Aumentan críticas por lenta respuesta ante secuestro de jóvenes en Nigeria
El grupo radical Boko Haram propuso liberar a las secuestradas a cambio de prisioneros.
La semana pasada, a través de un video, el líder de Boko Haram amenazó con vender como esclavas a las más de 200 estudiantes nigerianas que el grupo islamista secuestró el pasado 14 de abril. Y ayer, en una nueva grabación publicada en YouTube, Abubakar Shekau aparece con las jóvenes, afirmando que las convirtió al islam y que sólo las liberará a cambio de la excarcelación de todos los yihadistas presos.
En el video, Shekau habla durante 17 minutos mientras se observa a unas 130 adolescentes descalzas y con velos negros y grises que rezan en árabe, sentadas en el suelo, en un lugar no identificado. Algunas lucen temerosas y otras, tristes. En un momento dos son llamadas al frente y son interrogadas frente a la cámara de video. Se trata de la primera evidencia visual de ellas desde el secuestro en una escuela en Chibok, al noroeste de Nigeria.
Poco después se muestra a Shekau con un uniforme militar y sosteniendo un rifle AK-47, hablándole a la cámara. Parece confiado e incluso por un momento se ríe. "Lo único que les digo es que si desean que liberemos a las niñas que hemos secuestrado, quienes no han aceptado el islamismo serán tratados como el profeta (Mahoma) trataba a los infieles y permanecerán con nosotros", dijo, según la traducción de la declaración hecha en nigeriano. "No las liberaremos mientras ustedes mantengan detenidos a nuestros hermanos", aseveró.
No obstante, poco después de difundirse este video, las autoridades nigerianas descartaron excarcelar a presos islamistas a cambio de la liberación de las adolescentes. Al preguntársele si el gobierno rechazará la propuesta realizada por el líder de Boko Haram en el video, el ministro del Interior, Abba Moro, respondió a France Presse: "Por supuesto".
Ayer, el gobernador del estado nigeriano de Borno, Kashim Shettima, afirmó tener informaciones sobre el lugar en el cual se encuentran las jóvenes. Shettima pasó a los militares informaciones de dónde fueron vistas las muchachas, y agregó que no cree que hayan sido llevadas a Chad o Camerún.
El secuestro de las menores nigerianas ha generado una importante reacción a escala internacional y ha hecho que numerosas personalidades de todo el mundo -entre ellas Michelle Obama y las autoridades chilenas- participen en una campaña bajo el lema "Devuélvannos a nuestras niñas ("Bring back our girls")".
Sin embargo, esta campaña recién comenzó más de dos semanas después del secuestro, lo cual ha generado críticas en torno a cómo Nigeria y Occidente han enfrentado esta crisis, como, en general, el ascenso de Boko Haram en Africa. De hecho, recién a fines de 2013 EE.UU. los puso en su lista de grupos terroristas, después de cuatro años de atentados en Nigeria. "(El Presidente nigeriano) Goodluck Jonathan ha sido terriblemente lento e inepto en abordar este crimen monstruoso", afirmó el editorial de The New York Times el pasado 6 de mayo. "¿Cómo un grupo cargado de cientos de prisioneros puede simplemente desaparecer?", cuestionó, por su parte, el Chicago Tribune.
El columnista del diario británico The Guardian, Nafeez Ahmed, critica la poca atención que se ha prestado a las raíces de la crisis que afecta a Nigeria. "La militancia islamista en Nigeria está siendo fortalecida por los intereses occidentales y regionales sobre los combustibles fósiles", apunta Ahmed, director ejecutivo del Institute for Policy Research & Development.
A juicio de Ahmed, existen estudios que advierten sobre un rápido descenso de las tasas de producción petrolera en Nigeria. Así, la escalada de la pobreza y la desigualdad han alentado el reclutamiento para el terro- rismo islamista. "En el norte de Nigeria, desde donde proviene Boko Haram, hay poca evidencia de un auge petrolero. Con cerca del 70% de la población subsistiendo con menos de un dólar al día, las tasas de analfabetismo y las enfermedades son endémicas", advierte el experto. Como señala David Francis, uno de los primeros periodistas occidentales en cubrir al grupo islamista, "la mayoría de los soldados son muchachos pobres que fueron convertidos contra su país corrupto por un líder carismático".
"Aparte del hecho de que Occidente se ha contentado con hacer la vista gorda a estos problemas por apuntalar al corrupto gobierno de Nigeria, mientras acelera los contratos de gas y petróleo, existe una complicación adicional", afirma Ahmed. "Sobran pruebas de que Al Qaeda del Magreb Islámico se ha aprovechado del auge de Boko Haram para ganar un creciente control del movimiento militante de Nigeria", concluye.
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