Clasificadoras apuntan a exceso de discrecionalidad en regla fiscal

Agencias se refieren a la falta de una trayectoria definida en la meta de balance estructural.




La discusión generada luego de que una serie de economistas locales apuntaran al incumplimiento de la meta de reducción del déficit fiscal en 2016 por parte del Gobierno -al descontar los ingresos extra por el impuesto sustitutivo al Fondo de Utilidades Tributables (FUT)- llevó ayer a las agencias de clasificación de riesgo a referirse a una excesiva discrecionalidad de la regla de balance estructural.

Joydeep Mukherjee, director gerente de S&P Global Ratings, sostuvo que si bien "la regla es un aspecto útil del marco fiscal, sus cálculos han sido cambiados muchas veces por los comités de expertos y se basa en supuestos que pueden ser cambiados". Además, agregó que "el propio ministro de Hacienda le pidió a los expertos recalcular los parámetros de la regla en 2016 para reflejar nuevas condiciones económicas". En enero, la agencia puso en perspectiva negativa la clasificación de riesgo de Chile, actualmente en AA-.

A su vez, Todd Martínez, director asociado de Fitch , que también colocó una perspectiva negativa a la deuda soberana de Chile, hoy en A+, remarcó que "apuntar al balance estructural ha sido una guía útil para la política fiscal en el pasado, pero se ha convertido en una 'meta movible' algo complicada en años recientes, a medida que los parámetros de crecimiento a largo plazo y de precio del cobre han sido recortados".

Marcos Buscaglia, socio fundador de Alberdi y ex economista jefe para América Latina de Bank of America, dijo que la rebaja en calificación de riesgo de Chile se daría en 2018 "a más tardar", afirmando que "los bonos de Chile ya se negocian como si tuviesen una calificación A (no de AA-) en nuestra opinión".

Transitoriedad

Ayer, junto con argumentar que no corresponde excluir la recaudación del FUT de los ingresos estructurales -con lo que el déficit estructural sería de 1,9% y no 1,6% del PIB- , en entrevista con Radio Duna, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, calificó de "pseudo expertos" a quienes criticaron al gobierno por no realizar este ejercicio de "limpiar" las cuentas, dichos que el personero profundizó ayer (ver página 49).

Pese a la visión del titular de las cuentas públicas, fuentes ligadas a las conversaciones del Consejo Fiscal Asesor (CFA) aseguraron que no existe claridad respecto a cómo considerar estos ingresos.

De hecho, fuentes cercanas señalan que en la próxima reunión del CFA éste sería uno de los principales tema a tratar, sobre todo por la magnitud de los montos recaudados por el beneficio transitorio en 2016 (cerca de US$ 700 millones). Incluso, miembros de la instancia que asesora al ministro de Hacienda adelantaron que los ingresos del FUT histórico no deberían tener un tratamiento distinto de los ingresos por el registro de capitales en el exterior y que tendrían que ser "convencidos" de lo contrario.

En este sentido también se expresó Alejandro Fernández, gerente de Estudios de Gemines, al remarcar que "definitivamente es un ingreso transitorio que, además, reduce la capacidad de generación de ingresos futuros, de manera que me parece imposible que puedan ser considerados permanentes".

Ángel Cabrera, economista de Forecast Consultores, añadió que "el análisis lógico es que estos ingresos no son estructurales. Por definición el que sea estructural es que se mantiene en el largo plazo".

Desde la arista tributaria, Javier Jaque, socio de Consultoría Tributaria de EY, indicó que "efectivamente es un ingreso transitorio. Y más que eso, porque se está pagando acumulado por los próximos años. Es decir, contiene una parte del año en curso, más lo que se haya adelantado por impuesto global complementario por los retiros que se vayan a afectar".

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