25 años de la caída del muro de Berlín: la polémica ceremonia en el parlamento alemán
Disidente de la ex RDA gritó a los congresistas de izquierda "resto miserable de lo que, por suerte, ya ha sido superado".
El Parlamento alemán abrió los actos conmemorativos de la caída del Muro de Berlín con una sesión solemne teñida por la polémica, al arremeter el cantautor Wolf Biermann contra los diputados postcomunistas y evidenciar las heridas que dejó en el país la traumática división.
El músico, proscrito en 1976 por la República Democrática Alemana (RDA) y convertido en icono de la disidencia que el régimen quiso silenciar, acudía al Bundestag (Cámara baja) a iniciativa de su presidente, Normert Lammert, con motivo del 25 aniversario de la caída del muro.
Desde la tribuna del hemiciclo, Biermann, de 77 años y que pasó de un comunismo militante a repudiar el régimen, tachó a La Izquierda de heredera del régimen comunista y de "resto miserable de lo que, por suerte, ya ha sido superado".
En tono sarcástico, primero, y progresivamente agresivo, Biermann aseguró interpretar la invitación del "irónico" Lammert -de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel- como una ocasión "para propinar un par de bofetadas a La Izquierda".
Lammert trató de mediar entre bromas y le recordó que sólo había sido convidado a cantar, pero el músico respondió con un "yo no dejé de hablar en la RDA y menos voy a dejar de hacerlo aquí", antes de entonar uno de sus temas acompañado por la guitarra.
"Para ustedes es castigo suficiente tener que estar sentados aquí y tener que escuchar esto", dijo a continuación en dirección a los escaños de La Izquierda, partido que engloba a postcomunistas del este y exsocialdemócratas del resto del país y que actualmente es la primera fuerza de la oposición.
Gregor Gysi, líder de la formación, no incluyó en su intervención alusión alguna a las palabras de Biermann, tal vez porque desde que su formación ingresó en el Bundestag, tras la reunificación alemana, ha sido blanco de todo tipo de ataques del resto del hemiciclo.
Durante años el partido luchó contra los intentos de arrinconarlo como "heredero" del régimen del muro y, aunque el clima se ha suavizado con los años, no faltan las críticas puntuales.
Hace menos de una semana, el presidente alemán, Joachim Gauck -exdisidente del este-, llegó a dudar públicamente de las convicciones democráticas de La Izquierda, ante la previsión de que puedan liderar un gobierno regional en el este.
La arremetida de Biermann marcó una sesión y unas conmemoraciones destinadas a celebrar la reunificación y el reencuentro entre dos mitades del país y de la ciudad, que estuvo partida durante 28 años.
"La caída del muro no fue un milagro, sino la consecuencia de una revolución pacífica sin precedentes no sólo en la historia alemana", afirmó el presidente del Bundestag.
Ya por la tarde, una cadena de cerca de 7.000 globos iluminó 15 kilómetros del que fue el recorrido del muro, a modo de antesala a la gran fiesta ciudadana que se prepara para el domingo, día del aniversario, en la Puerta de Brandeburgo.
El alcalde de la ciudad-estado, Klaus Wowereit, acompañado de antiguos activistas pro derechos humanos de la extinta RDA, fue el encargado de encender el último tramo de la cadena, en las cercanías del Parlamento y el emblemático monumento.
Los globos serán liberados de los mástiles que los sujetan en la tarde del domingo, en un acto que recordará de manera simbólica la apertura de las primeros pasos fronterizos del muro en la noche del 9 de noviembre de 1989.
El fin del muro, recordó hoy Wowereit, supuso la caída del Telón de Acero y el avance de la libertad y de la democracia y permitió que Berlín se convirtiera en la metrópoli "abierta y tolerante" que es hoy.
El aniversario del muro se celebrará sin grandes fastos institucionales y sin invitados extranjeros, aunque el expresidente soviético Mijaíl Gorbachov llegó hoy a Berlín para participar en diversos eventos paralelos.
Junto al antiguo paso fronterizo Check Point Charlie, Gorbachov felicitó a los berlineses y subrayó la transformación de la ciudad "sombría" que el conoció en 1966, cuando visitó por vez primera Berlín Oriental.
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