China no fomentará la donación de órganos pese a la gran demanda

El gigante asiática tiene una lista de espera de 1,5 millones de pacientes, pero de ellos sólo 10 mil llega a operarse.




China no adoptará medidas especiales para favorecer la donación de órganos aunque menos del uno por ciento de los pacientes necesitados de un trasplante puedan obtenerlo, afirmó el portavoz del Ministerio de Sanidad, Deng Haihua.

"No estamos dispuestos a adoptar un sistema que inste a los ciudadanos a donar órganos si fallecen en un accidente de tráfico", declaró Deng, contradiciendo así las palabras del viceministro de salud, Huang Jiefu, quien días antes habló de la "llegada inminente" de esta medida, publicó este miércoles el diario oficial China Daily.

Huang aseguró que un sistema como el propuesto "terminaría con el problema del tráfico ilegal de órganos y aliviaría la escasez" ya que, según fuentes oficiales, China tiene 1,5 millones de pacientes en las listas de espera cada año, de los que sólo 10 mil llegan a operarse.

El portavoz de Sanidad, por su parte, quiso matizar sus palabras y añadió que si bien la medida no se aplicaría de forma inmediata, no era descartable para el futuro.

"Esta práctica es cada vez más común en todo el mundo y se ha demostrado que puede fomentar las donaciones. Sin embargo, en China hay que formar a la opinión pública para que tengan una comprensión clara de lo que supone esta práctica", aseguró Deng.

Además, la necesidad de que varias instituciones como Tráfico, Sanidad o Transporte colaboren para el correcto funcionamiento del programa hace que, según Deng, "aún no haya un calendario".

China estableció en 2010 un sistema de donaciones destinado a facilitar el que las personas lleguen a un acuerdo para donar sus órganos en caso de que mueran.

Hasta el momento, 49 donaciones se han producido en el marco del nuevo sistema, de acuerdo con Deng.

A diferencia de otros países, como Australia, donde el número de donantes voluntarios supone un 80% de la población, China, según reconoció el viceministro Huang en numerosas ocasiones, se nutre de las donaciones "voluntarias" de los ejecutados a muerte, que se cifran por miles cada año.

El uso de órganos de ejecutados ha sido motivo de polémica y debate en otros países
ya que, además, es frecuente que enfermos extranjeros acudan a China para conseguir un órgano de dudoso origen pagando precios muy altos.

El viceministro Huang ha reconocido a menudo que esta práctica, y la existencia del tráfico ilegal de órganos en su país a pesar de las prohibiciones, es criticada en todo el mundo por ser "contraria a la ética".

China es el país que más recurre a la pena de muerte en todo el mundo, con hasta 6 mil ejecuciones al año, según datos de la Fundación Dui Hua, una ONG especializada en presos.

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