Corea del Norte admite existencia de campos de trabajos forzados
"Tanto en la ley como en la práctica, ciertamente tenemos reformación a través de campos de detención con trabajo, no centros de detención", explicó un funcionario norcoeano.
Corea del Norte admitió el martes públicamente la existencia de su programa de reformación en campos de trabajos forzados, una admisión que parece haber ocurrido en respuesta a un reporte sumamente crítico de la agencia de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas publicado a inicios de este año.
Diplomáticos de la aislada y empobrecida nación asiática dijeron además a reporteros que un funcionario norcoreano de alto rango visitó la sede de la Unión Europea y manifestó interés en un diálogo, con discusiones sobre derechos humanos a realizarse en 2015.
Ri Tong Il, viceembajador de Corea del Norte ante la ONU, dijo que el secretario del Partido de los Trabajadores que gobierna su nación visitó la Unión Europea, y que "estamos esperando que termine este año para abrir un diálogo político entre las dos partes". Después vendría el diálogo sobre derechos humanos.
En Bruselas, Bélgica, un funcionario de la UE confirmó una reunión reciente de funcionarios de Corea del Norte con el principal funcionario de la Unión Europea encargado del asunto de derechos humanos, Stavros Lambrinidis, pero señaló que cualquier diálogo planeado actualmente está limitado a asuntos de derechos humanos.
Choe Myong Nam, un funcionario norcoreano del Ministerio de Relaciones Exteriores a cargo de asuntos de la ONU y temas de derechos humanos, dijo en una sesión informativa con reporteros que su país no tiene campos de prisioneros y que, en la práctica, "no hay prisiones o cosas como esa".
Pero habló brevemente sobre los campos de trabajo. "Tanto en la ley como en la práctica, ciertamente tenemos reformación a través de campos de detención con trabajo, no centros de detención, donde la gente es reformada a través de su mentalidad y su consideración respecto a sus violaciones a la ley", señaló.
Los funcionarios norcoreanos respondieron varias preguntas, pero no la referente a la salud del líder Kim Jong Un, quien no ha aparecido en público desde el 3 de septiembre y no se presentó a una evento reciente importante al que normalmente asiste.
Los funcionarios dijeron que no se oponen a un diálogo sobre derechos humanos siempre y cuando el asunto no sea utilizado como "una herramienta de intromisión".
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