Aseguran que militares trabajan seguros en plantas nucleares de La Reina y Lo Aguirre




Un informe de evaluación radiológica ambiental realizado al entorno de los reactores nucleares de La Reina y Lo Aguirre el 27 de agosto, concluye que los conscriptos que hacen allí su servicio militar por un año, no están expuestos a niveles peligrosos de radiación.

El documento del departamento de protección radiológica ambiental de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (Cchen), fue emitido el mismo día en que el soldado Alfonso Miranda Vera (18) -quien vigilaba las instalaciones nucleares- fue derivado de urgencia al Hospital Militar, donde se le diagnosticó leucemia aguda mielocítica, la misma enfermedad de la que fallecieron otros cuatro conscriptos que realizaron el servicio militar entre 1988 y 1990, realizando las mismas funciones que Miranda.

Los casos fueron dados a conocer por el diputado Iván Paredes, que además preside la comisión de Defensa y quien solicitó crear una comisión investigadora que se ocupe de esclarecer la relación entre esas muertes, la de seis ex funcionarios civiles de las centrales y los cánceres de otros conscriptos de esa promoción, respecto a sus labores en las centrales nucleares.

El informe señala que "tomando en consideración los tiempos de exposición del personal militar que cumple tareas de protección física (...) se concluye que éstos no se enfrentan a ningún riesgo radiológico, aún cuando, estuvieran haciendo guardia permanentemente en estos puntos". Agrega que las funciones del personal militar son "totalmente seguras desde el punto de vista de seguridad y salud ocupacional radiológica y da cabal cumplimiento a las normas legales vigentes".

Fuentes del Ejército señalaron que el recluta Miranda sigue recibiendo tratamiento oncológico en el Hospital de la institución y que se trata del primer caso informado de leucemia este año en las filas de la Policía Militar. En 2008 no se reportó ninguno.

Los informes médicos del soldado indican que la leucemia podría habérsele producido por varias causas, sin que hubiera "evidencia" que relacionara directamente la aparición de su enfermedad con sus labores de vigilancia en las centrales nucleares.

A Miranda no se le habría sometido especialmente a una detección de contaminación radiactiva.

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