Alertan sobre la necesidad de cambiar valores y creencias para combatir el bullying
Psicólogas, especialistas en temas de convivencia y buen trato, plantearon que el problema de violencia en las escuelas involucra a toda la organización educacional, no sólo a quién la ejerce y a quién la recibe. En los colegios falta organización, falta democracia y falta formación, dijeron investigadoras.
El fenómeno de la violencia escolar, especialmente el denominado bullying, ha ido adquiriendo cada vez mayor visibilidad pública debido al aumento de la gravedad y de la recurrencia de los casos. A diferencia de los enfrentamientos entre pares, que ocurren entre personas que tienen una fuerza o una envergadura equivalentes, el bullying es ejercido por niños que por edad, por estatus o por tamaño superan a quien es víctima de la agresión. Se trata de un proceso de abuso sistemático y reiterado que pueden ejercer uno o varios niños en contra de otro que está en una posición de menor poder.
Tampoco se trata de un fenómeno aislado. Para los especialistas representa sólo la punta del iceberg, una de las manifestaciones más alarmantes de una sociedad que de alguna manera promueve y ampara la violencia y que muchas veces guarda silencio frente al sufrimiento de otros.
Un equipo de expertas de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica se reunió para reflexionar sobre las causas y las características que tiene este tipo de hostigamiento y proponer estrategias de intervención para ayudar a detenerlo. Ana María Arón, directora del Centro del Buen Trato, Isidora Mena, directora del programa Valoras UC y Neva Milicic fueron las expositoras de la mesa redonda Violencia escolar: ¿Es el bullying el problema?
Arón señaló que una de las características de los sistemas abusivos es la ley del silencio. El abusador no sólo ejerce la violencia sino que además prohíbe a la víctima hablar acerca de ello. Los únicos que están en posición de romper este silenciamiento son los terceros, que en el caso del bullying generalmente son los compañeros de curso. "La única forma que nos puede ayudar a que estos terceros se empoderen y tengan una fortaleza mayor es poder abrirse a las redes de apoyo que en este caso son los padres, las familias y los operadores sociales", explicó.
Cuando el caso se divulga, el sistema que estaba en equilibrio entra en crisis. Muchas veces ocurre que los colegios enfrentados a una situación de bullying tratan de bajarle el perfil a lo que está pasando y de recuperar la normalidad lo antes posible. Ese camino atenta contra la resolución de los problemas de violencia adentro de la escuela, sostuvo la académica. La alternativa promovida por los especialistas consiste en mantener la crisis para intervenir, interrumpir la situación abusiva, proteger a las víctimas y llegar a un nuevo equilibro. Posteriormente, la reparación de las víctimas y rehabilitación de los victimarios sería la intervención óptima.
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