Cómo se vive en la nueva Crimea rusa
Los problemas de abastecimiento llevaron a McDonalds a cerrar sus locales.
Lo más simple fue cambiar las banderas. De la ucraniana (azul y amarilla) a la rusa (blanca, azul y roja). Pero la vida de los habitantes de Crimea como nuevos ciudadanos de Rusia no está resultando tan fácil. Así, desde que se anexó la península, sede desde hace décadas de la base rusa del mar Negro, amanece dos horas más tarde. Eso, porque Crimea tuvo que adoptar la hora de Moscú, con lo que quienes antes se levantaban a las seis de la mañana, ahora lo hacen a las cuatro de Ucrania.
Las autoridades rusas han cerrado las fronteras a la llegada de productos ucranianos, como quesos y carne de cerdo. Precisamente, los problemas de abastecimiento fueron, según la versión de la empresa, la razón para que la cadena de comida rápida McDonald's cerrara sus locales. Pero también lo hicieron los supermercados de la cadena alemana Metro. Y si en el pasado las conexiones aéreas eran fluidas con Kiev, eso es parte del pasado, y los vuelos están orientados, como era de esperar, hacia la capital rusa. Eso sí, con un fuerte aumento de los precios, debido a algunas trabas para comprar pasajes.
De cualquier forma, uno de los sectores más afectados ha sido el de los bancos. La mayor parte han permanecido cerrados en estas semanas tras la anexión, ya que muchas de las entidades ucranianas han quedado sin permiso para operar en el nuevo territorio ruso. Además, hay problemas para abastecer de efectivo las oficinas que sí están operando. Pese a las largas filas que se podían observar en las pocas sucursales abiertas, el viceprimer ministro ruso, Rustam Termirgaliyev, aseguró que 143 oficinas bancarias estaban operando, que nueve entidades habían dejado de operar en Crimea, y que antes de que terminara la semana volverían a abrir sus puertas otras 175 oficinas. Además, aunque inicialmente se dio plazo de un año para que la economía local pasara de la grivna ucraniana al rublo ruso, ello se adelantó para fines de este mes.
Y para calmar en algo los ánimos, el Kremlin ha anunciado que subirá los sueldos, duplicará las pensiones y planea convertir a Crimea en una tierra donde estén permitidos los casinos y los juegos de azar.
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