La crisis golpea a universidades: aumenta deserción y 50 mil deudores del CAE piden apoyo
En 17 planteles hubo una fuga de nueve mil alumnos en el primer semestre, por jóvenes que se retiraron o congelaron sus estudios. Rectores advierten del impacto económico y piden que el Mineduc abra un nuevo proceso de postulación a los beneficios.
La “pandemia económica” que empobrece a las familias está obligando a que miles de estudiantes se retiren de la educación superior, por los costos de las carreras y la incertidumbre académica. Y, como consecuencia, la crisis ya se siente en las instituciones.
Uno de los planteles más afectados es la Universidad de Tarapacá, donde 1.024 jóvenes suspendieron sus estudios temporalmente, de los nueve mil que tiene, perdiendo el 11% de su matrícula en un semestre. Normalmente, se retiraban 400 alumnos en todo un año.
El rector Emilio Rodríguez dice que esta “es una cifra inédita en la historia de la institución que se explica fundamentalmente por la crisis sanitaria y sus implicancias económicas, sociales y de salud mental”, ya que los jóvenes necesitan trabajar para apoyar a sus familias, tienen dificultades para estudiar en sus casas y están sobrepasados por el confinamiento y las exigencias académicas.
Y esto se refleja en las arcas del plantel. De los $ 6 mil millones que recauda normalmente por aranceles, el año pasado ya dejó de recibir $ 3.800 millones por el estallido social. “Al final de este año se espera tener cuentas por cobrar no inferiores a $ 7 mil millones, lo que el presupuesto de una universidad de zona extrema son palabras mayores”, alerta el rector.
En la Universidad Técnica Federico Santa María hay 744 jóvenes que congelaron sus estudios al 30 de junio, 286 más que en el mismo período de 2019. Christopher Nikulin, director de Estudios de la institución, dice que, además, hay “425 estudiantes que decidieron retirarse definitivamente, cifra menor respecto de 2019 en el mismo período, cuando 461 estudiantes abandonaron sus estudios”.
En la Universidad Católica de Temuco se fueron otros 1.200 alumnos, de los cuales el 85% suspendió sus estudios, el doble que en 2019. Al 30 de junio, cuando vencía el plazo para pagar la primera cuota de marzo, habían recaudado solo el 10% de los $ 4 mil millones de aranceles.
Según la Vicerrectoría Académica de la Universidad Católica de Chile, el 3% de los estudiantes de pregrado suspendieron sus estudios este año, lo que equivale a cerca de 850 jóvenes. El año pasado, quienes se retiraron fueron la mitad. Dicen que ha habido “un incremento importante en la cantidad de solicitudes extraordinarias” de apoyo económico y que ha aumentado la morosidad.
La Universidad Arturo Prat reporta que 796 alumnos se retiraron o postergaron sus estudios hasta el 24 de junio, cifra que, en todo caso, es menor a los 1.008 que lo hicieron en igual período de 2019. Y en la Universidad Católica de Valparaíso se fueron 637 jóvenes, mientras que otros 46 están pidiendo apoyo económico para seguir en sus carreras.
En la Universidad del Desarrollo, 543 alumnos han desertado, un poco menos que quienes se fueron el año pasado. En el plantel dicen que lograron reducir el impacto gracias a que entregaron 1.700 becas y la semana pasada abrieron un nuevo proceso de postulación a ayudas.
La Universidad Católica del Maule pasó de 210 a 386 renuncias y suspensiones en estos dos años, considerando solo las cifras hasta abril, y la Universidad Finis Terrae ya suma 392 bajas, 11% más que el año pasado. En este plantel, el 40% de los estudiantes no tiene gratuidad, por lo que se les están entregando facilidades de pago.
Otra institución afectada es la Universidad de Concepción, donde 423 jóvenes dejaron sus estudios, cifra en todo caso menor a la de 2019. El rector Carlos Saavedra atribuye esto a las medidas de retención, como becas de conectividad y entrega de computadores.
Nueva postulación
La fuga de estudiantes y el consecuente impacto económico en los planteles hacen que los rectores pidan al Mineduc un mayor apoyo estudiantil. El rector de la Universidad Andrés Bello, Julio Castro, dice que es necesario “que se reabra la postulación a las becas, porque algunos jóvenes no pudieron postular antes, cuando su situación socioeconómica era mejor”. Cerca de 400 jóvenes se han retirado de este plantel.
Álvaro Rojas, rector de la Universidad de Talca, cuenta que cerca de 300 alumnos se han retirado, el doble respecto de 2019. “Es urgente que se ponga a disposición de los estudiantes un segundo proceso de postulación a los beneficios”, dice el rector, quien adelanta que “las universidades verán reducidos sus presupuestos en 2021” por esta crisis.
En la Universidad de La Frontera, 417 jóvenes renunciaron o postergaron sus estudios, cifra menor a 2019. En la Utem se retiraron otros 288 jóvenes, también menor respecto del año pasado. En la Universidad Católica Silva Henríquez dejaron sus estudios 386 alumnos y otros 225 postularon a becas de emergencia, mientras que en la Universidad de O’Higgins se fueron 122 alumnos y en la Umce otros 76 jóvenes se retiraron.
Es decir, solo estas 17 universidades perdieron 9.409 estudiantes este semestre. Pero otros planteles reportan más casos, como la Universidad de Las Américas, que dice que la deserción aumentó 17% respecto de 2019; la Universidad Mayor, que informa que el 1% de su matrícula dejó la institución, y la Academia de Humanismo Cristiano, donde la deserción es 67% superior al año pasado.
Deudores del CAE
La crisis también ha hecho que quienes ya egresaron de la educación superior soliciten al Estado facilidades de pago. Según la Comisión Ingresa, que administra el Crédito con Aval del Estado (CAE), en los primeros seis meses de año hubo 24.902 personas a quienes se les suspendió el cobro del crédito por estar cesantes. En todo 2019, fueron 27 mil.
Además, hay otras 24.682 personas que accedieron a la rebaja de su cuota al 10% de su renta, de las cuales el 91% ha hecho uso efectivo del beneficio al mantener sus pagos al día. En la comisión informan que si el deudor fue suspendido laboralmente, puede pedir la postergación o rebaja de las cuotas, y que también existe la posibilidad de reprogramar el crédito pagando solo una cuota sin intereses.
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