Sernageomin: Los nueve volcanes más riesgosos de Chile
La mayoría de estos macizos están emplazados en la zona sur del país. De ese total, uno se encuentran en alerta naranja, uno en amarilla y el resto en verde.
El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomín) decretó ayer la alerta temprana preventiva para las comunas de Puerto Varas y Puerto Octay debido a la actividad del volcán Osorno, en la Región de Los Lagos.
El macizo registró cambios en su sismicidad, con movimientos volcanotectónicos, que se encuentran asociados a fracturamiento de rocas.
Según el servicio, los riesgos que presenta este volcán son que "la parte superior del edificio volcánico está cubierta por un significativo glaciar que, aunque en franco retroceso, representa un volumen capaz de movilizar detritos durante erupciones de alta tasa de emisión, lo que constituye el mayor peligro volcánico asociado a este centro".
La Red Nacional de Vigilancia Volcánica monitorea en tiempo real de 45 de los 90 volcanes considerados geológicamente activos en el país, registro que está a cargo del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS).
A cada uno de los macizos monitoreados, Sernageomin los posiciona un ranking de riesgo específico, en el que se identifican los peligros que podrían representar para la ciudadanía y sectores aledaños una eventual erupción.
De los nueve más riesgosos, uno se encuentran en alerta naranja, uno en amarilla y el resto en verde.
Aquí el listado de los nueve volcanes más riesgosos de Chile y los peligros que podrían representar según Sernageomín:
- Volcán Villarica: Las erupciones históricas (los últimos 500 años) han variado desde efusivas a moderadamente explosivas (IEV=0-3), y el peligro más recurrente consiste en la formación de lahares altamente destructivos, al punto de causar más de 100 fatalidades durante el siglo XX (1908, 1948-49, 1963-64, 1971). Además de lahares, otros peligros asociados al volcán son la caída de proyectiles balísticos en las proximidades del cráter; los flujos de lava, confinados a los valles y quebradas y cuyo alcance puede llegar a los 16 km (Chaillupén, 1971); la caída de tefra, con una distribución mayor y dependiente de la dirección del viento; y de manera menos frecuente, los flujos piroclásticos.
- Volcán Calbuco: Los principales peligros asociados al volcán son: caída de piroclastos balísticos y de dispersión eólica (principalmente hacia el sector oriental), lavas (probablemente de longitud menor a 9 km), flujos piroclásticos de diversa magnitud, incluyendo aquellos generados por colapso o explosión lateral del domo, y lahares fríos y calientes. Estos últimos, originados por el contacto entre flujos de bloques y ceniza con hielo o nieve son comunes en el volcán Calbuco. Lahares voluminosos se producirían fundamentalmente durante erupciones que ocurran durante la temporada invernal. Las áreas más proclives de ser afectadas por lahares son el abanico de Ensenada (norte), el abanico del lago Chapo (sureste) y el abanico de Correntoso (sur). Los sectores más vulnerables ante el peligro de caída de piroclastos son el camino de Ensenada a Ralún y la cuenca del lago Chapo.
- Complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle: Este complejo registra vestigios de erupciones plinianas generadas tanto en el Cordón Caulle como en el volcán Puyehue. Los escenarios de peligro más importantes se relacionan con la dispersión de ceniza, flujos de lava viscosos, generación de flujos piroclásticos y lahares por los valles adyacentes, como el valle del río Nilahue.
- Volcán Chaitén: Dado el registro eruptivo del volcán, las principales amenazas que puede acarrear son debidas a la gran cantidad de ceniza emitida y los colapsos de domo o de columna. También la altura y voluminosidad de la columna en sí misma representa un peligro. Por ejemplo, tras la erupción de 2008, la columna eruptiva se elevó por sobre la cordillera de los Andes y, debido a la dirección predominante del viento, la ceniza llegó a depositarse en Argentina e incluso llegó hasta la costa atlántica. Por su parte, las lluvias y la eventual presencia de nieve, pueden generar lahares al arrastrar consigo el material expulsado tras la erupción, encausarse por valles y finalmente arrasar con las poblaciones más cercanas. Los flujos piroclásticos también constituyen un peligro debido a las temperaturas elevadas y alta velocidad a la que avanza, pudiendo incendiar bosques a su paso.
- Complejo volcánico Planchón-Peteroa: Dados los antecedentes históricos, el Peteroa es un volcán muy activo. Ante eventuales futuras erupciones, el mayor peligro se concentra en la generación de lahares, dada la extensa cubierta de hielo que cubre particularmente el sector del Azufre. Esto constituye un riesgo para la vida a lo largo del curso de los ríos Claro y Teno en Chile, y Grande y Valenzuela en Argentina. Ante una eventual erupción mayor, se podría generar una explosión lateral que, según la posición actual del conducto eruptivo, podría afectar mediante una avalancha de detritos la región de Valle Grande y río Valenzuela.
- Complejo volcánico Mocho-Choshuenco: Debido a los antecedentes geológicos disponibles, es probable que un evento eruptivo futuro sea de carácter explosivo, caracterizado por la formación de una columna eruptiva que podría generar flujos piroclásticos, lahares y emisiones de lava. Los lahares podrían afectar a las localidades adyacentes a los cauces principales que descienden del volcán, como Choshuenco, Neltume y el sector de Enco. La caída de piroclastos afectaría, principalmente, la zona este del volcán y las áreas más vulnerables serían las localidades de Puerto Fui, Neltume y Puerto Pirehueico.
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