Vocero de la Suprema por iniciativa del gobierno de cambiar el sistema de nombramientos de jueces: "Todavía la propuesta no está clara"

El vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, abordó la propuesta del gobierno de reforma al sistema de nombramientos de jueces. Además, se refirió a los dichos del ministro de Justicia, Hernán Larraín, quien ayer dijo a La Tercera que desde la Corte Suprema no había recibido inquietud ni interés de participar en el tema.

-¿Qué le parecieron las declaraciones del ministro?

Reflejan una mala percepción. Nosotros siempre hemos tenido interés, él sabe que es así. En cada oportunidad en que ha sido necesaria nuestra colaboración, la ha tenido. Esto, en los términos en que una corte puede darlos, dada la función que nos es propia y corresponde. Y en este caso siempre hemos tenido interés. Entonces, espero que esto se dé por superado y que efectivamente trabajemos, en la medida de lo posible de nuestro ordenamiento constitucional, en una cuestión que es de común interés para el Ministerio de Justicia y el Poder Judicial.

-¿Qué opinión tiene del anuncio del gobierno?

Nos parece que todavía la propuesta del gobierno no está clara. El anuncio del Presidente de la República es bastante general, se corresponde con otros anuncios previos del Ministerio de Justicia. Y lo mismo que ha informado la secretaría, si bien ya es más claro, no es una cosa totalmente definida. A nosotros nos interesa estudiarlo, cotejarlo con lo que nosotros hemos hecho, con los acuerdos que ya hemos tenido y poder tener una respuesta o una postura que signifique avanzar lo más posible en el buen camino.

-¿Cambios de este tipo acabarán con los "feudos" que se critican al interior del Poder Judicial y darán más independencia en los nombramientos?

Es una posibilidad que un sistema nuevo dé más independencia y pueda dar más garantías. Hasta ahora las cortes han hecho nombramientos, han conformado las ternas y en general entiendo que el sistema ha funcionado relativamente bien. De pronto hemos tenido problemas, pero lo que ha ocurrido en Rancagua es una situación excepcional.