Chile se cae sin el gol
Jamaica sorprende a la Roja en Viña del Mar y la vence 1-2 a días de la Copa América Centenario. El cuadro de Pizzi muestra una preocupante falta de finiquito y bajos rendimientos en defensa. El invento de Orellana como enlace no funcionó. Y Alexis terminó cumpliendo esa función.
Al menos 14 oportunidades claras de gol. No es una exageración. En un día normal, esta producción merece un aplauso, pero una mala jornada la historia es distinta. Y Chile sufrió por su falta de finiquito ante Jamaica, que terminó llevándose una inesperada victoria desde Viña del Mar (1-2), a días del inicio de la Copa América Centenario, en Estados Unidos.
Uno por uno, las diferencias individuales entre los jugadores del equipo de todos son muy marcadas. Están los que siguen en un nivel superior, como Gary Medel, Alexis Sánchez o Charles Aránguiz, y están los que no son ni la sombra de los jugadores que brillaron en la campaña anterior. En ese grupo remolón, dos nombres sobresalen: Gonzalo Jara y Eduardo Vargas.
El defensa sufre las consecuencias de un paso muy irregular por la desastrosa U de Beccacece. Y su rendimiento ante los centroamericanos fue una extensión de ese mal momento. Desprolijo, sin tiempo ni distancia, fue un pasadizo para los jamaicanos. Para McCleary y Barnes, que desbordaron y lanzaron centros muy peligrosos para la zaga criolla.
Así llegó el primer gol del partido, de hecho. McCleary se sacó a Jara y envió la pelota al corazón del área chica, que Donaldson aprovechó para sorpresa de todo Sausalito. Fue al minuto 36 y no parecía tan injusto, puesto que antes el mismo volante (y Barnes y Orgill) fallaron solos frente a la portería de Johnny Herrera.
Lo cierto es que el sector izquierdo de la defensa no cumplió. Jara y Jean Beausejour no se entendieron en esa faceta del juego, aunque la mano se le debe cargar más al central.
Alexis, solo
Ofensivamente, en tanto, Chile comenzó muy lento. Es verdad que Vargas anunció de entrada con un remate a distancia, pero fue sólo un aviso, porque luego la Selección se transformó en un equipo muy predecible. El invento de Fabián Orellana como volante falló totalmente. A tal punto que con el correr de los minutos, Alexis (visiblemente molesto) dejó el sector izquierdo del ataque y se puso a jugar de enganche. Como lo hizo ante Argentina, cuando Pizzi lo pensó erróneamente como centrodelantero.
La movilidad, el talento y visión de Sánchez le dio otra dimensión a la Roja. Y comenzó el despilfarro en ataque. Fallaron Aránguiz, el mismo Alexis, Pinilla y Vargas, antes y después del tanto jamaicano. Y Chile se fue al descanso en desventaja, golpeado.
El cambio en ataque era obvio. Vargas u Orellana debían dejar el campo. La banca se inclinó por el de la Bundesliga, quien se retiró lesionado a los camarines. Matías Fernández, a la cancha, para organizar. Tres llegadas claras en cinco minutos del complemento, pero la falta de finiquito volvió a jugar en contra. Orellana, Isla y Pinilla no pudieron batir al portero Kerr, recién ingresado en Jamaica.
Era cosa de tiempo, se supone, pero no. A Pizzi se le olvidó un cambio, el de Jara. Y su marca a distancia le permitió a Barnes sacar un centro perfecto para Grandt cabeceara al 2-0 (53'). El conjunto nacional, obviamente, sintió el golpe y bajó su nivel, aunque el desperdicio de goles continuó. A niveles sorprendentes, como las jugadas consecutivas en que Sánchez y Fuenzalida (con pocos minutos en el campo) se lo perdieron casi en la línea del arco rival.
Lo más increíble es que el descuento llegó de la manera más inesperada. Por una pelota peleada por Nicolás Castillo, quien anotó su primer gol con la adulta (81'). No había tiempo para celebrar, en todo caso. Y tampoco hubo tiempo para sellar una remontada.
Juan Antonio Pizzi debe tomar decisiones. Atreverse. O sigue la corriente que viene desde el proceso anterior o mete mano de verdad. Porque está bien, se trata de período más glorioso de la Roja, el más exitoso. Pero ya pasó. Hay jugadores que no están ni cerca del rendimiento que les convertía en titulares seguros con Jorge Sampaoli. El técnico tiene mucha tarea que completar y el tiempo es muy acotado. No será fácil.
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