Nace "Lula Libre", el campamento en Curitiba

Los partidarios del ex Presidente instalaron un campamento a solo metros de la cárcel.


Menos de doscientos metros separan la celda donde está recluido Luiz Inácio Lula da Silva del campamento que levantaron ayer sus simpatizantes con la intención de que permanezca en pie hasta que vean en libertad al ex mandatario brasileño.

"Lula libre", así bautizó la militancia reunida en un cruce del barrio de Santa Cândida, en la zona norte de la ciudad de Curitiba (sur), el improvisado cuartel que comenzó a tomar forma en la mañana de ayer con la distribución de tareas y la instalación de las primeras carpas. El objetivo, resistir hasta conquistar la libertad de su líder porque "en este país todo funciona con presión", afirma Roberto Baggio, coordinador del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Paraná.

El campamento espera la llegada de más de 30 buses de distintas partes de Brasil cargados de seguidores del líder sindicalista. "Estamos en vigilia permanente por la libertad de Lula. Mientras él esté, nosotros nos quedaremos", asegura a EFE Vanda Santana, miembro de la ejecutiva paranaense del Partido de los Trabajadores (PT), que fundó en 1980 Lula.

La pasión de sus fieles continúa intacta a pesar de la histórica imagen de protagonizó anoche con su entrada en prisión en la sede la Policía Federal de Curitiba. Bartiria Leima da Costa, de 62 años, está recién llegada de Río de Janeiro después de 18 horas de viajar en bus y dice a EFE que ella "también es Lula" porque se siente criminalizada al defender, como su ídolo político, los derechos sociales. "Nuestra Constitución está siendo rasgada. Es momento de lucha y resistencia. Tenemos certeza de que Lula no va a permanecer mucho tiempo aquí. Va a salir pronto", asevera. "No vamos a parar nuestra movilización hasta que vuelva a su casa", añade.

Nelsa Fietkoski, de 52 años, y Waldir Cardoso, de 44, viven en el interior de Paraná y ya han pasado su primera noche en una tienda de campaña en compañía de amigos y una guitarra española. "Nos están quitando nuestra democracia", expresa el segundo.

Fietkoski afirma que se siente en la obligación de "luchar por Lula", una "figura honesta" a pesar de los siete procesos penales que acumula en la Justicia, la mayoría por corrupción. "Si hizo algún error fue poco, ¿no te parece?", comenta.

El campamento ha establecido comités para adquirir cierta funcionalidad, como un equipo de disciplina, cocina, salud, limpieza y hasta un departamento de comunicación para atender solo, "de forma muy cariñosa, a la prensa de la clase trabajadora", según explicó Baggio en un discurso a la militancia.

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