Covid-19: tasa de hospitalización en niños no vacunados es hasta 17 veces mayor que en aquellos que tienen su dosis de refuerzo
Estudio del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud concluye que donde más se nota el fenómeno es en los menores de seis a 11 años: en junio el índice fue 6,6 veces mayor entre quienes no tenían su esquema de vacunación completo.
El Instituto de Salud Pública (ISP) anunció hace ya casi ocho meses (25 de noviembre) la autorización del uso de la vacuna del laboratorio Sinovac contra el Covid-19 para niños entre tres y cinco años. Días después (6 de diciembre) empezó la campaña de vacunación en la población preescolar. Y exactamente cinco meses después, se añadió una nueva etapa en esa campaña: los niños de este rango etario que ya contaban con sus primeras vacunas fueron convocados a administrarse la primera dosis de refuerzo.
Por estos días, de acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS) de la Universidad del Desarrollo (UDD), se concluyó que la triple inmunización tiene resultados contundentes en cuanto a la protección de infecciones más graves.
El informe demuestra que durante mayo, en la población etaria de seis a 11, la tasa de incidencia en hospitalización fue 17 veces mayor en aquellos sin esquema completo o sin protección en comparación a los que sí tienen su esquema que incluye la dosis de refuerzo. Luego, en junio, la tasa fue 6,6 veces mayor para quienes no tenían sus dosis al día.
Las cifras van en la misma dirección entre los jóvenes de 12 a 20 años: la incidencia de tasa de hospitalización en mayo fue siete veces mayor en quienes no tenían esquema completo, en comparación a quienes tenían su tercera dosis. Y ese índice fue 15 veces mayor en junio.
La directora ejecutiva del CIPS, doctora Paula Daza, recalca que “los datos son contundentes y muestran que la dosis de refuerzo protege a los niños, principalmente de las hospitalizaciones, por lo tanto, es fundamental entender que esta dosis va a permitir que los niños vuelvan a sus actividades normales, como el colegio, de forma más segura. Vamos a seguir insistiendo en que los niños deben administrarse el refuerzo”.
Pero el estudio entrega más datos significativos: durante mayo, los preescolares sin protección o solo con las primeras dosis se hospitalizaron 1,7 veces más que quienes cuentan con su dosis de refuerzo, y en junio los infantes con dosis de refuerzo no tuvieron hospitalizaciones, mientras que los que tenían protección parcial registraron una tasa de incidencia de 6,3 por cada 100.000 habitantes.
En los casos UCI también se observa que las mayores tasas de incidencia se sitúan en los grupos que no tienen ninguna dosis o no tienen su esquema completo, principalmente en el grupo etario de 12 a 20 años. Ahí los casos son 5,3 veces más que quienes cuentan con su tercera dosis.
Del Covid a los virus respiratorios
Aunque la explosiva ocupación de camas pediátricas que hubo durante junio -y que llevó a adelantar las vacaciones de invierno de colegios y jardines- ocurrió por virus distintos al Covid-19, Marcela Monge, pediatra y jefa de áreas pediátricas hospitalarias UC Christus, explica que por esta misma razón es importante evitar las infecciones graves de coronavirus en la población más joven.
“Con esta gran circulación de virus respiratorios que tenemos, mientras más podamos prevenir algunos, mejor. En ese sentido, vacunarse contra Covid-19 e influenza es muy importante, porque así se dejan las camas disponibles para los niños que se enferman por otros virus que aún no tienen vacuna, como el sincicial”, dice.
La especialista afirma también que “es verdad que los niños tienen una infección leve, pero los cuadros graves existen igual. Y se ha demostrado que los niños vacunados con esquema completo y con refuerzo baja la incidencia de hospitalización. Además, baja los síntomas prolongados del Covid-19 y disminuye el PIMS”.
Baja adhesión al refuerzo
Asimismo, los datos analizados por el centro de investigación de la UDD afirman que existen por lo menos 260 mil niños de tres a cinco años que, pudiendo haberse vacunado con la dosis de refuerzo, no lo han hecho. Este número asciende a más de 506 mil en escolares de seis a 11 años y más de 289 mil en adolescentes de 12 a 17 años. Por tanto, hay más de un millón de menores de edad que no están con su calendario de vacunación al día. De ellos, el 69% tiene más de seis meses desde que se ha administrado su segunda dosis.
En ese contexto, Daza sostiene que no es bueno dejar pasar tanto tiempo entre las primeras dosis y la tercera, y que por eso hay que reforzar el mensaje: “Sabemos que después de los seis meses los anticuerpos empiezan a bajar y disminuye la protección, por eso tener a la población más vacunada es esencial. Es importante recalcar estos datos, insistir y mantener una comunicación de riesgo de forma permanente”.
María Luz Endeiza, infectóloga pediátrica y jefa del vacunatorio de Clínica Universidad de los Andes, coincide en que se ha perdido la comunicación de riesgo: “Hay mucha sensación en el ambiente de que la vacuna no hace falta. Con las primeras dosis no hubo problema, pero hay papás que no encuentran necesario una nueva dosis. No se les recalca que los anticuerpos bajan para todos, incluyendo a los niños”.
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