Camila Rojas, precandidata a diputada por Izquierda Autónoma: "La proyección del Frente Amplio tiene que ver con que podamos convivir con nuestras diferencias"
La ex presidenta de la FECh Camila Rojas es una de las cinco cartas que ofreció Izquierda Autónoma para integrar la lista parlamentaria del Frente Amplio. Una eventual bancada en el Congreso, dice, es la apuesta para dejar de ser "los voceros del malestar" y pasar a las transformaciones concretas. La ex dirigente estudiantil aborda el futuro del Frente Amplio, los desafíos que enfrentan para alzarse como un proyecto político sólido y el escenario presidencial.
—¿Cómo ve la proyección del Frente Amplio a meses de la elección presidencial y parlamentaria?
—Está en construcción y, por lo tanto, es necesario que convoquemos a más gente a ser parte de esta instancia. En ese sentido hay varios desafíos que están presentes. Este es año de elecciones y nosotros queremos presentarnos, pero la idea es que después de eso también podamos seguir proyectándonos. Sobre todo por la necesidad de que hoy día exista una alternativa más allá del duopolio, de la Nueva Mayoría y de la derecha.
—Los mismos integrantes del Frente Amplio reconocen que tienen ciertas dificultades para presentar un candidato presidencial…
—Sí, hay dificultades. Nosotros como Izquierda Autónoma tenemos a Carlos Ruiz, se han escuchado otros nombres como Luis Mesina, Beatriz Sánchez, Sebastián Depolo y una serie de personas, pero claro, hay dificultades por cómo funciona el sistema también. O sea, este regalo que se le hace a los partidos más tradicionales como el PPD, a los que hoy día el Servel les facilita que puedan reficharse mientras que para los partidos nuevos hay muchas más exigencias. Entonces, claramente la vieja política opera y nos pone más dificultades a nosotros también. Y en ese sentido, el presidenciable o incluso que podamos sacar parlamentarios no es tan simple.
—¿No hay un riesgo de que se convierta en una mera alianza electoral de cara las elecciones de 2017 y luego, por la diversidad de proyectos que lo integran, cada uno reme para su lado?
—Claro, también hay desafíos internos y uno de esos tiene que ver con un proyecto país que vaya más allá de lo electoral. También tiene que ver con nuestra capacidad de ser dialogantes al interior del Frente Amplio. La idea es que seamos capaces de llegar a acuerdos y distinguir cuáles son nuestras diferencias y podamos convivir con ellas.
—¿Cómo ve el escenario electoral? Las encuestas muestran como favoritos a Guillier y Piñera…
—Es un escenario en el que vemos caras que nos muestran más de lo mismo. Si bien Guillier aparece en la escena posicionándose como un personaje nuevo, igual es parte de esa misma Concertación que ha gobernado por muchos años. Quizás es una cara que puede ser mucho más amigable como lo fue Bachelet en su momento, pero que no representa un cambio sustantivo. Lo mismo nos pasa con Piñera, él ya fue Presidente. Incluso la posibilidad de que Lagos siga corriendo, por más que no esté arriba en las encuestas (…) nos habla de que tanto el oficialismo como la derecha, a pesar de tener baja aprobación, a pesar de la corrupción, siguen manejando el país como se les antoja. Entonces tienen una gran facilidad para ir renovándose, para poner caras nuevas que son más de lo mismo y es un juego que se repite cada cuatro años.
—¿En una eventual segunda vuelta están dispuestos a votar por un candidato de la Nueva Mayoría para evitar un triunfo de la derecha?
—Nosotros como Izquierda Autónoma creemos que no (...) para nosotros terminan representando lo mismo. O sea, con distintas caras, con matices evidentemente, pero siguen apostando por las mismas políticas.
—Eres parte del frente feminista de Izquierda Autónoma. ¿Cuáles son los desafíos que tiene el feminismo en los espacios de poder, en el espacio político, incluso en movimientos emergentes como el mismo Frente Amplio?
—Hoy día el machismo es una cuestión estructural por lo tanto se vive en todos los espacios y particularmente la política es un espacio bien hostil para las mujeres (…) Pero es importante destacar que al final no basta con ser mujer, nosotros lo hemos visto con Bachelet. A pesar de que se suponía que iba a existir una agenda bien progresista, el tema del aborto fue muy difícil sacarlo en su misma coalición y no sólo en los sectores más conservadores, sino en varios sectores. Para qué decir la derecha (…) Yo creo que hay apostar a que existan más mujeres en esos espacios sí o sí, estoy completamente de acuerdo con eso, pero tenemos que asegurarnos también de que esas mujeres estén dispuestas a luchar por los derechos de las mujeres.
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