La golpiza y el descabezamiento de una comisaría
Carabineros anunció la intervención de la 20° Comisaría de Puente Alto, a la cual pertenecen los siete policías dados de baja por su participación en una brutal paliza a un joven. Según la institución, se busca recuperar la confianza de los vecinos.
Dejen de pegarle, este ya está muerto. Según Matías Soto (18), el joven que el 29 de enero sufrió una fuerte golpiza de parte de un grupo de carabineros, esa fue la frase que dijo uno de los policías al poner fin a la lluvia de patadas y bastonazos que recibió durante 18 segundos, al término de una protesta en Puente Alto.
La agresión quedó grabada en una cámara de seguridad del sector, lo que permitió su viralización y la reacción de las autoridades. La primera medida que tomó Carabineros fue dar de baja a dos oficiales y cinco carabineros por su participación en los hechos. "Es una situación inaceptable e intolerable, fuera de todo protocolo o norma y al margen de la ley", dijo el domingo el coronel Eduardo Witt, prefecto de la Prefectura Santiago Oriente.
Pero, este viernes, las autoridades fueron más allá. Por primera vez desde que comenzó la crisis social decidieron intervenir un recinto policial, en este caso la 20° Comisaría de Puente Alto, sacando a los dos funcionarios que estaban a su cargo.
El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, informó que "nosotros le pedimos a la institución, a su alto mando, que tomara las medidas inmediatas para poder corregir y, de hecho, el alto mando determinó la intervención" de esa unidad policial.
La decisión fue confirmada por el subdirector de Carabineros, el general Diego Olate, quien aseguró que "se ha dispuesto el relevo del mando de la comisaría, comisario y subcomisario", con el objetivo de realizar un recambio que "nos permita recuperar la confianza de la comunidad".
Esto último es relevante. Desde el inicio de la crisis, Carabineros es la institución que más ha perdido confianza en la ciudadanía. Según la última Encuesta CEP, el 17% de la población dice confiar en la policía uniformada, 20 puntos menos que en 2017.
Y esa desafección también conlleva una pérdida de autoridad que se reflejaría, por ejemplo, en los ataques a las comisarías. El 29 de enero, el mismo día de la golpiza a Matías Soto, hubo violentos incidentes en todo el país, como protesta por la muerte de un barrista de Colo Colo causada por el atropello de un vehículo policial. Y en esa jornada, 20 cuarteles fueron atacados.
Ante este nuevo caso de agresión, el general Olate no descartó tomar otras medidas. "Eventualmente, como resultado de las investigaciones que se continúan podrían ser aplicables (más bajas). Estamos muy comprometidos con la comunidad. Lamentamos mucho la situación de quienes fueron víctimas de estas acciones y evidentemente vamos a seguir trabajando", puntualizó.
Testimonio de una golpiza
El joven agredido, quien es estudiante de Ingeniería Mecánica en Inacap, ya declaró por estos hechos ante la fiscalía. Según su versión, él estaba arrancando de los carabineros por la calle San Hugo, a casi dos kilómetros de la comisaría que este viernes fue "descabezada", mientras los policías "disparaban con pistolas de aire comprimido hacia las personas".
Pero a las 22.19 horas fue alcanzado por un policía que lo agarró del cuello para subirlo al retén móvil. "Como no pudo subirme, me tiró al suelo y comenzó a pegarme patadas en diferentes partes del cuerpo y en la cabeza. Llegaron alrededor de ocho carabineros, quienes también empezaron a patearme y a golpearme con lumas", relató.
Soto tuvo que ser auxiliado por una vecina y por la Cruz Roja. "Como pude me paré, estaba aturdido, veía todo negro", declaró. Otro vecino lo subió a su auto y se lo llevó al Sapu, "donde me diagnosticaron múltiples contusiones en zona dorsal y fractura costal izquierda".
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