Christian Salmon: "Kate Moss es una metáfora de nuestro tiempo"

El escritor francés define el fenómeno de la modelo británica en su estudio sociológico llamado ''Kate Moss Machine''.




"Cyborg", "icono" o "trasgresora" son algunos de los términos que utiliza el escritor francés Christian Salmon para definir el fenómeno Kate Moss, en "Kate Moss Machine", un estudio sociológico en el que sostiene que la modelo se convirtió en una "metáfora" de nuestro tiempo.

Salmon escogió a Kate Moss, una modelo "enigmática", de "belleza imperfecta" y tan "célebre" como "polémica", que creció con la era de Internet, para realizar un estudio, en el que saca a la luz los símbolos de la actual sociedad neoliberal.

Símbolos que exigen que el ser humano sea un auténtico "estratega" de sí mismo, que sea "flexible", así como "un ser humano condenado a hacer uso de su capacidad y afecto, con el fin de dar la mejor imagen de sí mismo", explica.

La maniquí británica, que construyó su leyenda sobre el exceso, se convirtió en un signo de nuestros tiempo, en un icono porque "representa el triunfo de la revolución neoliberal" explica Salmon, analista incisivo de la sociedad contemporánea.

A lo largo de veinte años como profesional, Kate Moss ha evolucionado y se convirtió en el "nuevo mito contemporáneo", capaz de reinventarse cada día y con el poder suficiente para crear, "promover y canalizar tendencias".

RECONOCIENDO LA SOCIEDAD
Y, aunque a muchos les sorprenda e incluso no comulguen con su actitud ante la vida, "en la modelo británica se reconoce gran parte de la sociedad, se convirtió en un patrón de conducta", cuenta el sociólogo que cree que Moss es más actriz que modelo.

Considera que la maniquí es una "gran fuente de información" y reproduce las palabras de Anna Wintour, directora de la revista Vogue en Estado Unidos: "Si observas cualquier gran foto de moda fuera de su contexto, hallarás tanta información sobre lo que pasa en el mundo como en la portada del New York Times", declaración que le sirve para arrancar su ensayo.

La modelo, que bate récords de escándalos, de fama, de amantes, de noches de excesos, de marcas de las que fue imagen o de años en la cumbre de la moda, representa "la transgresión como código de conducta".

"Moss no encarna una deriva del sistema, sino un ideal-tipo. Es la rebelde integrada. El exceso asumido. No la transgresión de los códigos, sino un nuevo código contradictorio que hace de la transgresión su norma social", escribe Salmon, autor también de "Storytelling. La máquina de fabricar historias y formatear las mentes".

Se acabaron los modelos a imitar y las diosas de Hollywood. Ya no es la hora ni la era de las "lolitas", sino de los "mutantes", cuenta el sociólogo, que compara a Kate Moss con una mujer "cyborg".

"La modelo es como la protagonista de Avatar, posee un atractivo capaz de atravesar nuestra cultura a toda velocidad, además de iluminarla", dice.

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