Demetrio Marinakis, director de la firma de transporte Ovalle Negrete: "Las empresas extranjeras fracasaron en el Transantiago"
El "zar" de las micros amarillas inició acciones legales contra la licitación del sistema de transportes. "Favorece a unos pocos", dijo.
En la fotografía que tiene en WhatsApp Demetrio Marinakis, el otrora "zar" de las micros amarillas, aparece dando un cordial abrazo al ex Presidente Patricio Aylwin. "Eran otros tiempos", señala el empresario, época en que -afirma- apoyó la recuperación de la democracia, dio empleo a cientos de conductores y manejaba la operación del transporte en un Santiago que se expandía.
A casi tres décadas de la imagen que tiene en su teléfono, las reglas para su sector cambiaron: el Transantiago está en proceso de licitación para concesionar nuevas zonas de operación en la ciudad, se pagará por kilómetro recorrido y se exigirá una mayor solidez financiera a las firmas participantes.
Por ello, Marinakis presentó el viernes una demanda para impugnar en el Tribunal de Contratación Pública lo que denominan "barreras de entrada" en las bases de licitación con el objetivo de invalidarlas. Objetan que se exija un capital de 200 mil Unidades de Fomento ($ 5.320 millones), que se pida experiencia en los últimos 10 años y que las futuras concesionarias posean disponibles terminales, los que están en manos de los actuales operadores. Marinakis dice que son un "traje hecho a la medida" de las grandes firmas que están en el sistema.
¿Cuál es el objetivo de esta acción?
Mi idea es que se suspenda este llamado a licitación, que se abra un proceso donde tengan mayores posibilidades las pequeñas y medias empresas. Todos se lavan la boca con las pymes, pero nadie hace nada. Es un traje hecho a la medida de las grandes compañías. El gobierno no pensó en nosotros, que poseemos menos capital, por lo que no tenemos la posibilidad de competir. Muchos querían postular, pero con estas bases de licitación debí unificarme con una o dos empresas para poder postular. Esto está hecho para cuatro a cinco empresas. Yo pienso que estas reglas que se pusieron las diseñaron los operadores y no el ministerio.
¿Usted ve que eso sea posible dado que el proceso de licitación ha seguido su curso y va rápido (se deberán presentar las ofertas económicas el 27 de diciembre)?
Sí, esto va muy rápido. Y eso por algo es. Por eso, yo no quiero pelear con la ministra de Transportes (Paola Tapia); pareciera que fuera empleada de los grandes consorcios que están en este momento funcionando en el Transantiago. Lo digo derechamente. Siempre ha habido intereses creados.
¿Pero qué ventaja tiene usted y sus empresas asociadas, respecto de otras compañías extranjeras que desean participar?
Está demostrado que las firmas extranjeras fracasaron y quebraron. Pero aparecen con platas en paraísos fiscales. ¡Necesito una explicación por eso! Pero acá se está favoreciendo a las grandes empresas, como son los colombianos. La gente todavía me para en la calle y me dice ¿cuándo vuelven las micros amarillas? Imposible, les respondo yo.
Cuestionamientos
¿Qué crítica concreta tiene a las compañías extranjeras?
Los pasajeros que usan el sistema dicen que funciona mal. Pero estas firmas tienen antigüedad en el sistema, van a tener un mayor puntaje en la licitación que yo. Vemos un acomodo y por eso estamos presentando esta acción. Confío en los jueces para que se paralice este proceso.
Usted dice que las firmas que representa tienen menores costos, ¿puede especificar por qué?
La parte operativa. Los menores costos. Nosotros hoy, con el polinomio de tarifa que teníamos antes, tendríamos una tarifa cerca de $ 500. La tarifa para los obreros es carísima, por lo que se ven empobrecidos. Yo sé manejar el negocio, pues lo hice durante 90 años, junto a mi familia. Siempre pensé yo, y lo dije históricamente, es que trabajáramos con una tarifa baja. ¿Cómo entraron los extranjeros al sector? Porque los bonifica el gobierno. Con las mismas condiciones, nunca habrían podido competir conmigo. Hay que plantear que con un precio bajo del pasaje se reducirá la evasión.
¿Qué piensa de las exigencias de, por ejemplo, tener buses eléctricos y de que no haya terminales?
No es bueno. Todo va hacia un mundo tecnológico. Tenemos una desventaja, porque estas terminales hoy están en manos de los actuales operadores. He visto varios recorridos que existen hoy que no tienen espacio en las terminales. Eso es problema del Transantiago y no mío.
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