Andrés Allamand: "No recuerdo una imputación tan ofensiva como la de Laurence Golborne"

Ex ministro mantiene críticas al abanderado UDI, por pedir que ningún candidato asistiera a una vigilia del 27/F para no "aprovecharse del dolor de las víctimas".




El candidato Andrés Allamand cuenta que el martes pasado, pocas horas después que Marcela Cubillos anunciara que ella y su esposo se restaría de la vigilia por el 27/F en Constitución, la ex diputada de la UDI recibió un e-mail de Desafío Levantemos Chile.

En el correo, de acuerdo con Allamand, la fundación agradeció la decisión del matrimonio de no ir al acto. Se trata de la entidad creada por su cuñado Felipe Cubillos y que organizó la vigilia en Constitución, la que buscaba evitar involucrar a la organización en la polémica que esta semana enfrentó al abanderado de RN con el candidato de la UDI, Laurence Golborne.

El ex ministro del MOP había manifestado la necesidad de que ningún candidato asistiera al acto para no hacer un uso político del "dolor de las víctimas". El viernes, tras una semana marcada por recriminaciones cruzadas, Allamand volvió a la carga.

Si usted y Cubillos tienen un vínculo familiar con Desafío Levantemos Chile, ¿por qué no se mantuvo la decisión de ir a la vigilia?

Este episodio se produce a partir de la ofensiva e injusta imputación que formula Laurence Golborne, de que nuestra presencia en el acto -al que fuimos invitados- tenía como objetivo aprovecharse del dolor ajeno. Hay pocas cosas más fuertes que se le pueden decir a otra persona. Y más aún, él señala que ningún candidato debiera concurrir. A partir de esas declaraciones se generó un ambiente que habría terminado enturbiando una iniciativa de la obra a la que mi cuñado dedicó gran parte de su vida. Posteriormente, hemos sabido, por declaraciones del alcalde de Constitución, que él ni siquiera estaba invitado. Tengo experiencia en campañas y la verdad es que no tengo recuerdo de una imputación tan ofensiva. Traspasa absolutamente los límites del juego limpio y de lo que debiera ser una contienda electoral... Fue una semana particularmente dura.

En su comando hablaron de una "operación política". ¿Lo ve así o cree que Golborne se equivocó?

Esos son temas a los cuales no nos vamos a referir. Creo que cualquier persona en nuestra posición habría reaccionado de la misma manera. Espero que agresiones de esta naturaleza no se reiteren.

¿Ve un giro en la campaña del ex ministro del MOP?

No me corresponde ser analista de la estrategia de la otra candidatura. Estoy convencido que la primaria va a terminar fortaleciendo a la centroderecha. Y estoy igualmente convencido que los golpes bajos van a ser castigados por los participantes de la primaria.

En el oficialismo afirman que el episodio escaló porque usted y Golborne tienen una mala relación personal.

Es una relación normal y va a seguir siéndolo. Todas esas especulaciones son justificaciones para una declaración tan agraviante, tan injustificada y tan fuera del tenor que había tenido la campaña. Tenemos una relación correcta, fuimos colegas de gabinete, nunca hemos tenido una diferencia de carácter personal, hasta que hemos sido objeto de esta acusación tan fuerte e infundada.

Desde que dejaron el gobierno ustedes han protagonizado episodios que reflejan que no tienen una relación tan "correcta".

En una campaña siempre va a haber diferencias, porque si no existieran no habría dos candidatos. Pero hasta ahora, jamás se había traspasado el ámbito de lo político a una acusación personal. Estas declaraciones estuvieron 48 horas en el portal digital de la campaña de Golborne, de manera que no sólo fue un mal paso, fue algo en lo que se perseveró.

Analistas dicen que estas disputas desincentivan las primarias, porque se hace más complejo el apoyo del perdedor al ganador.

Es cierto que la centroderecha no tiene cultura de primarias, pero si quiere ser una fuerza competitiva, la tiene que adquirir ahora y rápido. Es cosa de pensar el escenario en el cual Michelle Bachelet hubiera sido electa en medio de una primaria, con una amplísima participación, y la respuesta nuestra hubiera sido la designación de un candidato entre cuatro paredes. Ese sólo hecho habría sellado la elección a favor de la Concertación y Bachelet.

Usted protagonizó una de las peleas más duras de la derecha, la senatorial del 97, contra Carlos Bombal, que terminó en su autoexilio de la política. ¿Qué garantías hay de que esta campaña no genere un nivel de tensión similar?

Hay una gran diferencia. Nunca en esa u otras competencias se traspasó el límite de las diferencias políticas y se cayó al plano de las graves imputaciones personales. Más aún, cada vez que hay una elección disputada, aumenta el caudal electoral. Por lo tanto, creo que hay que mirar esto en forma positiva. Lo que hace que la centroderecha crezca es que tenga en todas partes, a nivel parlamentario, duplas potentes que obtengan la mayor cantidad de votos. Creo que va a ocurrir exactamente lo mismo en la primaria. El perfil del otro candidato y el perfil mío son muy diferentes. Y por lo tanto, nuestra convocatoria es claramente mucho más amplia, especialmente si se da en un margen de cohesión.

¿Cómo evalúa el episodio en el que Golborne lo criticó a usted desde La Moneda, tras una reunión con el ministro Larroulet?


Cuando fui a La Moneda no me pareció correcto utilizar todo el aparataje formal que corresponde a los ministros. Sería absurdo que el patio de La Moneda se transformara en el escenario para que todos los candidatos utilizaran ese aparataje formal para hacer ver sus puntos de vista. Pero tampoco creo que haya que hacer agrandar un tema menor, que estoy seguro que no se volverá a repetir.

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