Crece demanda por tratamientos para aumentar estatura en Chile

Las consultas a endocrinólogos infantiles para solicitar tratamientos con hormonas de crecimiento han aumentado 20%, en los últimos dos años, mientras que la importación del medicamento creció más de un 15% en 2009.




Mejor calidad de vida, más emociones positivas y acceso a mejores salarios son sólo algunos de los atributos que diversos estudios adjudican a las personas con mayor estatura. Por eso, en países como Corea del Sur, España o EE.UU. han aumentado vertiginosamente las consultas y clínicas especializadas en el tema. El fin: no tener hijos bajos. Chile  no es la excepción a este fenómeno. Cada vez más padres llevan a sus hijos al endocrinólogo infantil preocupados por su baja estatura o simplemente porque quieren que alcancen una talla mayor.

Según los especialistas, las consultas por este motivo han aumentado un 20% en los últimos dos años en nuestro país. Del total de niños con baja estatura que acuden a las consultas, un 40% se debe a bajos niveles de la hormona de crecimiento, una sustancia que se produce de manera natural en la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, y que estimula el aumento de estatura, el crecimiento de la masa muscular y la reducción de la grasa corporal.

En otro 40% de los casos, los exámenes no logran identificar la causa de la baja talla. Son los llamados casos ideopáticos. El resto de las consultas responde a niños con estatura normal, pero con padres preocupados por la estética.

En estos dos primeros casos de pacientes los médicos prescriben la administración de hormonas de crecimiento sintéticas para mejorar el ritmo de crecimiento.

Un análisis realizado en EE.UU. constató que la velocidad de crecimiento adicional alcanzada mediante esta terapia es de un centímetro por año, con una ganancia máxima de ocho centímetros al finalizar el tratamiento, que dura al menos tres años.

En la actualidad, sólo tres laboratorios comercializan el medicamento en Chile y con una alta demanda: en 2008, las importaciones crecieron en 26% y en 2009 lo hicieron en un 15%. Cada dosis cuesta aproximadamente $ 2.400 y un paciente puede llegar a requerir hasta siete por día. Alejandro Martínez, endocrinólogo infantil de la Clínica UC San Carlos de Apoquindo, explica que el tratamiento puede llegar a costar cuatro millones de pesos por cada centímetro de estatura ganado.

Debido al alto costo de estos tratamientos, en 1993 fue creada la Corporación Crecer, que compra las hormonas a los laboratorios y las entrega a un valor más bajo. Laura Saldoval, asistente social de Crecer, dice que si hace 12 años atendía 10 casos, hoy atiende a 600 pacientes.

¿Contraindicaciones? Dolor de cabeza, hinchazón de pies y manos y dolor de articulaciones son algunos de los efectos que pueden sufrir los pacientes durante las primeras dos semanas de tratamiento. "Síntomas infrecuentes y que afectan al 5% de los niños", destaca Martínez.

Sin embargo, cuando el tratamiento se extiende más allá del tiempo indicado (entre 14 y 16 años es el máximo) y ya se han fusionado los cartílagos del crecimiento, se puede producir un aumento exagerado de la mandíbula y la frente", advierte María Isabel Hernández, endocrinóloga infantil de la Clínica Las Condes.

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