Acusado de quemar la UPV cerca de Plaza Baquedano: “Intenté prender con el encendedor la cortina, pero no encendió”
El Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago dará a conocer mañana el veredicto de Alejandro Carvajal Gutiérrez, acusado por la fiscalía del incendio en la Universidad Pedro de Valdivia el 8 de noviembre de 2019. Le piden una pena de 10 años de cárcel.
El 8 de noviembre de 2019 estuvo marcado por varias situaciones violentas en los alrededores de Plaza Baquedano, en uno de los días más intensos de las movilizaciones. Ese día Gustavo Gatica fue impactado en sus ojos con balines que lo dejaron ciego, caso por el cual fue imputado un oficial de Carabineros. A metros de ese sector un grupo de desconocidos se tomó la Casa Schneider, uno de lugares arquitectónicos más tradicionales de Santiago que data desde 1915 y que era usado como sede de la Universidad Pedro de Valdivia (UPV). Luego, le prendieron fuego.
Por este último delito, detuvieron minutos después a Alejandro Carvajal Gutiérrez (19), quien se convirtió en el único acusado del incendio a la fecha. Luego de formalizarlo, se le dictó la medida cautelar de prisión preventiva, medida que continúa cumpliendo hasta hoy.
A 10 meses de su arresto, hoy terminaron los alegatos de clausura y mañana a las 10.00, el Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago dictará su sentencia. El fiscal jefe de Ñuñoa, Álvaro Pérez, pidió en su contra una pena de 10 años y un día de cárcel.
Le imputa haber tirado líquido acelerante con la intención y voluntad de propagar el fuego que ya había comenzado en algunas partes de la universidad. Esta acción, según el fiscal, fue registrada por cámaras grabadas “por funcionarios de Carabineros que se encontraban en cumplimiento de labores preventivas y de control de orden público en las inmediaciones, y posteriormente funcionarios policiales que se encontraban en otros sectores del centro de Santiago registraron fílmicamente el trayecto que emprende el imputado en su huida para posteriormente ser detenido en las inmediaciones de Metro Moneda”.
Durante el juicio, que partió el 1 de septiembre, Carvajal nunca declaró. Pero sí lo hizo cuando su caso aún estaba en investigación, el 6 de enero de 2020.
Según su testimonio, ese 8 de noviembre se levantó a las 12:00 y fue a su colegio Fermín Vivaceta, ubicado en San Pablo con Riquelme. Luego, dijo que cerca de las 17.00 salió del colegio, fue a su casa a ducharse y salió a andar en skate. “Vestía de negro, zapatillas, jeans y polera negra, además de una mochila en que llevaba unas pastillas para la alergia, y otras dos poleras, una de color negro y la otra no recuerdo el color. También, llevaba en los bolsillos de mi pantalón, mi celular y llaves de la casa. Me fui patinando por Catedral en dirección a Cumming y luego hasta la Alameda y de ahí en dirección oriente”, relató.
Indicó que cerca de las 17.40 llegó a Plaza Baquedano. "Vi que carabineros lanzaban lacrimógenas. Me puse una polera negra cubriéndome la nariz. Vi gente que corría hacia Vicuña Mackenna, que avanzaba al sur. También avancé. A unas dos cuadras por Vicuña Mackenna, vi un recinto en que la gente se refugiaba por los disparos de carabineros”, declaró Carvajal.
Señaló que esta situación le dio “pánico y una sensación de rabia por la actuación de Carabineros”. Después, dijo que llegó a la parte posterior de la universidad. “Me encontré con una reja que da al parque Bustamante, la salté para salir a la calle y veo que mucha gente, creo que más de doscientas, quienes botan la reja y entran a saquear un local comercial en el interior de la universidad, además que reventaban los vidrios y sacaban un data. Yo ingresé un par de minutos después de la turba. Tomé mi skater y rompí dos ventanas”, declaró.
Aseguró que “escuchaba gente que quería quemar. Yo vi humo en el piso dos y escuché gente que decía que evacuáramos y otros que querían que se quemara. Estaba en el patio y vi una cortina del primer piso, en una ventanal. Intenté prender con el encendedor la cortina, pero no encendió. Retrocedí, siempre dentro de la universidad y veo a un tipo con capucha blanca que tira algo a la cortina y luego veo que se enciende la cortina. Retrocedo y tiré una botella de bebida que había comprado en un quiosco”.
Señaló que después lo detuvo Carabineros. “Luego salí de la universidad, me quedé en el parque Bustamante. Decidí irme a mi casa y me agarra Carabineros. Me fui en skate y cerca de La Moneda veo que Carabineros se me acerca y reaccioné con miedo y retrocedí pero me detuvieron”, indicó.
El fiscal le preguntó dónde compró la botella que tenía en su poder cuando lo arrestaron. Dijo que era una Limón Soda o Sprite que compró en un quiosco, ubicado por Cumming a la altura Huérfanos y que le costó entre $ 700 y $ 1.000. Así, Pérez le mostró fotos a color en las que se veía que luego de lanzar el líquido que contenía la botella, se avivó el fuego. Ante esto, el acusado dijo que se puede “explicar esa situación por causas como el viento (...) lancé una botella con líquido, con bebida, por rabia”.
En relación a los papeles blancos cuadriculados que se encontraron como evidencia, dijo que “no son míos y no entiendo porqué dicen que estaban en mi mochila. No tengo explicación para eso".
Terminó su testimonio señalando que "esto para mí ha sido devastador, considerando que no hay pruebas”.
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