Bachelet plantea a Obama preocupación por Argentina tras "fondos buitre"

En cita con el presidente de EE.UU., la Mandataria dijo temer por el impacto en el país vecino. Otro tema fue la demanda de Bolivia en La Haya.




"Estoy muy contento de recibir a la Presidenta Bachelet en el Salón Oval; es mi segunda Michelle más favorita y estoy muy contento de verla nuevamente". Las primeras palabras del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rompieron de inmediato el estricto protocolo norteamericano en la oficina principal de la Casa Blanca. Si hace poco más de un año fue el ex Presidente Sebastián Piñera quien sorprendió a Obama y al mundo sentándose en su sillón, esta vez fue el mandatario norteamericano quien se salió del libreto frente a la Presidenta Bachelet. El diálogo comenzó a las 11 horas, luego de que la Mandataria recibiera los honores en el patio principal de la casa de gobierno y firmara el libro de visitas en el Salón Roosevelt.

Antes de entrar en el detalle de la cita, Obama se dio tiempo para otra referencia: junto con elogiarla por su labor en ONU Mujeres, alabó el desempeño de la selección chilena en la Copa del Mundo y se mostró triste por su eliminación.

Luego se produjo un diálogo entre ambos, previo a la reunión privada, en el que los dos mandatarios valoraron las buenas relaciones entre Chile y EE.UU., pese a la alternancia en el poder, tema que fue puesto por Obama sobre la mesa. "Chile ha demostrado una gran estabilidad y ha sido capaz de ir cambiando de gobierno desde un sector a otro y manteniendo siempre una excelente relación. La Presidenta Bachelet sabe perfectamente bien lo difícil que fue recuperar la democracia", dijo el mandatario norteamericano.

El intercambio se produjo minutos antes de que ambos presidentes se encerraran para conversar a solas durante una hora y 10 minutos.

Uno de los temas tratados, a iniciativa de Bachelet, fue la situación de Argentina. Altas fuentes de gobierno aseguraron que la Mandataria le planteó a Obama "su preocupación" por el escenario generado en Argentina luego del fallo de la justicia norteamericana que obliga al gobierno de Cristina Fernández a pagar a los acreedores -denominados "fondos buitre"- millonarias deudas para evitar caer en embargo. La Presidenta expresó su solidaridad con Argentina y también su inquietud por los coletazos que podría haber en el resto de la región.

"Con el Presidente Obama hablamos todos los temas regionales, todos, sin ninguna exclusión", dijo Bachelet al ser consultada específicamente por un tema clave para la Cancillería chilena: la demanda boliviana interpuesta en La Haya.

"Nosotros hemos informado al Presidente Obama todos los temas que nos ha parecido importantes, que un país amigo tenga todo el conocimiento y todos los antecedentes que correspondan", precisó. Con esas palabras quedaron despejadas las dudas de parlamentarios oficialistas que son parte de la comitiva oficial, quienes en las horas previas habían planteado la necesidad de abordar el tema en la cita con Obama. Precisamente, en el contexto de la ofensiva comunicacional internacional lanzada por el canciller Heraldo Muñoz para hacer presente los argumentos chilenos. El propio canciller había reconocido que hace unas semanas había abordado el tema con el secretario de Estado John Kerry, con quien también compartió ayer la Mandataria en un almuerzo en el Departamento de Estado, en el que también participó el vicepresidente Joe Biden.

DEFENSA DE REFORMA

Durante la tarde, la Presidenta Bachelet dictó una charla en el Brookings Institutions, uno de los centros de pensamiento más influyentes de Estados Unidos, ante una selecta audiencia. Además de los investigadores del think tank, a la cita asistió un grupo de altos empresarios chilenos y norteamericanos. También estaba el embajador de Estados Unidos en Chile, Michael Hammer, quien hace meses había señalado en Chile que el empresariado norteamericano estaba preocupado por cambios en las reglas del juego, a propósito de las reformas que impulsa el gobierno. En dicho contexto, la Mandataria hizo una férrea defensa de su programa de gobierno, poniendo énfasis en las reformas tributaria y educacional. En varios pasajes de su ponencia defendió la estabilidad institucional de la democracia chilena.

"Sé que es un extenso programa de reformas y cambios, lo que estoy tratando de decir es que Chile va a implementarlo preservando el crecimiento y la estabilidad, el gobierno democrático que hemos construido con gran esfuerzo", dijo la Mandataria en una exposición en inglés.

"Algunos han tratado de mostrar esta reforma como anticrecimiento (…). La reforma tributaria no complace a todo el mundo, no complace a nadie, de hecho. No tiene que gustarles. Pero sé que no les gusta. Pero vamos a abordar las desigualdades y continuar desarrollándola", cerró.

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