Bakú, la apuesta más incierta

El trazado urbano de la capital de Azerbaiyán debutará albergando el Gran Premio de Europa. Los pilotos criticaron el diseño y la seguridad de un circuito que promete una recta extremadamente veloz.




La última vez que el Gran Premio de Europa se corrió, en Valencia en 2012, el ganador Fernando Alonso corría en Ferrari, Michael Schumacher aún seguía activo, el campeón Sebastian Vettel abandonaba con su Red Bull y eran pilotos tipos como Narain Karthikeyan, Charles Pic y Pastor Maldonado. Cuatro años después, la fecha vuelve al mapa de la Fórmula Uno en una de las ciudades de la antigua órbita soviética que más prosperó, Bakú.

La ciudad tomó el puesto de la impopular fecha de Corea ("No quiero volver más ahí", decía Bernie Ecclestone en 2014). Y si bien hubo presiones para que Ecclestone abandonara un país que encarcela a minorías y objetores de conciencia, los millones fueron más fuertes. "No organicemos carreras donde hay corrupción. ¿Entonces dónde vamos a correr?", fue la irónica respuesta del Supremo.

En el diseño del trazado, de un poco más de seis kilómetros (el segundo circuito más grande después de Spa), que rodea la llamada Ciudad Vieja y usa como recta principal la amplia avenida Neftçilar, estuvo metida la oficina del alemán Hermann Tilke. "Será uno de los circuitos más excitantes y será uno de los más veloces", decía el arquitecto.

Pese a los dichos de Tilke, se espera que Bakú sea una mezcla. En la extensa recta de más de dos kilómetros los monoplaza llegan a los 340 km/h, aunque el promedio de velocidad rondaría los 211 km/h, bajo la mitad de la lista de circuitos y superando a Hungaroring y Mónaco, por ejemplo.

El trazado no ha concitado mucho apoyo en el parque. La larga recta, las primeras curvas de 90 grados, la estrechez en partes del recorrido (7,2 metros es lo más angosto) y un leve ascenso en la curva ocho por el lado de una torre en la Ciudad Vieja han elevado las quejas de muchos pilotos. "Es como si hubiéramos dado varios pasos atrás en ciertas áreas, y no sé por qué", explicó Jenson Button. "Lo que no me gustan son algunas curvas. Trabajamos duro en la seguridad, mejorando los circuitos todo el tiempo, y luego venimos aquí y hay curvas que no tienen absolutamente ninguna escapatoria", añadió.

Mientras, Lewis Hamilton aseguró que "la pista es ancha como una autopista. Mónaco es el circuito urbano por excelencia. Los demás no son iguales".

Otro punto que genera preocupación es la entrada a pits, que incluye una leve chicana. "El ingreso se ve un poco interesante. Uno va a llegar muy rápido y sin ningún margen", advirtió el sueco Marcus Ericsson. Como si faltara un asunto más, Pirelli también mostró preocupación por el comportamiento de los neumáticos en una asfalto prácticamente virgen.

Más allá de eso, Bakú ya está preparado para recibir a la F1 y ésta también está lista para recibir los cerca de 24 millones de libras por año, según proyectaba The Independent hace un tiempo. Será una carrera llena de incógnitas, justo en un momento en que el campeonato tomó mayor interés con los dos triunfos seguidos de Hamilton.

Precisamente el inglés fue el más veloz en los piques de ayer, donde se vieron neumáticos destrozados por la mala instalación de los pianos, comisarios indecisos y voluntarios confundidos.

Eso, sin contar el GP2 que casi choca con un camión ubicado a la salida de la curva 16.

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