Protestas dejan daños en hospital de Llayllay
Contraalmirante De la Maza informó que también se produjeron incidentes en la entrada del Hospital Van Buren
Pasadas las 6.00 de del lunes, el andar de las primeras micros en Viña del Mar rompió el silencio de una segunda noche con toque de queda. Con pocos pasajeros, sin escolares ni universitarios (583 colegios y ocho universidades amanecieron sin clases), los choferes retomaron los recorridos suspendidos durante el fin de semana.
Durante la mañana, y tras dos jornadas plagadas de manifestaciones y enfrentamientos, el jefe de Defensa Nacional para la Región de Valparaíso, contraalmirante Juan Andrés de la Maza, efectuó su balance: 313 personas lesionadas y 577 detenidos.
Pero los disturbios no concluyeron. Y conforme avanzó la tarde, las autoridades tampoco lograron cuantificar los daños definitivos tras las manifestaciones. Barricadas, saqueos e incendios se volvieron a registrar en la mayoría de las comunas, afectando principalmente a supermercados y peajes.
En Catemu, incluso, una escuela fue completamente siniestrada.
Sin embargo, una de las comunas donde se produjo mayor tensión fue en Llayllay. Allí, "un grupo de desalmados (...) produjeron daños en el hospital de la ciudad. Teníamos a unos heridos y finalmente hubo que trasladarlos al Hospital de Limache, porque no había la capacidad para reaccionar con esa gente de mayor complejidad", señaló la autoridad naval.
Un hecho similar ocurrió anteriormente en Valparaíso. De la Maza explicó que "ayer (domingo) logramos contener a un grupo de manifestantes y encapuchados que querían producir daños en el Hospital Van Buren. Eso nos obligó a tener allí durante la tarde un contingente militar para evitar otro hecho".
El director del Hospital Van Buren, sin embargo, Mauricio Cancino, descartó que la intención de los manifestantes fuese ingresar al recinto. "En las afueras hubo destrozos y barricadas. Eso no quiere decir que hayan querido entrar al centro asistencial", dijo.
En la misma ciudad-puerto, y armados con fusiles M16, infantes de marina resguardaron desde las 2.00 todas las estaciones del Metro Valparaíso (Merval).
El llamado a evasión y los destrozos ocasionados en tres de sus terminales obligaron a la autoridad a tomar resguardos para asegurar el normal desplazamiento de los usuarios del servicio, que reinició sus recorridos a las 8.00, tras permanecer suspendidos desde el sábado por la tarde.
Cerca del mediodía, Merval informó que se adelantaría el término de los recorridos para las 18 horas. Los locales comerciales también bajaron sus cortinas.
Otra realidad
Justo arriba de la plazuela Ecuador, en el cerro Bellavista, se vivía un ambiente muy diferente. En la Av. Alemania la congestión vehicular era comparable a una celebración de Año Nuevo. Y los ánimos parecían significativamente más tranquilos. Personas saludando con bocinazos y otros, vecinos, comprando en almacenes de barrio.
La panadería "Gori", por ejemplo, registró hasta 300% de venta extraordinaria y filas de hasta 30 minutos. "No solo por seguridad compramos aquí; es bueno apoyar a los boliches que son porteños", dijo Andrés Canet (56), residente del sector.
El contraalmirante De la Maza subrayó que "aquí no hay falta de alimentos". También informó que 15 estaciones de combustible fueron reabastecidas en la madrugada. Aun así, decenas de porteños atiborraban los pocos negocios que estaban abiertos.
Las personas hacían filas, esperando entrar, de a uno o por grupos, hasta que el comercio volvió a cerrar sus puertas, justo cuando las barricadas volvían a encenderse en distintos puntos de la ciudad.
Al cierre de esta edición, las sirenas continuaban sonando en el centro de Valparaíso. La autoridad adelantó el toque de queda para las 18.00, y hasta las 6.00 de este martes. La Región de Valparaíso seguía bajo tensión.
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