Tasa de rechazo de licencias médicas de las isapres triplica a la de Fonasa en 2018

En 2018, según el registro de la Superintendencia de Salud, las seis isapres abiertas tramitaron un total de 1.606.524 licencias médicas. De ellas, 258.571 fueron rechazadas, es decir, el 16,1%. Esta cifra, según datos entregados por la Subsecretaría de Salud Pública, representa tres veces más la tasa de licencias rechazadas por el sistema público, ya que Fonasa, durante el mismo período, denegó el 4,7% de los subsidios.

Entre las aseguradoras privadas, la que tuvo más porcentaje de negativas fue Nueva Masvida, con un 22%. Le siguen Banmédica (19%) y Vida Tres (17%). La lista continúa con Cruz Blanca, Consalud y Colmena.

La información de la Superintendencia da cuenta también de que la causa de mayor desaprobación es por "reposo injustificado", con un 73%. Después aparece la "tramitación fuera de plazo" y el "diagnóstico irrecuperable" (ver infografía).

Con respecto a las cifras, el superintendente de Salud, Patricio Fernández, explica que la brecha de negativa entre ambos sistemas se puede deber "a que las isapres tienen más recursos para poder contratar profesionales que analicen el caso a caso de las personas que están haciendo uso de la licencia médica".

Manuel Inostroza, director del centro de estudio Espacio Público, cree que esto se debe a que existe un "mal diseño estructural del manejo de licencias médicas en Chile, ya que las isapres son juez y parte".

Eso, en su opinión, tiene que ver con que "parte de sus utilidades se juega en el nivel de control que tiene que ver con el rechazo y reducción de las licencias". Según dice Inostroza, por eso los expertos plantean que la reforma al sistema de salud debe contemplar una institución autónoma que vele por el buen funcionamiento de la tramitación y fiscalización de los justificativos médicos de ausencia laboral.

Liliana Jadue, vicedecana de las Carreras de la Salud de la Universidad del Desarrollo, explica que "las isapres son arbitrarias y cortan las licencia sin argumentos, y el afiliado debe realizar los trámites burocráticos para revertirlo, pero mientras no haya una mirada seria, un análisis y una propuesta de lineamiento sobre cuáles deberían ser los períodos de descanso según el problema de salud, las cosas van a seguir igual".

Sobre la diferencia que existe entre el sector privado y el sector público, Gonzalo Simón, representante de la Asociación de Isapres, sostiene que las aseguradoras cuentan con mecanismos para hacer una revisión detallada respecto de las licencias, lo que a su juicio "hace que se facilite detectar las licencias que no corresponde que se cursen".

" En la práctica, lo que sucede es que el 84% de las licencias médicas son aprobadas por el sistema y, efectivamente, un 16% es cuestionado, cifra que respecto del total me parece un número razonable".

El superintendente de Salud aclara que las personas tienen más instancias para apelar, ya que "después de que una licencia es rechazada, existe la opción de apelación ante la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) y después incluso tiene la instancia ante la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso); por lo tanto, no es que solamente la isapre decida".

En ese sentido, según la información entregada a La Tercera por la Subsecretaría de Salud Pública, durante el primer semestre de 2019 el porcentaje en el cual los contralores médicos del Compin estuvieron de acuerdo con el rechazo de la isapre marcó solo el 34%.

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