Un colegio sin fronteras

El Liceo de Colchane tendrá 19 alumnos que viven fuera de la frontera chilena.
El Liceo de Colchane tendrá 19 alumnos que viven fuera de la frontera chilena.

A partir de marzo, un grupo de alumnos bolivianos cruzará diariamente desde su país para educarse en aulas chilenas. Se trata de una iniciativa que busca la integración de la cultura aymara que no reconoce límites territoriales.


Poco más de dos kilómetros caminarán diariamente casi una veintena de alumnos bolivianos para llegar a la frontera con Chile e incorporarse a clases en los establecimientos educacionales de Colchane, comuna ubicada en la Región de Tarapacá.

Aunque la iniciativa se viene desarrollando desde hace un tiempo, este año será el mayor número de niños y jóvenes que llegarán desde la fronteriza localidad boliviana de Pisiga Bolívar a las aulas de planteles chilenos, en busca de educación técnico - profesional e integración.

Según cuenta Javier Mamani, jefe del Departamento de Educación de Colchane, la idea nació gracias a un trabajo de integración desarrollado con las autoridades de la localidad boliviana y que ha ido creciendo con el paso del tiempo.

"Aquí no hay divisiones, sino la necesidad de preservar la cultura aymara. Lograr que los establecimientos tengan alumnos y que podamos seguir impartiendo enseñanza y, en lo posible, que reencantemos a los niños y jóvenes que han migrado a las grandes urbes de la región y el norte de Chile. Estamos impulsando un trabajo muy fuerte en esa línea", dijo.

Mamani aseveró que este año llegarán 19 alumnos de Bolivia, uno de los cuales pasará a programas de integración educativa. "Todos están buscando una oportunidad más allá de las fronteras. Esto forma parte de una labor de hermandad entre la comunidad aymara. Se han realizado las coordinaciones y hemos contado con el apoyo de las autoridades de Educación para que niños bolivianos vengan diariamente a estudiar a nuestros colegios".

Buscando atraer más alumnos, el Liceo de Colchane implementará a partir del 2019 la carrera de administración, la que fue considerada como una necesidad por los propios apoderados y alumnos de los cinco establecimientos que tiene la comuna fronteriza, cuyos habitantes en su mayoría se dedican al comercio. Se sumará a mecánica y atención de párvulos que actualmente se imparten.

Además de las carreras técnicas, los estudiantes del vecino país tendrán los mismos beneficios educacionales que los alumnos chilenos: acceso a talleres, tecnología y transporte desde la frontera hasta sus colegios.

Para el alcalde de Colchane, Javier García, la inclusión de niños bolivianos en los colegios de su comuna es el resultado de una relación fraternal que existe en las comunidades que habitan en la frontera.

"Ellos han optado por los colegios de Colchane, por las garantías que ofrece el sistema educacional chileno, y también se han interesado por los internados que tenemos tanto en Colchane como en Cariquima", dijo el edil.

La autoridad comunal agregó que "contamos adicionalmente con un sistema de integración escolar que trabaja con un equipo multidisciplinario de profesionales y que apoya a alumnos que presentan dificultades de aprendizaje. Este sistema no lo poseen en Bolivia y de allí también nace el interés de las familias por matricularlos en establecimientos chilenos".

García explicó que se trata de una iniciativa recíproca, pues antiguamente en Colchane no existían colegios y que muchos miembros de las comunidades originarias de la frontera estudiaban en colegios bolivianos. "Nuestros padres y abuelos se educaron en esos colegios o se contrataban docentes del vecino país, por lo tanto, ahora sólo invertimos los roles. Este trabajo que estamos haciendo forma parte de una relación de hermandad entre comunidades de un pueblo que se niega a ser separado por las divisiones geopolíticas actuales. Asimismo, muchas familias de Colchane se abastecen de productos de primera necesidad en localidades bolivianas", sentenció.

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