Capriles gana primarias en Venezuela y se convierte en el rival de Chávez
Henrique Capriles se impusó a sus contricantes con un 62% de los votos. El candidato aspira a convertirse en Presidente del país en los comicios de octubre en los que Chávez buscará su tercer mandato consecutivo.
Henrique Capriles Radinski será el rival de Hugo Chávez en las próximas elecciones presidenciales de Venezuela, el 7 de octubre próximo. La prensa venezolana destacó ayer el triunfo de Capriles en las primarias de la oposición, con un 62% de los votos de los más de 2,9 millones de sufragios. "Con el apoyo de Primero Justicia y una amplia base de organizaciones, se erigió como el abanderado de la alianza opositora", señaló el diario El Universal. Su contendiente más cercano,Pablo Pérez, gobernador del estado de Zulia, consiguió sólo un 31%.
Capriles de 39 años, abogado de profesión y gobernador del estado central de Miranda, debe librar una dura batalla contra el actual mandatario, quiene después de 13 años en el cargo, sigue siendo un héroe para muchos de sus seguidores y mantiene un emotivo vínculo con muchos de los pobres en Venezuela. También utiliza los poderes plenos de su gobierno y la bonanza del gasto público para tratar de asegurar una victoria en los comicios presidenciales.
La mayoría de la población de Venezuela está fuertemente polarizada entre los que admiran al Presidente Chávez, de 57 años, y quienes no lo apoyan. Pero cerca de una cuarta parte de los electores no se identifican con ninguno de los dos bandos políticos, y dentro de ese segmento un 10% a 15% son propensos a participar con su voto, señaló el directivo de la encuestadora local Datanálisis, Luis Vicente León. Muchos de los votantes indecisos son jóvenes que han crecido durante la larga presidencia de Chávez, agregó.
Se espera que la oposición de Venezuela se unirá en torno a Capriles tras su victoria en las elecciones del domingo, acrecentando sus probabilidades según las encuestas. La oposición, alguna vez dividida, ha ganado popularidad en los últimos años, y las elecciones podrían terminar siendo la más difícil campaña de reelección en la carrera de Chávez.
A medida que la campaña avanza, tanto Chávez como Capriles se han esfuerzado para atraer a la mitad del electorado que les hace falta. El líder de la oposición ha comenzado, centrándose en las preocupaciones urgentes de los electores, comprometiéndose a crear empleos y mejorar las escuelas, evitando la confrontación directa con Chávez. Su enfoque refleja la idea de que salir victorioso implica dar pasos cautelosos y evitar perturbar a los electores de la clase obrera y aquellos de la clase media que no comparten el odio que otros expresan contra el mandatario, pero que están listos para el cambio.
De acuerdo a la agencia ANSA, Chávez ganó fácilmente la reelección con el 63% de los votos en 2006, pero desde entonces su popularidad ha bajado en medio de problemas como la violencia delictiva y la galopante inflación. Sus índices de aprobación han superado el 50% en las últimas encuestas, y su lucha con el cáncer el año pasado no parece haber perjudicado su popularidad. El presidente dice que está libre de cáncer después de someterse a una cirugía y quimioterapia el año pasado. Se le ha visto enérgico en sus maratónicas apariciones televisivas, al parecer en un intento por demostrar que todavía puede mantenerse a la par con un rival más joven.
El mandatario venezolano ya puso en marcha su maquinaria electoral. Ha incrementado el gasto público con el lanzamiento de nuevos programas sociales que ofrecen beneficios en efectivo para los pobres y una gran inversión en nuevas vías férreas, viviendas públicas y sistemas de teleférico en los barrios de Caracas. A medida que se acercan las elecciones, inaugurará otros costosos proyectos que capten la atención, incluyendo el lanzamiento del segundo satélite de Venezuela, de fabricación china, previsto poco antes de los comicios de octubre.
Sin embargo, Chávez advirtió a los electores que si no es reelegido, sus programas sociales llamados "misiones" se desvanecerán. Esa amenaza, aunque Capriles lo niega, podría tener una influencia en algunas personas en el período previo a la elección.
El mandatario es por ahora favorito para las presidenciales, pero según analistas políticos habrá que esperar para conocer el comportamiento de las cifras en los sondeos, tras haberse definido el contrincante. Paralelamente, Capriles invitó a sus compañeros de contienda a trabajar a su lado para hacer el gobierno que reclama el país.
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