Berlusconi se disculpa por sus insultos a la Justicia italiana

El ex primer ministro se justificó de haber tratado a los jueces de "irresponsables", alegando que había sido "un ataque de rabia" y aseguró que "no se repetirá más".




El ex primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, se disculpó hoy por sus palabras hacia los jueces italianos, a quienes calificó de "irresponsables" durante su declaración en un juicio, un comportamiento que podría comprometer su situación judicial.

Por estas declaraciones, la jueza del Tribunal de Vigilancia Penitenciaria de Milán (norte), Beatrice Crosti, solicitó este martes la presencia de Berlusconi en su despacho, por considerarlas "lesivas y ofensivas".

Crosti, según recogieron los medios, advirtió al líder de Forza Italia que "esto no es un juego" y que no todos los magistrados son los que aparecen en los periódicos "sino que hay muchos que trabajan (de manera anónima)". 

Berlusconi, según las mismas fuentes, se justificó alegando que había sido "un ataque de rabia" y aseguró que "no se repetirá más".

Las palabras de Berlusconi se produjeron el pasado 19 de junio, cuando fue llamado a testificar en el Tribunal de Nápoles por el caso que estudia la supuesta extorsión por parte del hombre de negocios, Valter Lavitola, a la compañía italiana Impregilo para que esta construyera un hospital en Panamá.

Allí el líder conservador dijo que la Justicia italiana era un poder "incontrolado e incontrolable" y tildó de "irresponsables" a los magistrados, algo que podría perjudicar su situación judicial.

Berlusconi fue condenado a cuatro años de prisión por fraude fiscal en el conocido como "caso Mediaset", una pena reducida a un año por una ley de indultos. 

El pasado 15 de abril, el Tribunal de Vigilancia Penitenciaria impuso los trabajos sociales a Berlusconi, tal y como había solicitado su defensa, que en todo momento trató de evitar la otra vía posible, el arresto domiciliario, ya que por edad no puede ingresar en prisión.

En su sentencia, el tribunal lombardo estipuló que Berlusconi no podría atacar a la Justicia como suele hacer a menudo o, de lo contrario, se le podrían revocar los trabajos sociales.

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