de la deuda de aquella época con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Lavagna, a sus 77 años, resurge en 2019 como la figura que podría poner fin a la llamada "grieta" política originada por la fuerte polarización tras 12 años de gobierno kirchnerista. Con una popularidad todavía por debajo de los valores capitalizados por Mauricio Macri y por Cristina Fernández, antes de que esta última levantara a Alberto Fernández como presidenciable, el exministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner anota una importante escalada en los sondeos que lo levantan como posible dueño de un "tercer espacio" y con capacidad de superar una primera vuelta. En la última encuesta de Synopsis, revelada a principios de este mes, Lavagna aparece como la opción del denominado "peronismo no K" con mayor intención de voto, con un 13,1%, seguido por Sergio Massa (5,7%) y Juan Manuel Urtubey (2,0%).
"El anuncio del kirchnerismo de presentar una fórmula Fernández-Fernández de Kirchner, el sábado pasado puso en movimiento a todas las estructuras políticas", dijo a La Tercera el analista argentino José Ángel Di Mauro. "Esto genera en Alternativa Federal una reacción inmediata, porque están reclamándose una necesidad de definición respecto de sus propios candidatos", agregó el experto, quien además explica que el electorado de Lavagna "es parte de un peronismo no kirchnerista, más afín a Cambiemos", de Macri.
"Economista de ideas moderadas"
Contrario a la opción de correr con otras figuras en una interna peronista sin consensos el 11 de agosto, algo que estaría en dudas tras la aparición de Alberto Fernández en el mapa, Lavagna desde un principio le agregó compromiso a su candidatura presidencial. "Soy protocandidato, pero trabajo para crear una nueva alternativa", sostuvo hace unos días en una entrevista con Crónica TV.
Para el exdirector de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y conocido ampliamente como mano derecha de Lavagna, Carlos Hourbeigt, el liderazgo del calificado por la prensa trasandina como "economista de ideas moderadas", se sostiene en "una persona que durante toda su vida ha pensado cómo desarrollar el país y el papel que tiene que jugar Argentina en el mundo. Él (Lavagna) se inserta dentro de esa visión global", dijo en conversación telefónica con La Tercera.
Fue en 2006 cuando Hourbeigt y Lavagna comenzaron a trabajar juntos. Atraído por sus ideas, se acercó al exministro cuando dejó la Casa Rosada y lo acompañó en su primera campaña presidencial en 2007 cuando obtuvo un 16% y Cristina Kirchner se convirtió en el relevo de su marido. Pero este año, quien ocupaba un cargo estratégico en la CNV, dejó su puesto para convertirse en uno de los interlocutores entre el mundo financiero y "Alternativa Federal", el espacio conformado por Lavagna, Massa, Urtubey y Miguel Ángel Pichetto.
"Roberto Lavagna fue hombre de consulta inclusive del Presidente Macri en varias ocasiones y obviamente no lo escuchó porque Argentina volvió a repetir los errores del pasado. Es una persona reflexiva y analítica, pero también valiente en la toma de decisiones, que insiste en la necesidad de consensos", agregó Hourbeigt.
Retrocediendo un par de años, un miembro de su equipo en plena crisis el 2002, recordó que a poco de haber llegado al ministerio Lavagna los reunió para comunicar parte de su estrategia. En ese momento, les señaló que no iban a hacer "nada" porque los ajustes necesarios ya se habían ejecutado y solo quedaba esperar reacción de los factores económicos. "Hay que ver y esperar", les dijo. Aquella anécdota, de acuerdo a unos pocos que la han oído, retrata de cuerpo entero a Roberto Lavagna sobre el temple y seguridad que lo caracterizan.
"Lavagna siempre tuvo una postura bastante heterodoxa. Pragmática, moderada, pero heterodoxa de la economía política (...) y a pesar de ser peronista, siempre tuvo un buen vínculo histórico con los radicales. De hecho fue funcionario de dos gobiernos radicales", comentó a La Tercera el analista político, Sergio Berensztein. Según este experto político argentino, Lavagna "tiene cosas de un Alejandro Foxley o de un Ricardo Lagos", agregó.
A pesar de no ser reconocido ni por su carisma, ni por ser un gran orador, su temple y experiencia lo hacen ser visto como un ministro exitoso en Argentina. "Esa capacidad de diálogo y cierta prudencia, hacen que se vea a sí mismo como la persona capaz de superar la grieta, de formar un proyecto colectivo con sus valores ideológicos. Algo como lo del Diálogo Argentino de 2002", indicó Berensztein.
Antes de dejar el ministerio de Economía en 2005, Lavagna denunció la "cartelización de la Obra Pública en Argentina", una especie de déjà vu de los escándalos que recién hoy dan cuenta los medios de ese país, mostrando -a juicio de los expertos- un importante entendimiento de las debilidades del sistema.
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