“Nos tienen como rehenes”: Un nuevo alto funcionario ruso crítico de la guerra en Ucrania muere misteriosamente
El viceministro de Ciencia y Educación Superior, Pyotr Kucherenko, cayó gravemente enfermo en un vuelo de La Habana a Moscú el sábado pasado, sumándose a la lista de funcionarios y oligarcas rusos fallecidos en extrañas circunstancias desde que empezó el conflicto.
Otro deceso que alimenta las especulaciones: este sábado se supo de la muerte de Pyotr Kucherenko, viceministro de Ciencia y Educación Superior de Rusia, quien se habría mostrado, al menos en privado, crítico a la invasión rusa: la habría llamado “fascista” en conversaciones con amigos.
De 46 años, Kucherenko estaba volviendo de un viaje a Cuba con otros funcionarios, cuando el avión se vio forzado a hacer un aterrizaje de emergencia en el sur de Rusia. Los doctores intentaron hacer una reanimación cardiopulmonar al viceministro, pero no pudieron salvarlo.
Según la familia del viceministro, la muerte estaba relacionada con condiciones preexistentes al corazón, pero habrá más detalles de lo sucedido el 24 de mayo, cuando se realice la autopsia al cuerpo. Un amigo de Kucherenko, el periodista independiente Roman Super, escribió en Telegram que durante 2022 el funcionario se habría quejado de que Rusia estaba siendo “brutalizada”, y que no podía hacer nada al respecto porque “nos confiscaron los pasaportes”.
La causa exacta de la muerte de Kucherenko aún no se establece, pero las autoridades sanitarias de Stavropol, al suroeste de Rusia, afirmaron haber recibido a un pasajero que había enfermado en un viaje entre La Habana y Moscú, luego de un aterrizaje de emergencia. Ahí, el pasajero fue recibido en el aeropuerto de Mineralnye Vody, donde una ambulancia los esperaba.
Los doctores se subieron al avión e hicieron una maniobra de reanimación cardiopulmonar. En un comunicado de prensa del Ministerio de Ciencia y Educación Superior se informó que, a pesar de que los médicos “hicieron todo lo que tenían a mano para salvar al paciente, lamentablemente, murió”. Junto con Kucherenko, estaba también el viceprimer ministro de la Federación Rusa, Dmitry Chernyshenko, y el vicedirector del departamento para Latinoamérica de la Cancillería rusa, Andrei Guskov.
El comunicado indicó también que el ministerio ofrecía sus “más profundas condolencias” a los amigos y familia de Kucherenko. Desde la cadena estatal Zvezda aseguraron que la familia había, en un principio, asociado el deceso del viceministro a una condición cardíaca, pero que el examen forense no tendrá lugar sino hasta este miércoles.
Amigo de Kucherenko, el periodista Roman Super dio a través de Telegram detalles de las últimas conversaciones que había tenido con el viceministro. Unos días después de que la guerra en Ucrania estallara, en febrero de 2022, Super abandonó Rusia por “motivos de seguridad”.
No es claro el momento en que ellos dos habrían hablado, pero Kucherenko conversó con Super sobre los planes que tendría este último para irse del país, y sus frustraciones sobre la invasión a Ucrania. El viceministro lo habría animado a irse “y salvar a su familia”. Kucherenko habría dicho literalmente: “En un año no vas a reconocer Rusia para nada. Tú te vas y estás haciendo lo correcto”.
Cuando Super le preguntó a su amigo si él planeaba escapar también, Kucherenko le respondió: “Ya no es posible hacerlo. Confiscaron nuestros pasaportes. Y no hay lugar en el mundo en el que un viceministro ruso pueda ser feliz luego de esta invasión fascista”.
Sobre cómo hacía Kucherenko para manejar su situación en Rusia, el viceministro le habría contado a Super: “Tomo antidepresivos y tranquilizantes todo el tiempo. Y no ayuda mucho… nadie puede decir nada. Son aplastados inmediatamente como pulgas”. “Nos tienen como rehenes. Puedes imaginar el nivel de brutalización de nuestro país. Con suerte duermo, y me siento terrible”, comentó Super que le habría dicho Kucherenko.
La muerte de Kucherenko es la última en una serie de decesos entre personeros de alto perfil en Rusia desde la invasión a Ucrania. En abril, el director de una empresa estatal de energía, Igor Shkurko, de 49 años, fue encontrado muerto en su celda en prisión, luego de que fuera acusado de aceptar un soborno. Este tipo de muertes ha llegado a considerarse “una tendencia”, y The Atlantic las había apodado “el síndrome de la muerte súbita rusa”. Más de 20 decesos de este tipo se han contado desde que empezó la guerra.
En febrero, el magnate del petróleo Viatcheslav Rovneiko, de 59 años, fue “encontrado inconsciente” a altas horas de la noche en su casa en un pueblo cerrado de élite. Los doctores no fueron capaces de salvarlo de morir, de acuerdo a un reporte del diario Moskovskij Komsomolets.
Ravil Maganov, miembro del directorio de Lukoil, la segunda empresa petrolera más grande de Rusia, murió en septiembre de 2022 luego de caer de la ventana de un hospital en Moscú. Otro ejecutivo de la misma empresa falleció en extrañas circunstancias solo unos meses antes, mientras que otras figuras del rubro energético han muerto en sospechosos “suicidios”.
A Kucherenko le sobrevive su esposa Diana Gurtskaya, una cantante de pop no vidente que ha recibido numerosos premios en Rusia, incluyendo el “Artista del Pueblo de la Federación Rusa”, la mayor distinción honorífica que puede recibir un artista en ese país. Asimismo, representó a Georgia en Eurovision el año 2008, con una canción llamada “Peace Will Come” (La paz vendrá).
Gurtskaya ha mostrado públicamente su respaldo al Presidente ruso Vladimir Putin en distintas ocasiones, firmando, por ejemplo, una carta abierta en 2014 por parte de figuras del ámbito cultural ruso para apoyar la anexión de Crimea.
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