Airbnb: Tiemblan los hoteles

Para el reciente Mundial, 120 mil personas no durmieron en hoteles brasileños sino que arrendaron piezas, casas o departamentos a través del sitio Airbnb. El portal cuenta con 17 millones de clientes, ya funciona en Chile y tiene a muchos hoteles y destinos en el mundo en pie de guerra porque lo consideran una competencia desleal.




EN 2007, Brian Chesky y Joe Gebbia, dos amigos que compartían departamento en San Francisco, EE.UU., veían que, como a muchos otros jóvenes, sus sueldos no les alcanzaban para llegar a fin de mes.

Justo por esos días, una feria de diseño internacional que se desarrollaría en la ciudad dejó a la capacidad hotelera totalmente copada. No había ni una habitación disponible, por lo que se les ocurrió ofrecer su living como alojamiento para ganar unos dólares extra. Compraron colchones inflables y recibieron a tres huéspedes durante el fin de semana que duró la feria. Ganaron más de mil dólares, lo que les sirvió para pagar el arriendo de un mes y más.

Al año siguiente, en 2008, los amigos y ahora socios, crearon AirBed & Breakfast (por los colchones inflables). El proyecto era ofrecer alojamiento por la web sólo para eventos específicos, cuando la hotelería era puesta a prueba, y ofrecerles a los clientes sofás o camas libres de una vivienda, pero no pasaría mucho tiempo antes de que la idea, y el negocio, se expandieran.

En 2009 lo bautizaron como Airbnb y fue, además, el momento en que dejaron atrás los colchones inflables y empezaron a comercializar habitaciones y hasta casas y departamentos completos, todo a través de una plataforma web. Fue el inicio del éxito y, también, de los primeros conflictos con el sistema hotelero tradicional. Desde entonces cualquier persona, con sólo inscribirse en el sitio, puede poner en arriendo su pieza, casa, departamento, cabaña o hasta su castillo familiar y concretar una transacción, la que a su vez genera una comisión para sustentar el funcionamiento del sitio. Además, el que quiere arrendar puede hacerlo con la misma rapidez y certeza que si estuviera reservando una habitación del Sheraton.

En una reciente entrevista publicada por The New York Times, Brian Chesky graficó claramente el explosivo crecimiento que ha tenido Airbnb. "Tenemos más de tres mil castillos, dos mil casas en el árbol, 900 islas y 400 faros disponibles para reservar en nuestro sitio. En una noche reciente, más de 100 personas se alojaban en yurts (carpas de lujo)", dijo algo pretenciosamente.

Lo cierto es que Airbnb funciona en 34 mil ciudades de 192 países y tiene más de 800 mil anuncios de arriendos.

El cofundador continuó con los números: "Cincuenta y seis por ciento de los huéspedes que se alojaron con Airbnb en un fin de semana reciente, lo hacían por primera vez. La semana pasada, los huéspedes dejaron comentarios para sus anfitriones en 42 idiomas diferentes. Más de 17 millones de clientes han alojado con Airbnb. Nos tomó casi cuatro años conseguir un millón de clientes. Ahora un millón de personas nos utiliza todos los meses", dijo Brian Chesky.

En el reciente Mundial de Fútbol de Brasil, por ejemplo, cerca de 120 mil personas provenientes de 150 países distintos usaron esta plataforma para arrendar habitaciones. Dicho de otra forma, los hoteles dejaron de recibir a 120 mil pasajeros. Los anfitriones ganaron alrededor de 38 millones de dólares durante el torneo. Sólo en Río de Janeiro el promedio de ganancias por anfitrión fue de 4 mil dólares por un mes, más de cuatro veces el salario promedio mensual en la ciudad.

Hay más. El sábado 5 de julio fue la noche más importante en la corta historia de Airbnb. Más de 330 mil personas se alojaron en el mundo a través de la plataforma, en 160 países distintos. Esa noche, sólo en París hubo 20 mil huéspedes que llegaron a su cama a través del sistema.

¿Cuál es el secreto del éxito? Sin duda la hiperconectividad y haber creado una plataforma que le da confianza a los usuarios. La identificación es clave en eso. Sólo es posible arrendar u ofrecer alojamiento si se está registrado y se ha creado un perfil en la página. Y mientras más información se ponga allí (número de cédula, pasaporte, página de Facebook, teléfono, cuenta de Twitter, etc.) logrará mayor confianza y mejor reputación dentro de la comunidad. Por eso Airbnb permite que todas las personas que ingresan a esta red puedan ver la identidad de los demás, y también las deja acceder a las calificaciones que otros han puesto sobre ellas, ya sea como invitados o como anfitriones (bueno, malo o indiferente). Así la "reputación" de los integrantes va creciendo con rapidez.

"Gente, superrecomiendo este loft de Juan. Bien confortable, exactamente como las fotos publicadas en la web, limpio y organizado. Muy bien localizado, cerca de las dos principales líneas de Metro. Ropas de cama y baño de primera calidad. En cuanto a Juan, el anfitrión, superatento. Nos recibió tarde de noche con una deliciosa botella de vino y sándwiches. Vale aprovechar cada dato que él da. Además de ser 'local', tiene excelente buen gusto. Mis felicitaciones", escribió en agosto pasado Guilherme, un brasileño de Río de Janeiro que le arrendó por nueve noches al chileno Juan su departamento en el barrio Bellas Artes de Santiago. Juan posee 49 evaluaciones positivas en su perfil de Airbnb, lo que ayuda a que su departamento se arriende fácilmente.

A la par con su espectacular crecimiento, Airbnb está enfrentando problemas legales en varios lugares del mundo. Por ejemplo, en Cataluña la empresa tuvo que pagarle 30 mil euros al gobierno local, porque este determinó que a través de dicha web se comercializan departamentos turísticos ilegales. Y las sanciones podrían no acabar ahí, ya que las autoridades han pedido el cese de sus actividades e incluso amenazaron con prohibir el acceso a la página de Airbnb desde cualquier dirección IP existente en la comunidad autónoma catalana.

Lo que ocurre es que en España, desde hace un par de años, son las comunidades autónomas (como Madrid, Andalucía, el País Vasco, etc.) las que regulan los arriendos vacacionales. Y en este caso, Barcelona prohíbe que lo hagan quienes no están inscritos en un registro, los que además deben pagar tasas e impuestos.

El año 2013, el gobierno catalán aseguraba que en Barcelona había más camas ilegales que legales: un millón frente a 600 mil.

En Nueva York, el sitio también ha tenido problemas serios ya que ha debido pagar una serie de multas y sortear una cantidad aún mayor de procesos judiciales. De hecho, ahora el portal está en un juicio acusado de ser "competencia desleal" y los tribunales han multado a los pasajeros que han usado el sistema. Hace poco, surgió una gran polémica cuando se descubrió que un neoyorquino arrendó un departamento para subarrendarlo a través de Airbnb, ya que le podía sacar mucho más provecho. La compañía pidió a una consultora externa un estudio que mostrara el real impacto y Airbnb publicó en su página argumentos en favor de su negocio. Dicen que el 82% de su oferta de alojamiento en la Gran Manzana está fuera del centro, lo que hace que los visitantes se desplacen, conozcan otros barrios y compren en comercios pequeños. Además, indican que sus pasajeros tienen estadías más largas: 6,4 días en promedio frente a los 3,9 días de los pasajeros de un hotel tradicional, y que finalmente gastan más.

Mientras, los hoteleros cuestionan que a ellos se les exija cumplir con normas, regulaciones y obligaciones, normas que no se aplican para quienes arriendan a través de Airbnb. La razón es que los usuarios del portal no dan boletas, no pagan impuestos y no están registrados.

En Chile, hay visiones encontradas, tal vez porque hasta ahora el uso de Airbnb no se ha masificado.

Ernesto Byrne, gerente general de Radisson en Chile, cree que es un tema que complica más a los hoteles económicos. "A los hoteles cinco estrellas no los afecta, considerando que el tipo de huésped que tenemos no anda buscando precios bajos. La competencia es por calidad de los servicios más que por valor. Asumo que a hoteles de tres estrellas hacia abajo les debe ser más difícil competir con estos seudo hoteles", dice.

Juan Ignacio Valenzuela, presidente de ChileSertur, agrupación que representa a pequeños empresarios turísticos, mayoritariamente, hostales, no tiene una visión negativa de la rivalidad que genera Airbnb, es más, cree que es una nueva competencia, tal como lo fueron en su momento los departamentos amoblados. "Los hostales tenemos características que nos hacen especiales, por ser mucho más que una habitación. Es más bien una experiencia, donde los pasajeros pueden conocer a otros viajeros. También permiten la inserción en la ciudad por su ubicación y, además, generan actividades orientadas a que los pasajeros se conozcan y puedan intercambiar sus vivencias. La estadía en la ciudad se hace mucho más interesante y se aprovecha el tiempo al máximo, ya que los huéspedes obtienen datos de otros viajeros o de los miembros del staff del hostal", asegura.

A juicio de Valenzuela, la irrupción de estos intermediarios sólo sincera un negocio que ha existido siempre. "Antes, en vez de Airbnb, estaban los corredores de propiedades que les ofrecen departamentos a turistas. Para nosotros el problema no es Airbnb, sino que las rentas por propiedades -como un genérico- hoy no pagan impuestos. Ya sea si se arrienda por un año o un día, es el mismo concepto detrás. Ojalá que la reforma tributaria se haga cargo de esto", explica.

Para el director nacional de Sernatur, Nicolás Mena, también la apuesta por la calidad de los servicios es fundamental en el turismo. Por ello vienen trabajando fuertemente en el Sello Q, una certificación de calidad que entrega Sernatur a los diversos actores de la industria turística, y ven en los alojamientos informales una clara vulnerabilidad.

"Si bien Airbnb es una plataforma que se posicionado en varios países y es parte de una tendencia a nivel mundial que busca facilitar la planificación del viaje a los turistas, para Chile se presenta como una alternativa fuera de ámbito legal y formal. No avalamos la informalidad, por tanto sí podría considerarse una competencia desleal con servicios de alojamiento que se han comprometido con entregar buenos servicios, adecuándose a la normativa legal y vigente en el país", afirma.

Lo cierto es que, a pesar de los problemas legales y cuestionamientos, la plataforma está lejos de parecer asustada. Acaban de inyectarle 450 millones de dólares y su valoración de mercado alcanzó los 10 mil millones de dólares.

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