Combates en el este de Ucrania no cesan pese a la prórroga de tregua
"Cerca de Slaviansk, junto a un recodo hacia Krasni Limán, fue ametrallado un puesto de control. Tres militares murieron, otros seis fueron heridos", informó un portavoz de la operación antiseparatista.
Los combates entre los prorrusos y el Ejército continúan en el este de Ucrania a pesar de que las autoridades en Kiev prorrogaron ayer hasta el lunes la tregua decretada por el presidente, Petro Poroshenko, para el arreglo del conflicto, que se ha saldado con centenares de muertos.
Así, tres militares ucranianos murieron en un enfrentamiento con separatistas prorrusos en las afueras de la ciudad de Slaviansk.
"Cerca de Slaviansk, junto a un recodo hacia Krasni Limán, fue ametrallado un puesto de control. Tres militares murieron, otros seis fueron heridos", informó Alexéi Dmitrashkovski, portavoz de la operación, citado por la agencia RBK-Ucrania.
Mientras, "en Donetsk, fue tomada (por los separatistas) otra base militar. En Artiómovsk, anoche se produjeron combates cerca de una unidad militar", escribió en sus "Crónicas" el ministro de Defensa de la autoproclamada república popular de Donetsk, Ígor Strelkov.
Insistió en que los separatistas no cumplirán el alto el fuego hasta que el Ejército no se retire de sus posiciones actuales a una distancia de 10 kilómetros y no dejen de traer armas y municiones a la zona.
Además, la formación separatista afirmó que una unidad del Ejército en la región de Donetsk se rindió "sin disparar un tiro".
Por otro lado, el coordinador del grupo "Resistencia Informativa", Dmitri Timchuk, aseguró que "los militares que se encuentran en el aeródromo de (la ciudad de) Kramatorsk han sido ametrallados".
Agregó que también "fueron atacados puntos de control de las fuerzas de la operación antiterrorista en la región de Donetsk", baluarte de la sublevación prorrusa.
Según el activista, en los ataques que se produjeron en el este de Ucrania fueron utilizados morteros y lanzagranadas.
Por su parte, Miroslav Rudenko, uno de los líderes de los insurgentes de la región minera de Donbass, informó a la agencia Interfax de que los militares ucranianos han cesado el fuego cerca de la localidad de Krasni Limán (de la región de Donetsk) para preparar una nueva ofensiva.
Denunció traslado de armas y máquinas pesadas al otro lado del río Severni Donets, donde se observa una concentración de las tropas supuestamente para ese objetivo.
Entretanto, el expresidente ucraniano Leonid Kuchma, quien representó el viernes pasado a las autoridades de Kiev en una reunión en Donetsk con los insurgentes donde se acordó la tregua, aseguró hoy que no hay necesidad de celebrar consultas adicionales sobre la tregua, como lo han expresado algunos políticos.
"Dado que ya se ha tomado la decisión por la Unión Europea y dado que el presidente anunció lo de las 72 horas (la prórroga de la tregua), ¿para qué hacer ceremonias con ellos (los separatistas)?" declaró.
Y agregó: "¿Para qué negociar con ellos? Esperemos hasta el lunes", cuando termina la tregua.
También dijo que no son los prorrusos de las rebeldes regiones de Donetsk y Lugansk los que toman las decisiones acerca de cómo actuar en las negociaciones, en alusión al papel que supuestamente desempeña el Kremlin en el conflicto.
"Si Rusia entiende que la paz es mejor que una guerra, si Rusia se da cuenta de que no se puede convertir a Donbass en una Transnistria (región separatista prorrusa de Moldavia), entonces encontrará mecanismos para frenar a esos 'personajes'", dijo en alusión a los líderes de los insurgentes Kuchma.
Ucrania dio tres días más a los separatistas prorrusos para que depongan las armas y acepten el plan de paz del presidente Poroshenko, respaldado la víspera en la cumbre de la Unión Europea.
El ministro de Interior ucraniano, Arsén Avákov, prometió una "respuesta dura" a los separatistas si no aceptan las exigencias de Kiev: deponer las armas y abandonar el país si así lo desean.
En el mismo tono se había expresado el consejero del presidente, Yuri Lutsenko, quien afirmó que si los rebeldes no atienden el llamamiento de paz las autoridades recurrirán al llamado plan B, que prevé acabar con los insurgentes.
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