Andrés Velasco: "Daremos una mano a quienes compiten con los paladines de las malas prácticas"

Ex ministro lanza el lunes su movimiento. Su principal objetivo: propiciar las buenas prácticas en la política. "Es precondición para hacer reformas profundas", dice. Aunque no tiene candidatos al Parlamento, ha entregado su respaldo a aquellos que tienen sintonía con su referente.




Apenas terminó la elección primaria, donde logró un 13% de la votación, Andrés Velasco decidió tomar distancia de la contingencia política. Necesitaba descansar, planear y concretar una de sus máximas aspiraciones: fundar un movimiento ciudadano . Y ya lo tiene listo. Mañana 7 de octubre a las 7 PM (7/7) le dará el vamos a este nuevo referente, cuyo nombre es lo único que por ahora se guarda: "Hay que dejar la novedad para los regalones", dice.

¿Cuál fue el issue que lo impulsó a creer en la posibilidad de fundar un movimiento?

El movimiento nace de un diagnóstico que tiene muchos años, pero que con el tiempo se va ratificando y es que la política chilena necesita una transformación de fondo que no la harán los partidos. Eso no significa estar en contra de los partidos, sino comprender que éstos como instituciones humanas a veces hacen bien su trabajo y otras veces lo hacen mal. Hoy día no lo están haciendo bien y, por lo tanto, las malas prácticas y la política sin transparencia siguen prevaleciendo. Ahora, ese cambio va a venir en la medida que los ciudadanos organizados en movimientos o en otra forma estén a la altura.

¿Por qué es movimiento y no partido? ¿Cuál es la diferencia?

Hay muchas. Un movimiento tiene propósitos precisos, no pretende tener una postura unánime acerca de todo, este movimiento es para reformar la política, para luchar por las buenas prácticas y para defender las libertades públicas, eso es lo que nos une y eso es lo que nos parece más urgente en el Chile de hoy.

¿Cuáles son las buenas prácticas?

Terminar con algunas cosas y perfeccionar otras. Un ejemplo: seguimos teniendo tremendas falencias en la relación dinero-política, Transparencia Internacional le pidió a los candidatos que suscribieran un decálogo de buenas prácticas de cómo financian sus campañas, resulta que una cantidad ínfima ha estado dispuesta a hacerlo, concretamente sólo un 12% de los candidatos a diputados y, por lo tanto, los ciudadanos se preguntan si llegado el 11 de marzo algunos de los que resultarán elegidos tendrán la libertad total de legislar o deberán devolver los favores concebidos a los que les financiaron sus campañas.

¿Y qué se debe perfeccionar?

Algunas instituciones. Esto tiene que ver con dejar el binominal y tener un sistema verdaderamente competitivo; tiene que ver con malos partidos políticos, porque la paradoja gigantesca que tenemos es que los actores de la democracia (partidos) en sí mismo no son democráticos; pasa por bajar estos quórum mayoritarios que le dan un verdadero poder de veto a una minoría política; y se deben elegir a los intendentes, cosa que no ocurre, seamos bien francos, porque los senadores y diputados que tienen que votar ese cambio no lo hacen. Esas reformas están pendientes en Chile y sólo van a ocurrir si los ciudadanos se organizan y las exigen.

REPRESENTACION

¿Cómo lograrán concretar estos cambios si están fuera del Poder Legislativo?

No sólo vamos a hacer diagnósticos, pensamos actuar. Allí donde veamos malas prácticas las vamos a denunciar, allí donde haya que hacer propuestas las vamos a plantear y vamos a actuar políticamente.

¿Por ejemplo?

En Chile todo indica que vamos a tener un debate sobre cambios al sistema electoral binominal. Han aflorado propuestas, algunas de las cuales sólo le cambian el nombre, pero no lo sustantivo. Si eso se mantiene así nosotros no sólo levantaremos la voz, sino que vamos a actuar. Y no descartamos más adelante, para nada, llevar candidatos a senadores y diputados. Que quede muy claro: esto no es un centro de estudios es un movimiento para la acción.

Más allá de las buenas prácticas, ¿cuál es el ideario político-económico de este movimiento?

Queremos una sociedad en que las personas puedan vivir la vida que quieran, no la vida que la mala fortuna los condenó a vivir. Queremos una sociedad en que un niño pueda aspirar a ser ingeniero, futbolista, músico o artista, naciendo en cualquiera de las 347 comunas de Chile. Eso, obviamente, requiere reformas de todo tipo como en educación, salud y empleo.

¿Cómo, en la práctica, propiciarán estas reformas?

Todos esos cambios y muchos otros en democracia se hacen a través de procesos políticos, legislando en el Congreso y alcanzando acuerdos. Por eso enfatizamos las buenas prácticas en la política, porque es la precondición para que se puedan hacer.

¿Cuál es la estructura que tendrá?

Aquí no se trata de crear grandes organigramas. Este es un movimiento ciudadano, obviamente, tendrá una estructura mínima que le permita organizarse. A lo que estamos invitando a la gente es a movilizarse y eso se puede hacer contribuyendo a delinear propuestas, a expresarse digitalmente en las redes sociales o también a hacer activismo en la calle como lo he estado haciendo en estos días apoyando candidatos al Parlamento.

¿Este respaldo a candidatos pasa también por contar desde ya con algunos apoyos en el Congreso?

Primero, pasa por apoyar a candidatos con quienes compartimos principios. Todas las personas a quienes personalmente les he ofrecido mi colaboración han suscrito la misión de este movimiento, lo que no significa que se integren formalmente a él, algunos quizás lo hagan, pero sí se comprometen a declarar que comparten el objetivo de transformar la política, consagrar las buenas prácticas y defender las libertades. Segundo, nos ha importado apoyar a personas que signifiquen la renovación, la edad no es lo único que importa, pero sí que en algunos casos los candidatos vayan por primera vez. Y, tercero, queremos dar una mano a aquellos que compiten con verdaderos paladines de las malas prácticas.

¿Cómo quiénes?

Alberto Undurraga compite contra Guido Girardi en Santiago Poniente; José Burmeister en Conchalí, Renca y Huechuraba contra Daniel Farcas, que el presidente Ricardo Lagos destituyó por su responsabilidad política en el caso coimas; Ricardo Bravo, que va por Viña del Mar y Concón, enfrenta a Rodrigo González a quien el Tricel destituyó como alcalde de Viña del Mar y, por lo tanto, hay una razón adicional para que en esos casos se haga imprescindible una renovación. Si esas personas resultan elegidas no hay ningún posibilidad de que las buenas prácticas se impongan.

¿Y su apoyo a Soledad Alvear es porque compite con Carlos Montes?

Alvear suscribió este compromiso también, por lo tanto, en materia de transformación de la política ha manifestado las mismas ideas que queremos subrayar en nuestro movimiento. Soledad Alvear, además trae a la política algo que hoy día hace mucha falta: seriedad.

¿No se produce una especie de doble militancia de Soledad Alvear al ser militante de la DC y suscribir el compromiso de este movimiento?

No hay conflicto alguno, yo ni ellos lo ven así. Aquí no le estamos pidiendo a la gente que deje de militar, todo lo contrario, militar es una manera muy legítima de hacer política, pero también pedimos que se reconozca que no militar es igualmente legítimo.

¿Sus objetivos los obligarán a inscribirse en los registros electorales para poder tener candidatos?

Esperamos que el sistema binominal se acabe. Por lo tanto, buena parte de Chile espera que llevar candidatos en el futuro no signifique tener que estar en pacto o subpacto como ahora. Que el carné de identidad baste para poder inscribirse y si hay que recolectar firmas, lo haremos.

No serán unos outsider...

Queremos participar desde dentro del régimen electoral, por supuesto que no proponemos irnos al monte. Ahora, si me preguntan si será en coalición o en alianza con alguien, obviamente, queda muchísimo para ponerse a pensar en eso.

¿Este movimiento será una plataforma para Velasco 2017?

Para nada, no estamos en eso.

No le creo…

El propósito con el que hemos invitado a la gente es claro y preciso: trabajemos juntos para hacer cambios políticos. No hay nada que le haga peor a un proceso de cambio que los personalismos excesivos.

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