Argentina a un paso de tener voto único electrónico
La noche del miércoles la Cámara de Diputados dio luz verde a la reforma política impulsada por el gobierno de Mauricio Macri que pondrá fin a la antigua boleta partidaria y que exigirá que haya paridad de género en las listas de candidatos al Congreso.
Se trata de una de las promesas de campaña del Presidente Mauricio Macri para modernizar el sistema electoral argentino. La Cámara de Diputados transandina aprobó por 152 votos a favor, 75 en contra y tres abstenciones, el proyecto de ley de reforma electoral, que instaura el voto único y electrónico a nivel nacional a partir de 2017.
De esta forma se terminará el actual y antiguo sistema (vigente desde hace 104 años) en el cual los electores debían escoger en la cámara secreta el voto del partido por el cual querían sufragar. Esa papeleta, proporcionada y distribuida por cada colectividad política (por lo cual en ocasiones se producía la irregularidad de que no hubiese papeletas de algún partido), incluía los nombres del candidato a Presidente, a senadores y a diputados.
Cuando el ciudadano quería votar de manera "cruzada", es decir, por ejemplo, inclinarse por un candidato presidencial, pero apoyar al postulante al Senado de otro partido, debía tomar distintas papeletas y cortarlas, y esos trozos con las opciones deseadas, meterlos en el sobre que debía depositar en la urna.
Si es implantado el nuevo sistema los ciudadanos ingresarán a un cuarto oscuro en el que la oferta electoral estará en un computador. A través de ella elegirán a sus candidatos. Imprimirán entonces una boleta que al salir introducirán en la urna. Así el conteo será informático y manual. "El voto electrónico puede dar más transparencia, siempre que haya un estricto control del software y los demás controles", explicó a La Tercera el analista político argentino Rosendo Fraga.
Actualmente el voto electrónico se utiliza en la ciudad de Buenos Aires (donde precisamente gobernó Macri entre 2007 y 2015), en la provincia de Salta y en la ciudad de Resistencia, en la provincia de Chaco.
También, en el marco de esta reforma se instauró la paridad de género en la conformación de las listas de candidatos a diputados, senadores y parlamentarios del Mercosur. Hasta ahora la norma era que hubiese al menos 30% de candidatas mujeres en las nóminas partidarias. Este artículo fue aprobado por 214 votos a favor, tres en contra y cuatro abstenciones.
La reforma política también incluye el traspaso del Poder Ejecutivo a la Cámara Nacional Electoral el control del escrutinio provisorio, el mismo días de los comicios. Hasta ahora esas atribuciones estaban en manos del Ministerio de Justicia. La iniciativa establece que el conteo de los votos deberá estar controlado por un ente autónomo, que dependerá de la Cámara Nacional Electoral, al estilo del Instituto Nacional Electoral de México. Ese nuevo organismo estará compuesto por representantes de los tres poderes, todo ellos elegidos por concurso.
La modificación que sí fue rechazada en la Cámara de Diputados fue la apuesta del oficialismo de imponer cambios a las primarias obligatorias con tal de que sólo se pueda votar en las internas de un solo partido o frente electoral.
El proyecto de reforma política y electoral pasó ahora al Senado, y se estima que podría ser convertida en ley en un plazo de dos semanas.
Otra de las reformas políticas prometidas y que está pendiente es la de reordenar el calendario electoral con tal de que haya como mucho dos jornadas con comicios, una de nivel provincial y otra para cargos nacionales, al año. En 2015 hubo provincias donde tuvieron más de una decena de elecciones, entre primarias y comicios locales, provinciales y nacionales. También se están considerando modificaciones para transparentar el financiamiento de los partidos, uno de los aspectos más difíciles de regular.
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