La contaminación no tradicional del desierto: ropa
Municipio de Alto Hospicio, en Tarapacá, denuncia la proliferación de "minibasurales" clandestinos.
Varias hectáreas de terreno en medio del desierto están contaminadas con ropa usada. La proliferación de basurales clandestinos en el sector norte de Alto Hospicio se ha transformado en una nueva problemática que incide en la calidad de vida de los casi 120 mil habitantes de esta comuna de Tarapacá.
El tema es curioso, pero creciente: aparentemente, importadores que operan bajo el régimen de la Zona Franca estarían usando el desierto para eliminar la ropa usada que no es comercializada, que termina acopiada y muchas veces quemada de manera escondida en los sectores de Caleta Buena y Huantajaya.
El alcalde de Alto Hospicio, Patricio Ferreira, aseguró que el tema va en serio. "Son toneladas de ropa usada que no venden las importadoras y que terminan botadas en el desierto, generándonos un tremendo problema de contaminación. Muchas veces esas indumentarias son quemadas, lo que provoca una nube tóxica sobre las poblaciones aledañas", señaló.
El edil lamentó que la comuna sea empleada como vertedero ilegal. "Hemos planteado el problema a la Zofri y estamos buscando alternativas de solución. Como municipio, también, emprendimos una serie de acciones, pues calculamos que el 80% de la ropa usada que importan empresarios viene a parar a estos basurales", aseguró la autoridad.
El reciclaje
Las acciones del municipio dicen relación con más fiscalizaciones por parte de inspectores, seguridad ciudadana y la implementación de talleres de reciclaje, una iniciativa impulsada por el municipio de Alto Hospicio y que ha buscado transformar este problema en una oportunidad.
Desde 2017 se han perfeccionado casi 60 mujeres jefas de hogar, para reciclar las ropas que son eliminadas en basurales. Ellas las han convertido en bolsos, mochilas, carteras, entre otros, que luego comercializan.
"Este es un proyecto que tenemos y hemos impulsado acorde con los recursos municipales. Decidimos poner en marcha estos talleres para al menos sacar una parte de la ropa, reutilizarla y transformarla en cosas útiles", argumentó otra fuente municipal.
Aunque el proyecto lleva poco más de un año, el objetivo es ampliarlo. "Esperamos que los empresarios nos respalden, pues estos productos que elaboran las mujeres hospicianas pueden ser vendidos en un módulo de la propia Zona Franca y hasta exportarse", enfatizó el edil.
En la administración de la Zona Franca se señaló que "es imperativo que los empresarios dispongan de un plan de manejo de residuos que evite la ocurrencia de situaciones de esta naturaleza. Adicionalmente, estamos analizando con Corfo una alternativa que apunte al reciclaje de ropa usada. Nuestra intención es impedir que el actuar de algunos empresarios empañe la actividad de todo un sistema".
La seremi de Medioambiente, Moyra Rojas, dijo que se incrementarán las fiscalizaciones entre su cartera y el Ministerio de Transportes. "Además, generaremos una mesa de trabajo con Aduanas para analizar el tema".
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