Sin verse las caras Alberto Fernández y Patricia Bullrich enfrentan tensa audiencia de conciliación
El Presidente argentino demandó a la líder del opositor PRO por casi 100 millones de dólares, luego de que ella dijera en 2021 que el Ministerio de Salud le había pedido “coima” a Pfizer para comprarle las vacunas. La audiencia terminó sin un acuerdo.
Luego de casi un año después de la acusación hecha por Patricia Bullrich en la televisión argentina, la líder del opositor PRO y el Presidente argentino, Alberto Fernández, compartieron espacio en una “audiencia de conciliación”, debido a la querella interpuesta por el mandatario en miras a defender su honra. Compartieron espacio, pero no se vieron las caras, en medio de uno de los pasos de un juicio en que el mandatario y su equipo piden 100 millones de pesos argentinos (cerca de 850 mil dólares) por injurias.
A pesar de ser esta una oportunidad de la líder del PRO para retractarse, Bullrich decidió seguir adelante con el tono de su acusación y hasta se dio la ocasión para tratar de cobarde a Fernández. “No se animó a venir a hablar cara a cara (…) mandó una patota y se quedó en un cuartito guardado”, dijo la opositora en una conferencia a la salida del Juzgado Civil 21.
El abogado de Fernández, Gregorio Galbón, explicó por qué no apareció el mandatario frente a Bullrich, a pesar de que ambos estuviesen en el mismo juzgado al mediodía: “(Bullrich) vino a hacer política, estaba desesperada por ver al Presidente, al no venir a retractarse. ¿Pará que se iban a ver?”, justificó el demandante.
Fue en mayo de 2021 cuando los países del mundo comenzaban a vacunar a su población que Patricia Bullrich, exministra de Seguridad de Mauricio Macri, hizo la acusación. En una entrevista para la televisión, aseguró que el ministro de Salud Ginés González García le habría pedido “un retorno” al laboratorio norteamericano Pfizer, para así cerrar el acuerdo que tenía por fin producir y distribuir sus vacunas en Argentina.
La declaración de Bullrich, en horario prime, fue la siguiente: “Ginés González García dijo que para firmar un contrato con Pfizer tenía que haber un intermediario, que es el mismo de AstraZeneca, Hugo Sigman. Y Pfizer le dijo que no se podía, que debían ser efectivos en el tiempo y la forma de producción de la vacuna. La actitud de González García fue intentar tener un retorno. Eso el presidente no lo ignoraba”.
En esa misma entrevista, la exministra señaló que si las personas de Pfizer fuesen llamadas, ellas dirían la verdad. Sin embargo, solo a horas de realizarse la declaración, el laboratorio emitió un comunicado que, de manera “categórica”, desmentía lo dicho por Bullrich. Días después, la farmaceútica negaría en la Cámara de Diputados argentina que hubiese habido algún “pedido de pagos indebidos o existencia de intermediarios” en las negociaciones con el Ejecutivo liderado por Fernández. El gerente de la empresa, Nicolás Vaquer, señaló que se estaba haciendo “el máximo esfuerzo para traer la vacuna a Argentina”.
En ese contexto, el Presidente demandó a Bullrich por injuria, con el objetivo de que se retracte y asuma que lo que dijo era falso. O si no, pagar el monto de 100 millones de pesos argentinos. Ya en 2021 había ocurrido una mediación prejudicial que no llego a puerto, por lo que se llegó a la instancia de este martes.
El abogado de Alberto Fernández, Gregorio Dalbón, señaló a través de su cuenta de Twitter en ese entonces: “La difamación en relación a las negociaciones con la vacuna del laboratorio Pfizer entra en etapa judicial. El Presidente Alberto Fernández donará todo el resarcimiento al Instituto Malbrán”. Este último es el organismo que administra los laboratorios e institutos de salud transandinos.
La audiencia duró menos de una hora, frente al juez Luis Sánez en Buenos Aires. Se esperaba que ambas partes del conflicto se encontraran frente a frente en este juicio, pero no ocurrió. Al respecto, Bullrich declaró: “No se animó a enfrentar la realidad, no se animó a venir a hablar cara a cara, se escondió, mandó una patota y se quedó en un cuartito guardado”.
La presidenta del PRO también confirmó que en la audiencia había ratificado sus dichos: “La opinión que yo di al respecto es que el presidente de la nación debía saber que no se firmó un contrato fundamental para los argentinos. Él debía saberlo”, dijo en una conferencia de prensa fuera del juzgado. Respecto de los motivos que tuvo la demandada para ratificar sus dichos, declaró también: “Porque el contrato que el presidente no firmó les trajo dolor a los argentinos, y yo hoy lo que hice fue ser un canal de expresión de todos los argentinos que sufrieron por no tener la vacuna a tiempo”.
Fernández había esperado en una sala separada la firma de los expedientes, ya que como indicó su abogado, iba a “defender su honra, y le pareció que para hacerlo tenía que estar personalmente frente al juez, porque es un ciudadano más ante la justicia, más allá de que es un presidente. Del mismo modo, debido a que se trata de un caso de “daño contra el honor”, Dalbón señaló que el conflicto puede tomar años y terminar en la Corte Suprema de Justicia.
En esa misma dirección, la parte demandada acusó a Bullrich de estar instrumentalizando la situación. “Vino a hacer política, estaba desesperada por ver al Presidente; al no venir a retractarse, ¿para qué se iban a ver? ¿Qué sentido tenía? La única motivación de Patricia Bullrich era la perversión, la intención de querer degradarlo, decirle las barbaridades que le dice en la televisión”, declaró Dalbón.
“Hablar de Alberto como un hombre que aceptó coimas es de una energía muy oscura. Esta mujer la va a pagar en la justicia”, valoró el abogado. A partir de ahora, el juez tendrá que analizar las pruebas de ambas partes: por el lado demandante, el video del programa en que Bullrich acusó al presidente, por la parte de la demandada, dos denuncias de la Fundación Apolo, que plantean sospechas sobre la compras de las vacunas y el fracaso en ese contrato.
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